(Minghui.org) Tengo 70 años y me he beneficiado enormemente desde que empecé a practicar Falun Dafa en 1997. Disfrutando de la inmensa gracia del Fa, estoy saludable y soy feliz. Ya no discuto con mi esposo por cosas pequeñas y le dejo salirse con la suya cuando surgen conflictos. Comparada con mi antigua yo, ahora estoy más dispuesta a ayudar a los demás.

En 1998 trabajaba en el punto de atención al cliente de un hotel. Un día se me acercó una huésped y me pidió un descuento en su habitación. Había viajado desde el noreste de China a Beijing en busca de tratamiento médico y necesitaba quedarse más tiempo del previsto debido a una complicación. Aunque no tenía la facultad para rebajar las tarifas, entendí muy bien su situación. Saqué mi cartera y le di algo de dinero para que ella y su familia disfrutaran de una buena comida. Se conmovió y me dio las gracias. Le dije que me alegraba poder ayudarla porque practico Falun Dafa. No sabía exactamente en qué consistía validar el Fa, pero quería decirle a todo el mundo que Falun Dafa es bueno.

Perseguida por mis creencias

El régimen comunista chino no podía tolerar una práctica espiritual que enseñara a la gente a ser buena. Falun Dafa, conocido comúnmente como Falun Gong en China, fue prohibido por el gobierno al año siguiente y se inició una campaña de persecución nacional contra la práctica. El Partido Comunista Chino (PCCh) inventó mentiras, calumnió y difamó a Falun Dafa. Los medios de comunicación estatales difundieron propaganda con toda su fuerza. Cuando algunos huéspedes del hotel dijeron cosas irrespetuosas sobre Shifu y sobre Dafa, les dije que no era cierto. Les expliqué por qué la propaganda estaba llena de mentiras y les pedí que no dijeran más esas cosas. Agacharon la cabeza y se callaron.

En el verano de 2000, un cliente me dijo que había visto a montones de practicantes de Falun Gong de fuera de la ciudad haciendo una petición en la plaza de Tiananmen. Dijo que gritaron algo antes de que la policía les persiguiera. Yo también quería pedir al gobierno mi derecho a practicar libremente mis creencias. Fui a la plaza de Tiananmen a finales de julio, donde conocí a algunos practicantes de fuera de la ciudad. Volvimos a mi casa e hicimos una pancarta que decía "Falun Dafa es bueno". De regreso a la plaza de Tiananmen, izamos la pancarta y gritamos: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Restauren la reputación de Shifu!".

Ese día me detuvo la policía y me condenaron a un año de trabajos forzados. Tras ser liberada, me despidieron del trabajo. Agentes de la comisaría local y del Comité de Residentes me vigilaron las veinticuatro horas del día y me acosaron con frecuencia en casa. En enero de 2002 me volvieron a detener y me sometieron a un intenso lavado de cerebro. Fue una época muy oscura: vivía con miedo y ansiedad constantes, lo que repercutió en mí. Me fui de la ciudad para evitar el acoso interminable y las inminentes detenciones.

En 2003 compré un segundo apartamento lejos del distrito donde estaba registrada como residente. Era muy ingenua y pensaba que así la policía no podría encontrarme. Antes de los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, la policía detuvo a muchos practicantes locales para evitar que hicieran peticiones al gobierno durante los eventos deportivos internacionales.

La policía visitó a mi antiguo supervisor, que envió a un compañero para que los llevara al lugar de trabajo de mi esposo. Me perseguían e intentaban localizarme. En el último momento, mi supervisor se dio cuenta del plan de la policía y dejó de cooperar con ellos. Por proteger a un practicante de Dafa, este supervisor recibió más tarde una bendición y fue ascendido a director de oficina. Shifu eliminó una gran tribulación para mí.

Predestinada a dirigir un centro de producción de materiales

Un practicante vino una vez a un estudio de Fa en grupo en mi nuevo apartamento y mencionó: "Tu vecindario es agradable y tranquilo, rodeado de hermosa naturaleza. Es ideal para un sitio de producción de materiales de aclaración de la verdad". En aquel momento no le di mucha importancia. Para ser sincera, todavía estaba muy traumatizada por haber sido detenida varias veces y sometida a un lavado de cerebro y a trabajo forzado.

Al poco tiempo, allanaron dos centros de producción de la zona. Mi nombre se mencionó durante el interrogatorio en ambos casos y la policía me perseguía. Tuve que huir de nuevo. Aunque la policía nunca me encontró, estaba desanimada y tenía serias dudas sobre mi estado de cultivación. No me planteé lo más mínimo dirigir un centro de producción de materiales.

Rápidamente llegó el 2010, me mudé de nuevo a mi apartamento y me uní a un grupo local de estudio del Fa. Los practicantes y yo estudiamos el Fa, hicimos los ejercicios y aclaramos la verdad juntos. Estar entre otros practicantes me ayudó a fortalecer mis pensamientos rectos. Poco a poco me fui abriendo a la idea de dirigir un centro de producción de materiales en casa.

Pedí opinión a una practicante de confianza y me apoyó mucho. Me sentí más segura y empecé a planificar y comprar suministros. Había trabajado como tipógrafa en una imprenta durante ocho años, así que estoy familiarizada con el proceso de maquetación, impresión y encuadernación. También había aprendido a utilizar el ordenador como representante de atención al cliente en un hotel, donde todas las reservas se procesaban electrónicamente. Shifu me dotó de todas las habilidades necesarias para dirigir un centro de producción de materiales y, por lo tanto, todo fue sobre ruedas desde el primer día.

Fabricación de materiales de alta calidad para la aclaración de la verdad

El proceso de gestionar un centro de producción de materiales es también un proceso de cultivación y mejoramiento personal. Hice rápidos avances en mi cultivación y constantemente me elevaba a nuevos niveles. Tales cambios eran perceptibles para otros practicantes. A menudo me preguntaban: "¿Por qué pareces diferente que antes?". Les decía: "Cambio a un estado mental diferente cuando hago volantes y folletos".

Tengo un gran sentido del deber y soy consciente de mis responsabilidades con el Fa. Los materiales que produzco tienen que ser visualmente agradables y pulcros para que sean eficaces en la salvación de los seres conscientes; en lo que a mí respecta, no hay otra forma. Sigo un estricto proceso de control de calidad para asegurarme de que todos los folletos se impriman y encuadernen correctamente. Otra practicante se une conmigo cada noche para enviar pensamientos rectos antes de salir a distribuir los materiales.

Antes había otro centro de producción de materiales en la zona. En una ocasión, se imprimió incorrectamente un lote de folletos de una sola página por las dos caras, quedando el reverso al revés. Sin embargo, los folletos se siguieron distribuyendo con un error tan considerable. El coordinador me lo comunicó, así que visité al responsable. Le dije: "Los folletos están mal impresos. No podemos distribuirlos así. ¿Cómo va a leerlos la gente?". Me contestó: "Mira, así. Dale la vuelta cuando llegues a la parte de atrás. Todavía se puede leer. Es lo mismo". Le sugerí que tomara este asunto más en serio, pero insistió en que estaba bien. Poco después, este practicante fue denunciado a la policía y fue detenido. Le condenaron a dos años de trabajo forzado. Fue una seria lección para todos nosotros.

Código de conducta en la interacción con el sexo opuesto

Cuando entregaba material al coordinador local, me comunicaba a menudo con él para conocer las necesidades de los practicantes locales y ajustar mi producción adecuadamente. Después de un tiempo, la esposa del coordinador, también practicante, se disgustó con él. Le preguntó porqué parecía feliz conversando conmigo y no con ella. Le acusaba de preferirme a mí y no le gustaba su tono de voz.

Cuando me enteré de esto, le dije a la esposa del coordinador lo que había dicho Shifu:

“Dafa dizi: dije largo tiempo atrás que la lujuria es un obstáculo fatal para un cultivador que se deja mover y llevarse demasiado y fuertemente por este qing” (Exponiendo el Fa en el Fahui del Oeste de los Estados Unidos, 2004, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. V).

Al citar la enseñanza del Fa de Shifu, quise dejarle claro que un verdadero practicante no tendría tal apego a la lujuria y el deseo, ni siquiera albergaría tal pensamiento. Pero ella se aferró a su idea y siguió criticando a su esposo.

Pedí consejo a otros practicantes. No creía tener apego a la lujuria y sentía que no había ningún tipo de atracción entre el coordinador y yo. Hablaba y trataba a todos de la misma manera y no tenía nada que ocultar. Actuaba de forma recta y digna y mi corazón era puro. "¿Qué había hecho que no estaba alineado al Fa?". Miré hacia mi interior para examinarme: "¿Es el demonio de la lujuria de mi campo dimensional el responsable de esta tribulación?".

Leí un artículo en el sitio web de Minghui que sugiere a los practicantes mantener una distancia adecuada con el sexo opuesto. Me di cuenta que no había sido estricta conmigo misma en este sentido. Había sido descuidada al relacionarme con practicantes masculinos. Aunque no hice nada fuera de lugar ni albergaba pensamientos inapropiados, debí mantenerme al margen del conflicto del coordinador y su esposa. Decidí dejar de ir a su casa y dejé de suministrarles material.

Antiguamente, un hombre y una mujer no se miraban a la cara ni hacían contacto visual directo al hablar. El código de conducta relacionado con las interacciones con el sexo opuesto era muy estricto. Como cultivadores, nos esforzamos por restaurar la cultura y los valores tradicionales y, por tanto, debemos atenernos a normas aún más estrictas. Cuanto más alto es el nivel en el que cultivamos, más estrictos debemos ser con nosotros mismos. En retrospectiva, me siento avergonzada de que ni siquiera estuve a la altura de los valores tradicionales, y mucho menos de los estándares del Fa. Tengo que cultivarme con más diligencia y elevarme a niveles superiores.

El coordinador y su esposa empezaron a recibir materiales de aclaración de la verdad de otro centro de producción, aunque estaba más lejos. Un par de años más tarde, la esposa del coordinador sufrió un grave yeli de enfermedad que duró varios años. La hospitalizaron varias veces, pero no parecía mejorar. Después de muchos tratamientos, seguía dependiendo de una máquina de oxígeno para respirar. Pensé: "Todos los practicantes formamos parte de un solo cuerpo. Tengo que visitarla; quizá pueda ayudarla".

La esposa del coordinador y yo mantuvimos una larga y profunda conversación durante mi visita. Me dijo que después se sintió mucho mejor. Pregunté al matrimonio: "¿Qué les parece si un par de practicantes más y yo vamos a estudiar el Fa con ustedes?". Aceptaron. Después de unas cuantas sesiones de estudio del Fa, la esposa del coordinador se levantó un día y me pidió disculpas delante de todo el grupo: "Lo siento. Todo fue culpa de mi esposo y no tuvo nada que ver contigo. Por favor, perdóname y no te enfades conmigo. Eres bienvenida a nuestra casa cuando quieras".

Sonreí: "Si aún estuviera enfadada, no estaría hoy aquí sentada, ¿cierto? Como practicantes de Dafa, cultivamos de una manera recta y digna. No serviría de nada que ni el más mínimo pensamiento nuestro no fuera recto, sobre todo cuando dirigimos un centro de producción. Tenemos que vivir de acuerdo con normas más elevadas. El apego a la lujuria es una grave brecha y podría ser fácilmente explotada por las viejas fuerzas: no te dejarían en absoluto librarte de ella. Si mis acciones y mis pensamientos no fueran rectos, no habría soportado tanto tiempo ni seguiría aquí sentada hoy". Todos los practicantes le sonrieron y se alegraron por ella: había encontrado sus apegos y fue capaz de disculparse por sus errores. Estaba mejorando.

Compañeros practicantes protegen el lugar de producción

Algunos practicantes de todo el país e incluso del extranjero presentaron denuncias penales en 2015 contra Jiang Zemin, el antiguo jefe del PCCh que inició la persecución contra Falun Dafa. Ayudé a muchos practicantes locales a redactar y editar sus denuncias. Después de enviarlas, al poco tiempo los practicantes recibieron la confirmación de que su correo había sido recibido por el Tribunal Supremo.

Dos meses después, la policía local empezó a detener a los practicantes que presentaron una denuncia. Cuando yo presenté la mía, utilicé la dirección de otro practicante para tener más cuidado, ya que tengo un centro de producción en mi casa. Le dije que si la policía venía a buscarme, les dijera que era una inquilina. Eso me salvó. Efectivamente, la policía fue a buscarme a casa y les dijeron que me había mudado.

Los practicantes arrestados fueron detenidos e interrogados arbitrariamente. Cuando les preguntaron quién les ayudaba con las denuncias y cómo las imprimían, los practicantes se mantuvieron firmes y no dieron ninguna información sobre el lugar de producción. Dijeron que recurrieron a imprentas minoristas. Estoy profundamente agradecida con todos los practicantes.

Dirigir un centro de producción de materiales de esclarecimiento de la verdad es un trabajo arriesgado, sobre todo teniendo en cuenta que la persecución ha sido implacable en los últimos años. Algunos practicantes locales fueron detenidos mientras distribuían folletos, pero nunca revelaron el origen de los materiales. Todos protegen voluntariamente el lugar de producción. Quiero darles las gracias a todos: sin sus rectos pensamientos y su protección, sin la protección de Shifu, no habría podido seguir adelante. Muchas gracias a todos por su apoyo.

Atendiendo a las necesidades de los practicantes locales

La persecución continúa desenfrenada en China después de más de 20 años. Mi centro de producción es el único que queda en un radio de 16 kilómetros; todos los demás han sido clausurados por la policía. Hago todo lo que puedo para suministrar a los practicantes locales materiales de aclaración de la verdad y libros de Dafa.

Cuando se publicaron cinco nuevos libros de Dafa, todos querían adquirir sus propios ejemplares, lo que comprendí perfectamente. Para ayudarme a distribuirlos más rápidamente, algunos practicantes se ofrecieron como voluntarios. Sin embargo, después de pasar algún tiempo en la imprenta, se dieron cuenta que no podían hacer mucho, ya que cada paso implicaba muchos detalles y requería conocimientos específicos y técnicos. Tenían miedo de equivocarse y desperdiciar papel y yo tampoco quería que se desperdiciaran los suministros, así que terminé haciéndolos todos. Todos esperaban recibir sus copias y trabajé desde el amanecer hasta medianoche.

Un día, en mitad de la impresión de un archivo, la impresora láser dejó de funcionar en medio de un trabajo. Intenté enviar un par de archivos más a la fila. Volvió a funcionar, pero se paró de nuevo después de imprimir unas cuantas páginas. Me tomó varios intentos imprimir todas las páginas. Sin embargo, fue muy difícil ponerlas en orden. Tenía todas las impresiones repartidas en dos mesas y solo verlas me daba dolor de cabeza. ¿Qué estaba sucediendo?

Un practicante me ayudó a llevar la fotocopiadora láser a un taller de reparaciones. El técnico la conectó a su ordenador y dijo que todo estaba bien después de probarla. Sugirió que podría ser un problema con mi sistema operativo. Después de que el practicante me reinstalara el sistema operativo, miré hacia dentro y descubrí mi impaciencia y mi apego a hacer las cosas rápidamente. Envié pensamientos rectos para eliminar estas nociones humanas. También empecé a ir con regularidad al grupo local de estudio del Fa y corregí mi mentalidad. Desde entonces, las cosas han ido mucho mejor, y he producido más de 150 series de los nuevos libros de Dafa.

También hago copias de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, con regularidad. Algunos practicantes perdieron sus libros durante los registros policiales y, cuando salieron de la cárcel o fueron detenidos, necesitaban libros nuevos. Parece que a los practicantes les gusta más cuando los encuaderno a mano con hilo, porque los libros quedan planos al abrirlos y es más fácil leer los caracteres más cerca del lomo. Cuando se encuadernan con grapadora, los libros no quedan planos, lo que crea muchas molestias. Por demanda popular, ahora encuaderno a mano casi todos los libros de Zhuan Falun.

Mantengo la producción de materiales de aclaración de la verdad durante el día y encuaderno los libros cuando tengo tiempo por la noche. Al ver que trabajo muchas horas, un practicante me dijo: "Es demasiado trabajo para ti encuadernar a mano todos los libros. ¿Por qué no usas una grapadora?". Sonreí: "Es más fácil leer un libro encuadernado a mano. No está mal. Estoy bien". Me alegra poder ayudar cuando los practicantes locales necesitan copias de Zhuan Falun u otros libros de Dafa. Siento que contribuyo a que sean diligentes con el estudio del Fa y la salvación de los seres conscientes.

Produzco materiales según las necesidades de los practicantes locales. Cada practicante tiene sus propias ideas y estilo de esclarecer la verdad. Necesitan distintos tipos de materiales, de modo que cada persona puede elegir el que mejor le convenga y a los seres conscientes a los que está predestinado a salvar. Hago todo lo posible por satisfacer las peticiones de todos y producir una amplia variedad y cantidad de materiales.

Ayudando a los practicantes a superar las tribulaciones

Cuando los practicantes atraviesan tribulaciones o yeli de enfermedad, a menudo necesitan el ánimo y el apoyo de los demás. Es una gran oportunidad para ayudar a otros practicantes y mejorar uno mismo.

Una practicante local estaba atravesando un grave yeli de enfermedad y me pidió ayuda. Pasé el día en su casa estudiando el Fa y enviando pensamientos rectos con ella. Era tarde cuando llegué a casa y estaba agotada. Apenas me metí en la cama, el esposo de la practicante llamó a mi puerta. Mi esposo entró en el dormitorio un par de minutos después y dijo: "Deprisa, levántate. Él condujo lo más rápido que pudo para llegar aquí. Ella está en estado crítico". Me levanté rápidamente y salí con mi esposo. En el auto, su hija de 14 o 15 años me dijo: "Señora. Sentimos molestarla tan tarde". Yo sonreí: "Estoy bien. Pero les agradezco su consideración".

Cuando llegamos a casa de la practicante, vi a su madre, también practicante, presionando fuertemente con ambas manos sobre el pecho de la practicante. La practicante emitió un quejido muy extraño que ni siquiera puedo describir. Le dije: "Date prisa. Pide ayuda a Shifu". Su madre dijo: "Ahora mismo no puede ni hablar". Le dije: "Toma un pequeño sorbo de agua, eso puede ayudar". La practicante bebió un poco de agua y escupió una breve petición, un carácter cada vez.

Me senté y empecé a enviarle pensamientos rectos. Veinte minutos después, estaba mucho mejor. Me contó que innumerables guardias rojos del PCCh de otra dimensión vinieron a reclamar su vida. Le dije que recitara la fórmula de los pensamientos rectos y eliminara todo el mal. Me senté a su lado y reforcé también sus pensamientos rectos. Quince minutos más tarde, los guardias rojos habían desaparecido y ella se encontraba en un estado mucho más estable. Su madre me dio las gracias y me sugirió que me fuera a casa a descansar, pero le dije que prefería quedarme y seguir enviando pensamientos rectos.

A la mañana siguiente, la practicante se incorporó mientras conversaba conmigo y parecía completamente normal. Su esposo se sorprendió: "Vaya, ya está bien". Se sintió aliviado y se fue a trabajar. Me quedé con ella los dos días siguientes. Estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos junto con su madre.

Cuando se atraviesa un yeli de enfermedad grave, a los practicantes les viene muy bien recibir ayuda y apoyo de otros practicantes para fortalecer sus pensamientos rectos. Alguien me dijo una vez: "Cuando aparecen otros practicantes [mientras atravieso el yeli de enfermedad], aunque solo se queden sentados sin decir nada, me siento mejor al instante". Entiendo que cuando los practicantes se reúnen, nuestra energía positiva forma un enorme campo que es tremendamente beneficioso para el practicante que está atravesando yeli de enfermedad.

Conclusión

La fa-rectificación se está acercando a su fin. Shifu publicó recientemente dos artículos seguidos, uno el 31 de agosto y otro el 1 de septiembre de 2023. En Mantente alejado del mal peligroso, Shifu dijo:

“Shifu no te debe nada. Mientras Shifu te salva, también soporta el pecado de ye por ti, y además tiene que hacer todo lo posible para compensar tu pecado de ye; es lo que tú le debes al Shifu” (Mantente alejado del mal peligroso).

Cuando leí este pasaje, se me llenaron los ojos de lágrimas. ¿Cómo podremos recompensar a Shifu? Nuestro Shifu compasivo soporta el yeli del que ni siquiera somos conscientes. Solo cuando nos cultivemos diligentemente, salvemos a más seres conscientes y cumplamos nuestros votos históricos, podremos seguir a Shifu a nuestros verdaderos hogares.