(Minghui.org) El mayor de mis cuñados es ampliamente reconocido en su familia como filial, amable, tolerante y responsable. Sin embargo, fue este mismo cuñado quien me hizo sentir resentimiento por un incidente.

Mi suegra fue hospitalizada en 2023. Debido a su avanzada edad, no podía cuidar de sí misma y requería asistencia las 24 horas del día. Como resultado, este cuñado asumió más turnos de noche, mientras que el resto de los hermanos lo reemplazábamos cuando teníamos tiempo. Los turnos de noche eran un desafío y quienquiera que llegara al hospital por la mañana para reemplazarlo, lo instaba a irse a casa y descansar.

Una mañana, cuando llegué al hospital, le animé a que se fuera a casa, ya que no había podido descansar bien en toda la noche. Me dijo que su mamá acababa de recibir acupuntura y quería cuidarla un poco más. Insistí en que se fuera a casa y descansara. En ese momento, mi cuñado, por lo general amable, me espetó, diciendo: "¿Quién está cansado? ¡Yo no! Cada vez que ustedes vienen, todos ustedes tratan de sacarme de aquí. A ustedes no les gusto y no quieren verme".

Me apresuré a explicarle: "Nos entendiste mal. Nos preocupamos por ti y creemos que debes estar cansado de cuidar a mamá toda la noche. Solo queremos que descanses y te relajes".

Para mi sorpresa, esto solo lo enfureció más, insistiendo: "¡No estoy cansado! Especialmente, ustedes dos [mi esposo y yo]. Cada vez que tú vienes, me apuras para que me vaya  antes de que yo esté listo. Sé que la cuidas, pero no puedes tratarme de esta manera. Y no te voy a obligar a venir aquí. En el futuro, ven si quieres, pero si no, ¡yo puedo cuidar de mamá!". Dio un portazo y se fue.

Me quedé allí paralizada. Me llevó mucho tiempo recuperarme del shock. Sentimientos de agravio, resentimiento, injusticia y orgullo me abrumaban. Podía sentir que me hervía la sangre, que mi cara se ponía roja y me tragué lágrimas de ira.

Poco a poco ordené mis pensamientos y me pregunté: "Has estado practicando Falun Dafa durante más de 20 años. ¿Por qué te sacudes tan fácilmente ante una prueba?". Al meditar en esto, me calmé y me recordé que esa era una oportunidad para practicar la tolerancia. En mi mente, recitaba repetidamente: "Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer" (Novena LecciónZhuan Falun). Poco a poco, me sentí más ligera y seguí atendiendo a mi suegra.

Poco después, mi otro cuñado y su esposa vinieron a visitar a mi suegra. Tan pronto como entraron, este cuñado preguntó: "¿Se fue él [su hermano] a su casa?". Sonreí, pero había una tormenta de emociones en mi interior, mientras les contaba lo que acababa de suceder. La pareja intercambió miradas, me consolaron y me dijeron que no me lo tomara como algo personal. En ese momento, me sentí aún más sofocada, y el resentimiento y el agravio que las pocas líneas de Zhuan Falun acababan de disolver, resurgieron.

Esa noche, en casa, le conté a mi esposo todo lo que había sucedido durante el día. Para mi sorpresa, me preguntó: "¿Estás segura de no estar exagerando nada? Ya estás muy cansada, ¿por qué le estás dando tanta importancia?". Me quedé allí, con la boca abierta. No obtuve el consuelo que esperaba. De repente, sentí que mi cuñado me estaba acosando y mi esposo me acusaba de armar un escándalo. Reflexionando sobre los muchos años de apoyo espiritual y material que había dado a mis suegros, mucho más que a mis propios padres, comencé a etiquetar a toda su familia como "ingrata". Era como si mi cuerpo estuviera siendo drenado por el abrumador agravio y resentimiento.

Estudié el Fa y envié pensamientos rectos, y a medida que gran parte de ese resentimiento se disipó, me calmé.

Mi cuñado siguió cuidando de su madre. Yo la visitaba cada pocos días para ver cómo estaba y comprar algunas cosas necesarias para cada día. Cada vez que veía a mi cuñado, hablaba con él cortésmente. Pensé que había liberado mi resentimiento y odio, y ya no mencionaba el incidente a mis familiares o amigos. Pero en realidad, no había desaparecido por completo. Cada vez que me sentía agraviada o escuchaba un ligero tono de incomodidad, el resentimiento volvía a agitarse. A pesar de estudiar continuamente el Fa y enviar pensamientos rectos, y a pesar de que conocía la importante misión de un practicante de Dafa, esta emoción de resentimiento aún persistía.

A medida que se acercaban las vacaciones del Año Nuevo Chino, mi esposo sugirió que fuéramos a la casa de sus padres para cocinar y limpiar. Acepté, pero por dentro me resistía. Mientras conducía el coche, pensé en todos los males que me habían hecho en el pasado. Cuando llegamos y cerré la puerta del coche, mi dedo se quedó atrapado en la puerta. Un dolor agudo me atravesó, y mientras gritaba: "Falun Dafa es bueno", saqué mi dedo, solo para ver que la uña de mi dedo anular se había vuelto negra. El dolor reemplazó a mi resentimiento, y de repente me puse lúcida. Yo estaba equivocada y no debería quejarme más.

Continué estudiando el Fa para eliminar este resentimiento. Envié pensamientos rectos para que el resentimiento muriera y escuché a otros practicantes compartir sus experiencias sobre cómo deshacerse del resentimiento. ¿Por qué había persistido este apego durante tanto tiempo? Realmente necesitaba calmarme y profundizar para examinarme a mí misma.

Descubrí que cuando estaba tratando de eliminar el resentimiento, solo estaba abordando la superficie y no yendo a la raíz del mismo. Shifu dijo: "Mirar hacia adentro es una herramienta mágica" (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional  en Washington, DC 2009). Así que empecé a mirar profundamente en mi interior.

En mi vida, fui mimada por mi esposo, amada por mis hijos y vivíamos una vida cómoda. Esto me llevó a parecer modesta y humilde en la superficie, pero en el fondo, era arrogante y autoritaria, incapaz de tolerar las críticas. Sin darme cuenta, mostraba un sentido de superioridad en mis palabras y acciones. Esto fomentó un fuerte deseo de presumir y buscar cumplidos y admiración, lo que a su vez dio lugar a un sentimiento de desprecio hacia los demás. Mientras miraba hacia adentro, descubrí que cada vez que se desencadenaban estos apegos, surgía el resentimiento. Estas nociones alimentaban el resentimiento. Con tantos apegos que me agobian, ¿cómo podría mejorar? ¿Cómo podría aclarar la verdad a la gente?

Shifu nos pide que miremos hacia adentro cuando enfrentemos retos

En la habitación del hospital, cuando le pedí a mi cuñado que se fuera a casa y descansara, de verdad tenía la intención de que fuera en su beneficio. Pero lo hice en un tono dominante, influenciada por la cultura del Partido Comunista Chino (PCCh), en el sentido de que las mujeres deben ser fuertes y dominantes. Si hubiera usado el tono gentil y humilde que se espera que tengan las mujeres tradicionales, no podría haberse enojado conmigo.

Mi cuñado fue una vez un practicante de Dafa, pero luego se convirtió al budismo porque temía la persecución del PCCh. Lo menosprecié por renunciar a Dafa, por su manera de gastar  impulsiva y excesivamente, y por su falta de limpieza. Aunque yo actuaba como si me preocupara por él, en el fondo, tenía una actitud condescendiente, lo que hacía que mi preocupación por él no fuera genuina. Así que él podía sentirse realmente incómodo. Después de reflexionar, me di cuenta de que en realidad no estaba siendo amable con él. Así que cuando de repente arremetió contra mí, mi orgullo y mi corazón de injusticia se colgaron de mi fuerte sentido del ego. Aunque contuve mi ira y no discutí, solo pude reprimirla con lágrimas.

A lo largo de los años, mi cuñado cuidó de su madre, sin desvestirse por la noche ni dormir bien. Durmió en el sofá cerca de ella durante cuatro años, sin ninguna queja o resentimiento, soportando lo que muchos otros no hubieran podido. Durante estas vacaciones del Año Nuevo Chino, una noche antes de que su madre fuera hospitalizada, ella tuvo fiebre en casa. Me quedé despierta toda la noche para cuidarla. Mi cuñado no paraba de decirles a otros miembros de la familia: "No durmió en toda la noche. ¡No durmió en toda la noche!". Su tono estaba lleno de cuidado y preocupación por mí. Él había pasado innumerables noches sin dormir a lo largo de los años, ¡pero nunca se quejó!

Shifu usó a mi esposo, amigos y otros practicantes para ayudar a elevarme, sin embargo, yo seguí concentrándome en los defectos de mi cuñado, sin considerar por lo que él podría estar pasando. Que, tan buen cuñado haya perdido los estribos conmigo, estaba dirigido a exponer mis apegos ocultos, y ayudarme a eliminarlos,  al mismo tiempo que me recordaba que mirara hacia adentro. La herramienta para desarraigar estos apegos es buscar dónde lo estoy haciendo mal y pensar más en cómo se sienten los demás.

A partir de ese momento, el resentimiento de meses que había albergado hacia mi cuñado, desapareció por completo. Cuando pienso en esos recuerdos dolorosos, siento como si una suave brisa primaveral pasara, ¡y realmente experimento la alegría de estar siendo elevada por el Fa!

¡Estoy profundamente agradecida con nuestro compasivo y gran Shifu por su salvación!