(Minghui.org) En primer lugar y ante todo, quiero expresar mi profunda gratitud por esta oportunidad de compartir una parte de mi viaje con todos ustedes. Reflexionando sobre casi 20 años de mi mejoramiento personal, siento que algunos de los ejemplos que he reunido, podrían contribuir al crecimiento de nuestro camino colectivo. Mi deseo es que estas ideas enriquezcan a nuestra comunidad y nos inspiren a seguir avanzando.

La cultivación no solo se trata de hacer cosas

Participar en proyectos y actividades que tienen como objetivo esclarecer la verdad y validar Dafa es indudablemente importante, pero no garantiza la verdadera cultivación. Estudiar el Fa y practicar los ejercicios forman la base de la cultivación y son esenciales para nuestro crecimiento, pero incluso estos no aseguran la cultivación genuina. A lo largo de mi viaje, me he dado cuenta de que la esencia radica en cultivar el corazón, estar dispuesto a alinearse con los principios de Dafa y cumplir con sus requisitos. Todo se reduce a nuestra sinceridad en querer aprender, nuestra disposición a mirar hacia adentro y nuestra determinación de perseverar para volvernos divinos, todo mientras nos esforzamos en ayudar a otros a aceptar Dafa para que ellos también tengan la oportunidad de ser salvados.

En los últimos meses, he alcanzado profundos estados de cultivación, experimentando percepciones sutiles de mis cuerpos divinos en otras dimensiones. Creo que esto se debe a que he puesto a Dafa en mi corazón, por encima de todo lo demás.

He tenido muchas conversaciones sinceras con Shifu (en mi corazón), más como un hijo que le habla a su padre, buscando sabiduría para desintegrar el resentimiento, la amargura, los miedos y las dudas que surgen durante la cultivación. También he prolongado el tiempo del envío de pensamientos rectos a 30 minutos siempre que sea posible, y el efecto ha sido notable, con muchos elementos siendo purificados en mis dimensiones.

Poco a poco, ha emergido mi corazón para superar las dificultades con ligereza y satisfacción, haciendo la vida más fácil. Lo más importante es que con esta transformación de mi corazón, estudiar el Fa, practicar los ejercicios y participar en proyectos ya no son mecánicos, sino que son verdaderamente productivos y enriquecedores. Esto me ha animado a cultivarme más diligentemente.

Sigo cometiendo errores y siguen surgiendo pensamientos negativos. La fatiga, el agotamiento, la tristeza y otras emociones todavía se manifiestan, pero he llegado a interiorizar que esto es parte de la cultivación en Falun Dafa, donde la parte cultivada es apartada y nos queda lo que aún necesita ser rectificado.

Mi actitud hacia la cultivación está cambiando del resentimiento a la gratitud. Me di cuenta de que sin un corazón genuino para querer aprender y asimilarnos a Dafa, somos como académicos debatiendo teorías, sin experimentar realmente el poder de Dafa. Por lo tanto, no importa cuánto trabajo haya hecho para validar Dafa o exponer la persecución, sin el deseo sincero de convertirme en un cultivador genuino, el poder de Dafa no se manifestará en mi vida.

El resentimiento es un veneno

Mucho de lo que me bloqueaba y permitía que el mal se aprovechara de mí era el resentimiento y la amargura. Después de décadas de trabajar en proyectos e interacciones con otros practicantes, estos sentimientos se intensificaron hasta el punto en que comencé a dudar de Shifu y de Dafa.

Una sustancia negativa comenzó a acumularse en mi cuerpo, especialmente en mi sistema digestivo y abdomen, lo que empeoró estos sentimientos negativos y deterioró mi salud física, casi costándome la vida. Este proceso comenzó en 2015, se intensificó en 2018 y comenzó a mejorar en 2020. Actualmente, casi todo se ha desintegrado, pero todavía queda un poco de este mecanismo.

Recientemente, Shifu publicó artículos que abordan temas como el resentimiento, la amargura, la injusticia, la persecución y el significado de la vida humana. Creo que nuestro Shifu ha sido explícito acerca de por qué estamos aquí y las razones por las que enfrentamos tribulaciones y desafíos. A mí me quedó claro que todo está relacionado con la cantidad de yeli y virtud que posee cada ser, así como con los seres de su propio cosmos, ya que algunos cosmos han pecado más que otros a mi entender. Sin embargo, algunos cultivadores aún no han sido iluminados sobre cómo resolver estos problemas basándose en Dafa y están siguiendo los arreglos de las viejas fuerzas.

Estos practicantes muestran su apoyo respaldando a personas influyentes en las redes sociales o a los medios de comunicación masivos que atacan a otros practicantes y a Dafa. Sin embargo, mi corazón permaneció impasible, y sinceramente "oré" por estas personas enviando pensamientos rectos para eliminar al mal que las manipulaba. También me esfuerzo por entender por qué nosotros, como un solo cuerpo, estamos experimentando esto, sabiendo que nada sucede por casualidad en la cultivación.

En mi entendimiento actual, la mayoría de estos problemas comenzaron cuando los practicantes, como yo, nos involucramos en proyectos o actividades destinadas a esclarecer la verdad y validar Dafa. Ellos vieron a personas en puestos clave cometer errores serios, y algunos trataron de alertar a los practicantes en roles de liderazgo, pero no se hizo nada. Como resultado, optaron por exponer estos problemas públicamente en las redes sociales. Creo que, en la mente de estos excultivadores, sus acciones tenían la intención de proteger a Dafa. Sin embargo, estas acciones son fundamentalmente equivocadas y solo han profundizado el resentimiento, la amargura y un sentimiento de injusticia. Las viejas fuerzas explotaron a estos practicantes para atacar a Shifu y a Dafa, lo cual es profundamente perverso y malvado, llevándolos por un camino desviado.

Abordo este tema para enfatizar que muchos aspectos de la cultivación no tienen sentido cuando se ven a través de una mentalidad humana. Todos hemos experimentado alguna forma de injusticia, humillación, traición u otra interferencia, a veces por parte de aquellos a quienes más admiramos y en quienes más confiamos. Me tomó mucho tiempo aceptar esto, y me causó mucho dolor, ya que estaba enfrentando estas situaciones con un corazón humano y todo tipo de emociones.

Cuando alguien depende de varias muletas para sostener su cultivación, en lugar de comprometerse de todo corazón a vivir incondicionalmente en Verdad, Benevolencia y Tolerancia, se arriesga a seguir un camino peligroso al enfrentarse a los apegos fundamentales. Esto puede hacer que acumulen el veneno del resentimiento y finalmente abandonen la cultivación, lo que los guía a una posible autodestrucción. Desafortunadamente, ya hemos visto ejemplos de esto en todo el mundo.

Shifu siempre nos provee de tiempo y orientación, y nos señala la dirección correcta, como lo hizo con su reciente artículo. Sin embargo, cuando nuestros apegos superan nuestro deseo de cultivarnos y volvernos divinos, se vuelve fácil ser manipulado y desviarse del camino dorado de Dafa, cayendo en un camino demoníaco. En mi cultivación, el resentimiento fue mi mayor obstáculo, lo que por poco me aleja del camino sagrado.

La guía de Shifu

¿Qué me liberó de este atolladero? Además del estudio constante, la práctica y la validación de Dafa, busqué el corazón de perdón para los demás y para mí mismo. Fui sincero al expresar mis dudas, pedir ayuda divina y buscar la verdad en lugar de mis nociones. Me di cuenta de que mi comprensión de la vida y del universo es limitada, que mi sabiduría solo puede ver una parte de la verdad y que estoy aquí únicamente por la salvación misericordiosa de Shifu. Con esta humildad, fe en el camino y perseverancia, seguí mirando hacia adentro y, dolorosamente, eliminando este veneno hasta que pude iluminarme sobre cómo lidiar con estos problemas que se manifiestan en la comunidad de cultivadores y en mi cultivación. ¡Después de todo, todo lo que se manifiesta en la cultivación es algo bueno!

¡Shifu también vino a mi rescate! De 2015 a 2018, el cuerpo de Fa de Shifu, se manifestó tres veces a través del sonido; es decir, no lo vi, pero lo escuché. La primera vez, estaba decidido a dejar de cultivarme, indignado por el comportamiento de otros practicantes. Pasé la noche quejándome con mi esposa y me fui a dormir exhausto. Pronto, tuve una pesadilla en la que estaba en un océano de yeli. De repente, una fuerza me arrastró hasta el fondo del mar y comencé a ahogarme en ese líquido negro. Cuando estaba a punto de morir, me desperté. Tan pronto como abrí los ojos, el Fashen me dijo: "Ser bueno o ser malo es justamente una opción. No importa cómo te traten los demás, siempre debes elegir entre ser bueno o ser malo". Después de escuchar esto, vi con mi tercer ojo a una practicante china siendo golpeada, sin embargo, ella mantenía un corazón de compasión por su agresor. Esta experiencia me trajo de vuelta a la cultivación, y le agradecí a Shifu por enseñarme la compasión.

La segunda vez, me preguntaba por qué Shifu permitía que algunas personas cometieran tantos errores. Una vez más, el Fashen de Shifu se manifestó y dijo: "Solo miro los corazones de las personas". Entonces entendí que la cultivación se trata de cultivar el propio corazón, no de culpar a los demás. Se trata de mirar hacia adentro y no a los demás.

La tercera vez, estaba trabajando en un proyecto a gran escala. En este proyecto, tuve éxito en aumentar los ingresos e implementar avances técnicos, pero el coordinador me insultaba con frecuencia y era muy cruel. Esto duró ocho meses, lo que me llevó al agotamiento mental, y terminé en el hospital durante unas horas. Después de recuperarme, me fui a casa y decidí meditar, y pronto vi a través de mi tercer ojo, fuego, relámpagos y olas gigantes golpeando mi cuerpo en otra dimensión. En ese momento, el Fashen me dijo: "Debes pagar por tu yeli". Por lo tanto, entendí que la situación en el proyecto estaba arreglada para que yo pagara una gran parte de mi yeli.

Tuve un "sueño" muy vívido en el que estaba en un edificio cuyos pisos cambiaban constantemente de configuración, representando la impermanencia del mundo humano. Al salir del ascensor en un piso cualquiera, vi un camino de ladrillos dorados y resplandecientes, y un practicante caminaba por él muy solemnemente. En ese momento, Shifu me dijo en el sueño: "Hay un camino dorado para cada discípulo".

Me ha quedado claro que Shifu siempre está con nosotros, pero sólo un corazón comprometido con la cultivación genuina puede mantenernos en el verdadero camino. En el proceso de cultivación, debemos quitarnos todas las muletas que nos sostienen en la práctica y mantener solo el corazón entregado a convertirnos en uno con Dafa.

Hacer bien las pequeñas cosas

A medida que mi corazón se transformaba, aceptando las dificultades como alegría, dejé de lado el apego a "hacer cosas", especialmente la necesidad de participar en proyectos a gran escala como si fueran prueba de mi cultivación genuina. Ahora me veo como una pequeña partícula dentro del gran cuerpo de practicantes, dispuestos a servir a los demás sin importar la escala, grande o pequeña.

Al escuchar muchas experiencias compartidas en Radio Minghui, adquirí un nuevo respeto por la resiliencia de los practicantes de China continental que alcanzan a las personas una por una, día tras día. Antes, pensaba que este enfoque individual parecía demasiado lento, pero ahora veo la increíble fuerza de tocar corazones con una intención pura y firme de ayudar.

No hace mucho, hice un cálculo simple: si cada uno de nosotros aclarara la verdad a una sola persona al día, con un millón de practicantes en todo el mundo, podríamos llegar a 365 millones de personas en un año. En cinco años, más de 1.820 millones de personas tendrían la oportunidad de ser salvadas. Esta comprensión renovó mi entendimiento de nuestro poder colectivo, que como un solo cuerpo, podemos alcanzar un gran número si cada uno de nosotros da pasos firmes hacia adelante, sin importar cuán pequeños parezcan.

Si bien los grandes proyectos que difunden la verdad ampliamente son innegablemente importantes, y continúo contribuyendo con ellos, ahora me doy cuenta de que lo más importante es un corazón comprometido y diligente que ayude a los demás todos los días, sin pausa. Esta mentalidad me permite mantenerme flexible, dejar de lado la necesidad de presumir y concentrarme en los pequeños detalles mientras mantengo una vida equilibrada e interactúo armoniosamente con los demás. Ahora siento que puedo ser tan alto como una montaña o tan pequeño como una célula, ambas cosas igual de poderosas.

Solo recientemente me he dado cuenta de verdad, de lo bendecidos que somos al ser Dafa dizi. ¡Gracias, Shifu!

Estas son mis experiencias. Por favor, señalen cualquier falta en mi entendimiento.