(Minghui.org) Tengo 11 años y empecé a practicar Falun Dafa con mi abuela, mi madre y mi tía cuando tenía cinco años. Vivimos en California. Este verano viajé a Nueva York para asistir al campamento de verano de danza del Shen Yun Arts Proficiency Assessment Center. Me gustaría compartir con vosotros algunas de mis experiencias de cultivación.

Aguantando el dolor

Me dolían mucho las piernas cuando empecé a hacer estiramientos los primeros días del campamento de danza. También tuve que correr para aumentar mi resistencia. Estaba cansada y sentía que todo era difícil. Quería llorar, y las dos primeras noches lloré varias veces con mi madre mientras compartía mis sentimientos con ella.

No me estiré tanto cuando aprendí danza en California. Nunca me lo tomé en serio y siempre tomé el atajo. En cuanto empezaron las vacaciones escolares, mi familia y yo nos fuimos de vacaciones a Hawai y disfruté mucho, lo pasé muy bien. Por eso, cuando empezó el campamento me costó acostumbrarme al entrenamiento de alta intensidad.

Una noche, cuando me quejé, mi madre me recordó una parte de las conferencias de Shifu.

Shifu dijo:

“En el pasado, cuando realizaba el xiulian, muchas personas elevadas me dijeron palabras así: «Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer»”. (Novena lección, Zhuan Falun)

Mi madre me dijo: "¿Puedes intentar soportarlo? Sigue intentándolo y a ver si puedes persistir hasta el final".

Pensé en ello toda la noche. Cuando estiré al día siguiente, apreté los dientes e intenté que mis piernas tocaran el suelo y hacer una extensión completa de mis piernas.

La profesora de danza llamó a mi grupo un día que estábamos estirando las piernas. Dijo que nos estiraría y yo fui la primera en ser estirada. En cuanto me senté, me invadió un fuerte miedo. Cuanto más me estiraban las piernas, más miedo sentía. Me asustaba el dolor y empecé a llorar. Después empecé a llorar cada vez que pensaba en ser estirada por la profesora.

Mi profesora de danza me dijo que cuanto más miedo tuviera a los estiramientos, más dolor sentiría. Me acordé de ello cuando volvió a estirarme la semana siguiente. Esta vez intenté no tener miedo. Resultó que los estiramientos no eran tan dolorosos como yo pensaba.

Cuando estaba en California tenía alergias cutáneas, y sabía que se debía a que no estudiaba el Fa ni practicaba bien los ejercicios. A veces, me sentía mareada e incluso lloraba porque me dolía mucho el estómago. En el campamento, no solo mejoro mi baile, sino que también fui más diligente en la lectura del Fa y la práctica de los ejercicios. Ahora me siento fuerte y muy sana. Me he dado cuenta de que soportar el dolor no es malo. También estoy perdiendo poco a poco el miedo al dolor.

Identificar y eliminar apegos

Intenté por todos los medios ponerme al día en las clases de baile porque el campamento ya había empezado antes de que yo llegara. Aunque tenía miedo de no poder ponerme al día, holgazaneé durante las clases de baile y no me las tomé en serio. También empecé a tomar el camino fácil a la hora de estirar. Poco a poco fui viendo mi apego a la pereza. La profesora nos dijo: "Si de verdad quieren ayudar a su compañera, deberían estirarla más". Sin embargo, pedí a mis compañeras que no me estiraran demasiado.

Durante la siesta, fui perezosa y utilicé las colchonetas que me trajeron otras compañeras. Tampoco ayudé a guardarlas cuando terminamos. Independientemente de si se trataba de llevar las colchonetas para estirar o de colocarlas en su sitio, fui perezosa y se lo dejé a otra persona. Sé que la pereza es una manifestación de ser egoísta. Espero eliminar pronto este apego.

También desarrollé el apego al entusiasmo cuando me colocaban delante y en medio durante las formaciones de danza. Pensé: "Debo de estar haciéndolo muy bien". La profesora me reprendió al día siguiente y me señaló mis problemas. Me di cuenta de que no debía tener apego a la exultación, independientemente del lugar que ocupara en la formación. Debemos esforzarnos por aprender de los demás. Por ejemplo, debería alegrarme de todo corazón cuando una compañera hace bien sus aéreos o puede hacer una técnica complicada. No debo sentir envidia por dentro y aparentar felicidad por fuera.

Iluminarme a "Un pensamiento hace toda la diferencia"

Shifu dice:

“Lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento; si ella se quedaba tirada en el suelo diciendo: «Ay, me siento terrible, me siento mal en esta y en esa parte del cuerpo», entonces quizás se le hubiesen roto los tendones, se hubiese fracturado los huesos y hubiese quedado paralítica”. (Cuarta lección, Zhuan Falun)

Leí repetidamente lo que dijo Shifu sobre cómo "Un pensamiento hace toda la diferencia". Me empezó a doler el pie izquierdo y el dolor persistió durante más de una semana. Cada día, el dolor se intensificaba. De repente me di cuenta de que me dolía porque lo trataba como una lesión grave. Cuando empecé a pensar que mi pie estaba bien, el dolor remitió. Recordé lo que decían los mayores sobre cambiar de mentalidad.

Conclusión

El campamento de verano fue un reto, pero gané mucho. Hice nuevos amigos y mi técnica de baile mejoró.

El año que viene iré a la “Northern Academy of the Arts”. Estoy contenta porque ya he hecho algunos amigos que también asistirán a la escuela. Estoy deseando estar con ellos.

Gracias a los profesores de danza por todo lo que han hecho. Gracias por ayudarme a superar el dolor durante los estiramientos.

¡Gracias Shifu! ¡Gracias a los compañeros practicantes!