(Minghui.org) Cuando recuerdo el camino de cultivación que mis hijos y yo recorrimos, me doy cuenta que todo lo que tenemos fue otorgado por Shifu y su Misericordia. Me gustaría compartir nuestra historia y aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a Shifu y a Dafa por estar ahí para nosotros.

Dolor de cabeza persistente es eliminado

Tenía una cefalea neurogénica genética, que también la padecían mi abuela y mi padre. Mi hermana mayor, mi hermano y yo padecíamos la misma afección, incluso mi hijo y mi hija sufrían ese dolor de cabeza. Cuando estaba de buen humor, el dolor de cabeza disminuía, pero cuando estaba de mal humor, era más fuerte, y a veces me daba náuseas. Cuando el dolor era intenso tenía que quedarme en cama y tomar analgésicos. Mi enfermedad era incurable.

Creía que era una buena persona y mis vecinos decían que era amable. Pero era intolerante. Si alguien me trataba bien, yo lo trataba mejor. Si alguien me trataba mal, me sentía resentida y agraviada. Cuando mi esposo era bueno conmigo, vivíamos felices. Cuando teníamos conflictos, no hablaba con él y me sentía infeliz.

Empecé a practicar Falun Dafa a finales de 1997. Leyendo Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Me di cuenta de que estaba lejos de ser una buena persona y de que el propósito de mi vida era volver a mi naturaleza original. Tenía que mirar hacia dentro siempre que hubiera conflictos y comportarme según los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Comprendí que la enfermedad era causada por el yeli que una persona acumulaba vida tras vida.

Después de leer el Fa me sentí feliz y mi vida se iluminó. Cuando mi esposo no me trataba bien, ya no me sentía resentida ni agraviada. Tenía un objetivo. Me levantaba temprano para hacer los ejercicios de Falun Dafa y por la noche leía el Fa con los otros practicantes. Me sentía feliz todos los días.

El dolor de cabeza neurogénico desapareció después de practicar Falun Dafa durante 6 meses; han pasado 26 años y nunca ha vuelto. ¡Gracias Shifu por purificar mi cuerpo!

Tener una mentalidad abierta

Debido a la intensa presión ejercida sobre los practicantes y sus familias por la persecución a Falun Dafa por parte del Partido Comunista Chino (PCCh) en 1999, mi familia se desmoronó. Tuve que irme de casa y buscar trabajo en otra ciudad.

Empecé a trabajar como ama de llaves en 2015. La casera era una señora mayor muy decente. Era buena conmigo. Con frecuencia le contaba la verdad sobre Falun Dafa, y ella comprendió que la persecución era un error.

Había muchas ventanas en su casa y un día me pidió que las limpiara. Las limpié con un paño y luego con papel mojado. Pensé que había hecho un buen trabajo, pero ella me dijo que las ventanas no estaban limpias. Sentía que lo había hecho lo mejor posible y no quería volver a limpiar todas esas ventanas. Me dio una botella de alcohol y me dijo que la usara para volver a limpiar los cristales. Me sentí incómoda, pero me recordé que soy una practicante, así que lo dejé pasar. Puse un poco de alcohol en el paño y limpié una ventana. Cuando revisó el cristal, dijo: "Ya está limpio".

En ese momento comprendí lo que dijo Shifu: "He dicho que nuestra vía apunta directamente al corazón humano, no es que te hace perder realmente desde los beneficios materiales" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Si no me hubiera comportado de acuerdo con los principios de Falun Dafa, la situación se habría vuelto nada agradable, y ambas nos habríamos sentido incómodas. Aunque el asunto era trivial, marcó una gran diferencia cuando consideré los sentimientos de la otra persona.

Antes de irme le regalé un calendario de mesa para el Año Nuevo. Su hijo lo puso sobre la mesa. Ella preguntó: "¿Por qué no se permite una práctica tan buena? ¿Cómo es posible que ser tan buena persona perjudique a la gente?". Ella sabía que el bien es recompensado y el mal es castigado. Una vez comentó que fue testigo de dos incidentes que lo confirmaron.

De lo imposible a lo posible

Mi hija tenía nueve años y mi hijo tres cuando empecé a practicar Falun Dafa. Cuando le conté a mi hermana las cosas asombrosas que experimentaban los practicantes, mi hija me escuchó. Ella sentía que Falun Dafa era realmente bueno, y a veces hacía los ejercicios conmigo.

Cuando el PCCh empezó a perseguir a Falun Dafa, las autoridades de nuestra ciudad nos exigieron entregar nuestros libros de Falun Dafa. Si no los entregábamos, decían que registrarían nuestras casas. Escondimos los libros. Mi hija escondió un libro en su mochila y ese libro ha estado con nosotros desde entonces. Me emocioné mucho cuando me lo contó.

Cuando ella terminó la secundaría, me dijo que quería matricularse en la Universidad de Changchun, la ciudad natal de Shifu. Su deseo se hizo realidad.

Después de graduarse, fue a una entrevista de trabajo y la aceptaron para realizar una capacitación. Pero exigían que depositara cierta cantidad de dinero. Yo no disponía de ese dinero. Mi hija y yo hablamos de la situación y acordamos seguir el curso natural. No se quejó, no se puso nerviosa ni perdió la esperanza. Mantuvo la calma. Conseguí reunir la cantidad 10 días antes de que venciera el plazo. La empresa la aceptó. Era una buena oportunidad y todos la envidiaban. Estábamos muy agradecidos a Shifu.

Mantener la amabilidad

Mi hija trabajó para la empresa durante unos cinco años. Como estaba lejos de casa, quería que la trasladaran a la sucursal más cercana. Otros compañeros de su departamento, entre ellos dos que solo llevaban dos años en la empresa, fueron trasladados a donde pidieron, pero ella no. Sentía que estaba perdiendo prestigio. Se sintió triste y se preguntó si debía enviar regalos a su jefe. No me pareció bien y le dije que no había que seguir la tendencia corrupta de la sociedad y sobornar al jefe. eliminó la envidia y el miedo de perder su reputación. Se tranquilizó y siguió trabajando feliz todos los días.

Cuando llegó la siguiente oportunidad, la trasladaron a la sucursal local. Nos dimos cuenta que cuando nos rectificábamos y éramos amables, no perdíamos. En realidad, salíamos ganando.

Fue arreglado para ti

Mi hijo solo tenía tres años cuando empecé a practicar. Me detuvieron repetidamente después que comenzó la persecución en 1999. No tuve mucho tiempo para guiar a mi hijo en la lectura de los libros de Falun Dafa.

En 2008 me detuvieron y me condenaron a dos años de trabajo forzado.Cuando estaba encarcelada recibí una carta de mi hijo. Él escribió: "Mamá, por favor, haz bien lo que debas hacer. No te preocupes por mí. No me perderé en esta sociedad desviada". Las practicantes de mi celda estaban muy conmovidas. En un entorno tan duro, sus palabras me animaron mucho.

Dos años después cuando me liberaron, él me dijo que creía aún más en Falun Dafa después de mi detención. Estudiaba el Fa y comprendía por qué los practicantes salvaguardaban el Fa. Aprendió a ser una buena persona con el estudio del Fa. Le fue bien en la escuela y fue admitido en una universidad importante. Yo no pude cuidar de él, pero Shifu lo hizo.

Él me contó una historia: Un día quiso comer bollos al vapor. Siempre compraba dos bollos a la señora que atendía la cafetería. Ese día pagó dos, pero esperaba que le dieran tres. Como resultado, ella le dio tres bollos. Se sintió muy feliz. Al darse la vuelta, chocó con otro estudiante y un bollo se le cayó del plato. Inmediatamente comprendió que no debía tomar algo gratis porque perdería virtud, y que Shifu lo protegía. Pagó el tercer bollo. Posteriormente escribió un artículo sobre este incidente. Él sintió que los principios de Falun Dafa lo guiaron, y se rectificó con el Fa.

Actualmente, mi hijo trabaja. Se guía por los principios de Falun Dafa cada vez que encuentra dificultades, y permanece tranquilo y en paz. Sabe que todo lo que tiene se lo dio Falun Dafa.

Falun Dafa puede rectificar los corazones de las personas y permitirnos regresar a nuestros hogares originales. Todos en este mundo son afortunados por haber nacido en una era en la que Falun Dafa se está difundiendo. Sé lo urgente que es el tiempo, luego de leer el Jingwen “Por qué existen los seres humanos". Espero que todos aprecien esta oportunidad y se salven.