(Minghui.org) Luego de comenzar a practicar Falun Dafa en 1997, me beneficié mucho de ello. Me gustaría compartir dos incidentes en los que Shifu, me protegió cuando estaba en peligro.

Protegido de un perro lobo

Poco después de empezar a practicar Dafa. Una mañana, alrededor de las 4 a.m., me dirigía a un sitio cercano de práctica en grupo. La familia de la esquina tenía un gran perro lobo que normalmente estaba encadenado.

Pero aquella mañana, al pasar por delante de la casa, el perro salió corriendo, me tiró al suelo y cerró sus fauces sobre mi trasero. Mi mente se quedó en blanco y grité: "¡Shifu, por favor, sálvame!". Antes de terminar la frase, el perro me soltó y salió corriendo. Di las gracias a Shifu y me fui a hacer los ejercicios como de costumbre. Cuando regresé a casa, vi que no tenía ninguna herida.

Liberado poco después de ser detenido

Varios practicantes y yo fuimos a Beijing en octubre de 2000 para pedir el derecho a practicar Falun Dafa. Desplegamos una pancarta en la plaza de Tiananmen y nos detuvieron. Los policías nos golpearon y nos llevaron al Centro de Detención del condado de Pinggu, en las afueras de Beijing. Tomaron nuestros nombres y direcciones y nos sacaron fotos.

Tras ser trasladados a la Oficina de Enlace de la provincia de Jiangxi, en Beijing, todos pensamos que no debíamos reconocer la detención ilegal y que debíamos intentar escapar. Toqué la cerradura de la puerta y se abrió de milagro. Así escapamos.

Aproximadamente un mes después, volvimos a Beijing para apelar de nuevo. Nos detuvieron por segunda vez y nos llevaron al mismo centro de detención. Los policías me reconocieron y empezaron a buscarme en la base de datos del ordenador. Envié fuertes pensamientos rectos para borrar cualquier información sobre mí, para que no cometieran más malas acciones.

Tras pasar horas buscando en su base de datos, seguían sin encontrar mi información. Entonces hice una huelga de hambre para protestar por la persecución y me liberaron unos días después.