(Minghui.org) Saludos, Shifu. Saludos, compañeros practicantes.

Tengo 63 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1997. Los practicantes con los que a menudo me coordino para salvar a las personas son más jóvenes que yo, pero nunca me siento vieja. Primavera y verano, otoño e invierno, a través de altibajos, he trabajado con otros practicantes para ofrecer la salvación a las personas.

Otra practicante y yo fuimos a las aldeas circundantes para distribuir materiales de aclaración de la verdad el otoño pasado. Debido a la distancia, teníamos miedo de que nuestras bicicletas eléctricas se quedaran sin energía, así que montamos en bicicleta. Vivimos en la frontera de dos provincias, y el lugar adonde nos dirigíamos en la otra provincia está a poco más de 10 kilómetros (6,2 millas) de distancia. Hacía viento, por lo que era difícil pedalear. Cuando los camiones pasaban por la carretera, el polvo que levantaban dificultaba mantener los ojos abiertos.

Cuando pasamos por un puente, tuvimos que empujar nuestras bicicletas cuesta arriba y luego cuesta abajo porque la pendiente era tan empinada que era demasiado peligroso confiar en nuestros frenos. Tan pronto como vimos las señales de la otra provincia, ya no nos sentimos cansadas. Decidimos empezar en el pueblo más cercano. Cuando llegamos al extremo norte, la otra practicante dijo: "Yo iré del sur al norte, y tú vas del norte al sur. Nos encontraremos en el centro del pueblo". Yo sabía que ella estaba preocupada por mí y quería que pedaleara menos. Nuestro plan era ir de callejón en callejón y poner un folleto en la puerta de cada casa.

La encontré en el centro del pueblo y dijo: "Tienes que tener cuidado cómo colocas el folleto. Si hace viento, el folleto podría volar de la manija de la puerta". Había un amplio espacio entre los dos barrotes de unas grandes puertas metálicas, así que tiré el folleto al patio. La practicante me enseñó a envolver el folleto y sujetarlo al anillo decorativo de la puerta para que no se cayera. Ella dijo: "Estos son materiales preciosos para esclarecer la verdad. No se pueden tirar". Rápidamente me corregí y arreglé cuidadosamente los folletos como ella sugirió.

Era otoño, por lo que los agricultores estaban ocupados cosechando sus cultivos. Algunos transportaban maíz, otros arroz y algunos recolectaban soja. El rostro de todos estaba rebosante de alegría por una buena cosecha. Les decíamos la verdad sobre la persecución y les aconsejábamos que renunciaran al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Los agricultores aceptaban lo que decíamos y nos daban las gracias.

Después de salir de ese pueblo, regresamos y distribuimos folletos en cada pueblo por el que pasamos. Rápidamente entregamos más de 200 copias. Todavía había algunas aldeas a las que no llegamos, así que la otra practicante dijo: "Recordemos dónde no distribuimos ninguno, así volvemos más tarde", y regresamos a casa sin ningún problema.

Al día siguiente, la practicante y yo fuimos a las aldeas del oeste; al tercer día, fuimos a los pueblos del sur; el cuarto día, planeamos ir a las aldeas del norte, para poder cubrir las aldeas circundantes. Ella y yo no nos reuníamos en nuestras respectivas casas, porque era inseguro e inconveniente subir y bajar las escaleras. Todos los días después de separarnos, acordábamos la ruta que tomaríamos al día siguiente. Nos encontrábamos en un lugar determinado y luego partíamos juntas.

A la hora acordada ese día, no la vi, así que monté de regreso y la vi caminar hacia mí. Ella dijo: "Mi bicicleta se rompió y necesita ser reparada, iremos mañana". En el camino de regreso, pensé en que todo estaba listo para distribuir, así que no me fui a casa. Elegí otra dirección sola y me fui a un pueblo donde me había quedado sin folletos la última vez que los distribuí. Pensé que cuanto antes los aldeanos pudieran ver los folletos, antes se salvarían. Ese día, distribuí más de 100 copias y me fui a casa feliz.

Al quinto día, me reuní con ella en el lugar acordado. Parecía preocupada y dijo: "Creo que alguien me está siguiendo". Vi que estaba un poco indecisa, así que le aconsejé: "Tómate un tiempo y acomódate". Había sido perseguida en el pasado y tuvo que abandonar su hogar durante más de seis meses, por lo que la sombra de la persecución estaba en su mente. Parecía haber tenido una lucha mental, pero finalmente decidió ir conmigo.

Después de que terminamos de distribuir materiales en dos aldeas, ella quiso irse a casa. Le dije: "Dame todo el resto de tus materiales y puedes irte. Solo queda un pueblo, y terminaré de repartirlos". Después de que me dio lo que quedaba y estaba a punto de irse a casa, algunas urracas volaron de repente desde los campos de arroz junto a nosotras. Las urracas a menudo se consideran un símbolo de buena suerte. En ese momento, realmente sentí que Shifu estaba a mi lado. Era una sensación que tenía no solo ese día, sino todos los días.

En una ocasión en pleno verano, llegué a casa tan cansada que solo quería dormir. Tenía miedo de perder la oportunidad de enviar pensamientos rectos al mediodía, así que le pedí a Shifu que me despertara. Me despertó el ruido de la bicicleta eléctrica de mi vecino de al lado. Abrí los ojos y vi que era hora de enviar pensamientos rectos. Shifu me lo recordaba.

Una noche de invierno, le rogué a Shifu: "No me he levantado para enviar pensamientos rectos durante varias noches. Por favor, despiértame". Me despertó el sonido del hielo cayendo por la ventana. Abrí los ojos y vi que era hora de enviar pensamientos rectos. Shifu me estaba ayudando de nuevo.

Pensando en esto, le pregunté si todavía quería irse. Se dio cuenta de que Shifu la estaba iluminando y dijo: "Me quedaré y ayudaré". Con sus pensamientos rectos distribuimos fácilmente los materiales restantes. Desafortunadamente, nos quedamos sin material cuando todavía quedaban casi 20 casas. Otro practicante y yo regresamos más tarde y dejamos materiales en esas casas.

El invierno llegó en un abrir y cerrar de ojos. La gente resbalaba y caía en la nieve, y muchos resultaban heridos cada año. Menos gente sale en invierno, pero nosotros somos practicantes de Falun Dafa y tenemos que salir, los seres conscientes están esperando que los salvemos. Ya no podíamos andar en bicicleta, así que tomábamos taxis cuando íbamos lejos, aunque no sabíamos si encontraríamos alguno que nos llevara de regreso. Otros practicantes que hacían lo mismo decían que siempre se encontraban con coches en su camino de vuelta y conseguían que los llevaran a casa. Este invierno, los cuatro trabajamos juntos, yendo de casa en casa en cada pueblo, y luego nos reunimos en el punto de entrega.

También hubo momentos en los que no nos coordinamos bien. Una vez nos separamos en un pueblo relativamente grande. Vimos lo que otro grupo de practicantes había dejado en las puertas de la gente, pero no los vimos a ellos. Miramos a nuestro alrededor, pero no pudimos encontrar a nadie. Tuvimos que caminar de regreso por el camino donde tomamos un taxi, mirando hacia atrás mientras caminábamos, con la esperanza de que aparecieran. Justo en ese momento pasó un autobús que iba en nuestra dirección, pero no lo tomamos, porque no vimos a los otros practicantes y porque todavía teníamos más de 20 copias para distribuir. Había un pequeño pueblo delante de nosotros que podíamos ver a lo lejos. Cuando llegamos en taxi, no pensamos que estuviera muy lejos, pero caminando hasta allí, ese pueblo nos pareció muy lejano.

Cuando llegamos a ese pueblo, era casi mediodía. Para entonces ya hacía más calor y podíamos ver a la gente caminando. Le entregué un folleto a un hombre que lo tomó, lo miró y dijo: "No lo quiero, alguien me regaló uno antes. Cuando me encontré con la persona a cargo aquí, me preguntó de dónde había sacado el folleto. Me interrogaron durante mucho tiempo".

En ese momento, un joven que parecía un soldado se acercó rápidamente a nosotros. Pensé que podría ser la persona a cargo del pueblo. El joven pidió un folleto y dijo: "¿De qué hay que tener miedo? Si alguien pregunta, simplemente diga: 'Lo recogí'". Tomó el folleto y entró en la tienda. No tuve tiempo de aclararle la verdad, pero sus acciones fueron suficientes para elegir un futuro mejor para él.

Rápidamente distribuimos más de 20 folletos y luego caminamos más de 10 kilómetros a casa. Tan pronto como llegamos a casa, los otros dos practicantes regresaron. Vieron los materiales que habíamos distribuido a lo largo del camino, como señales de tráfico, y supieron que la dirección en la que caminábamos era el camino a casa, así que detuvieron un automóvil que los llevó el resto del camino.

Vale la pena mencionar que cada vez que distribuíamos materiales y pedíamos que nos llevaran los vehículos que pasaban, algunos de los conductores nos cobraban y otros no, pero siempre les pagamos. No es fácil para todos en el clima helado y nevado, y los practicantes no deben aprovecharse y viajar en los autos de otras personas de forma gratuita.

Esclarecer la verdad con pensamientos rectos

Un día, otro practicante y yo estábamos hablando con la gente sobre Dafa cuando vimos a un hombre sentado en un auto que parecía estar esperando a alguien. Le pregunté si estaba allí para comprar y me dijo que sí. El otro practicante dijo: "Te diré algo bueno: renunciar al PCCh te mantendrá a salvo. Recuerda: 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Recita las frases a menudo y serás bendecido". El hombre dijo: "No me digas eso. No creo en nada". Salió del coche, pero no sacó la llave del contacto. Bromeé: "Veo que vas a alguna parte. Si vas muy lejos, me llevaré tu coche. Él dijo: "Adelante. De todos modos, no creo que lo hagas". Parecía mucho más amable que al principio.

Una mujer salió de la tienda de comestibles y se dirigió hacia nosotros. Sonreí y le pregunté: "¿Están ustedes dos juntos?". Ella asintió, así que volví a sonreír y le dije: "Practicamos Falun Dafa y le dije que recordara que 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' y él sería bendecido. Pero él no lo creyó y se alejó". La mujer nos sonrió.

Le dije: "Hay tantos desastres ahora, y tenemos que protegernos. Cuando ocurran desastres, cree que Falun Dafa es bueno y que la voluntad divina te protegerá. Si te uniste a la Liga Juvenil o a los Jóvenes Pioneros cuando estabas en la escuela, por favor renuncia a ellos. El Cielo desintegrará al PCCh y los miembros de las organizaciones del PCCh estarán implicados en sus crímenes". La mujer accedió a renunciar a los Jóvenes Pioneros y escogió un buen futuro para sí misma.

Si nos hubiéramos llevado por la actitud de ese hombre, la mujer habría perdido la oportunidad de hablar con nosotros. Entonces el hombre regresó, se subió al auto y se fue. La mujer nos saludó con la mano y el hombre nos sonrió. Pensé: "Si tiene la oportunidad de volver a encontrarse con otros practicantes, espero que pueda elegir un buen futuro para sí mismo".

Sucedió otra cosa interesante: otro practicante y yo vimos a un hombre delante de nosotros y aceleramos el paso para alcanzarlo. Los tres caminamos y hablamos, y él dijo que iba a recoger algunos pedidos. Le pregunté si seguía trabajando. Él dijo: "No, terminaré en dos días". Le dije: "Cuando te vayas, recuerda que 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Serás bendecido si recitas las frases con frecuencia".

Entonces, de repente, me preguntó: "¿Cuál es tu apellido?". Me quedé sobresaltada. ¿Por qué me preguntó eso? En el pasado, cuando le aclaraba la verdad a la gente, algunos me decían sus apellidos, otros no y algunos me preguntaban el mío. Yo los evadía diciendo: "La gente que te dice cosas buenas no deja sus nombres". Algunas personas también decían: "Ya te he dicho el mío, ¿por qué no me dices el tuyo?". Aunque les decía mi nombre, yo todavía estaba un poco asustada.

Cuando esta persona me hizo esta pregunta ese día, me di cuenta de que estaba tratando de ayudarme a deshacerme de mi miedo, así que le dije mi apellido. Luego preguntó: "¿Cómo me llamaste hace un momento?". Pensé que no estaba mal que lo llamara "Hermano" a mi edad, pero lo miré más de cerca y lo reconocí. Era el yerno de mi cuñada mayor. Le presenté al otro practicante y los tres nos reímos.

Él dijo: "No te reconocí cuando estábamos charlando. Hace al menos diez años que no nos vemos, vives fuera de la ciudad y rara vez vuelves. No he estado en casa a menudo en los últimos años. Nos tapamos tanto en invierno, ¿cómo podríamos reconocernos? Me pediste que recitara las dos frases y me dijiste tu apellido. Entonces supe que eras tú". Su tío le había contado los hechos antes y ya había renunciado a la Liga Juvenil y a los Jóvenes Pioneros. Dijo: "Pero me uní al Partido más tarde en el trabajo". No es de extrañar que lo encontrara ese día. Fue porque tenía que ayudarlo a renunciar al Partido. Afortunadamente, yo tenía pensamientos rectos en ese momento.

Uno de los compañeros de clase de mi hijo vino a mi casa a recoger algo y lo ayudé a renunciar a las organizaciones del PCCh. En ese momento pensé: "Espero que no le cuente a mi hijo sobre esto". Mi pensamiento fue incorrecto. Mi hijo me llamó más tarde y me dijo: "Mamá, no hables de esas cosas". Sabía que su compañero de clase le había dicho lo que yo había dicho. Poco después, otro compañero de mi hijo vino a enseñarme a hacer algo. Esta vez no me atreví a contarle los hechos sobre Dafa, por miedo a que regresara y se lo contara a mi hijo.

Después, me arrepentí. Shifu me envió a estas personas predestinadas, pero yo fui egoísta y me preocupaba de que mi hijo fuera infeliz. Este es un pensamiento humano. Soy una practicante y tengo responsabilidades y una misión. Pensé: "Si alguna vez vuelvo a ver al compañero de clase de mi hijo, definitivamente le contaré los hechos".

Tan pronto como tuve este deseo, Shifu organizó una oportunidad para mí al día siguiente. Caminaba a casa después de contarle a la gente sobre la persecución, y el compañero de clase de mi hijo acababa de salir de su casa cuando lo vi. Dijo que iba a llevar a su madre al dentista, pero no la vi. Le dije: "Ayer estaba preocupada y no me atreví a decirte la verdad sobre Dafa, no te pierdas esta oportunidad". Simplemente le conté los hechos básicos sobre Falun Dafa, y él estuvo feliz de renunciar al PCCh.

Estoy infinitamente agradecida a Shifu por su compasivo arreglo. Debido a mi egoísmo, una vida casi pierde la oportunidad de ser salvada. Después de que el compañero de clase de mi hijo regresó a la escuela, mi hijo no me llamó, fue como si nada hubiera pasado.

Aprender a instalar el sistema operativo de una computadora

Presto atención al estudio del Fa y he memorizado Zhuan Falun por quinta vez. Me he dado cuenta de que sólo cultivándome en el Fa puedo obtener todo lo que necesito. Cuando estaba aprendiendo a instalar un sistema operativo de computadora, Shifu me dio sabiduría.

Leí un artículo en Minghui.org que decía que Windows 8 estaba discontinuado y que necesitábamos actualizar a Windows 10. Esto fue durante la pandemia de COVID-19 y no pude encontrar un practicante técnicamente competente. En el pasado, otros practicantes habían instalado el software necesario en mi computadora y decían que solo podía soportar Windows 8. Pensé que los practicantes de edad avanzada podrían aprender a instalar el sistema. Recibí educación, así que no debería ser un problema.

Estudié la información en el foro técnico una y otra vez, y después de casi siete días, instalé con éxito el sistema Windows 10 usando la caja de herramientas V1.2. No sé cómo pude haberlo hecho sola, así que sé que Shifu me estaba ayudando.

Este año me enteré por el sitio web Minghui de que la caja de herramientas se había actualizado a la V1.3. Un practicante me dijo: "Tu viejo ordenador funciona y no hay necesidad de actualizarlo". Pero siempre pensé que era un ordenador relativamente nuevo y tenía que probarlo. Esta vez conseguí la caja de herramientas V1.3 que otro practicante descargó para mí, lo que me ahorró mucho tiempo. El practicante me enseñó pacientemente a instalarla.

Cuando llegué a casa, volví a optimizar con éxito el sistema informático. Sé que este es Shifu animándome a progresar constantemente y hacerlo aún mejor. Mientras quiera hacer algo, Shifu me ayudará, para que pueda hacer cualquier cosa.

Mirando hacia atrás en mi camino de cultivación, puedo ver que cada paso es inseparable del cuidado compasivo de Shifu, y me siento extremadamente afortunada. De ahora en adelante, debo practicar duro, hacer bien las tres cosas, estar a la altura de las expectativas de todos los seres conscientes y mostrar la maravilla de Falun Dafa al mundo.

Por favor, señalen si hay algo que no esté de acuerdo con el Fa.