(Minghui.org) Siento que algunas de las cuestiones mencionadas en los dos artículos recientes de Shifu se aplican a mí. Me he cultivado durante muchos años, pero también me he acercado al "peligro" que mencionó Shifu.

Los miembros de mi familia fueron perseguidos en 2012. Al no poder ayudarlos, me sentí resentido y empecé a quejarme de Shifu. Esa misma noche, soñé que estaba en un campo de batalla, y las viejas fuerzas estaban disparando a los practicantes de Falun Dafa con ametralladoras. Shifu dijo a todos que se agacharan rápidamente, porque las viejas fuerzas no podían apuntar tan bajo. Como no fui lo bastante rápido, bajé la cabeza y sentí que una bala me rozaba el cuero cabelludo. Cuando desperté, me di cuenta de que había cometido un gran pecado: estaba resentido.

En otra ocasión, no controlé mi xinxing por algo sin importancia, y desarrollé rencor contra Shifu. Al día siguiente me "resfrié". Cuando mi mujer me preguntó qué me pasaba, le dije que estaba eliminando yeli. Me preguntó si había hecho algo malo. Lo pensé detenidamente, identifiqué mi error y admití ante Shifu lo que había hecho mal. El "resfrío" desapareció al instante.

Después de estas dos lecciones, realmente comprendí que quejarse de Dafa y de Shifu es una línea que los cultivadores nunca deben cruzar. Cruzarla traerá peligro, pues es el mayor pecado del universo. Todas las vidas son creadas por Dafa, y Shifu ha dado todo lo que tiene para salvarnos.

De hecho, he experimentado personalmente cómo Shifu carga con nuestro yeli y nuestros pecados. Después de que secuestraron a los miembros de mi familia, revisé la casa que habían alquilado. Vi que la habían saqueado y que estaba destrozada. Me deprimí.

Shifu vio que estaba triste y me hizo ver el dolor que sufrió por mis dos familiares. Como lo que vi no estaba en la dimensión humana, al principio no pude verlo con claridad. Pero a medida que la escena se ampliaba, pude ver claramente lo mucho que Shifu soportó por ellos. Lo que vi es difícil de describir con lenguaje humano. Vi cómo trituraban a Shifu en diez mil pedazos. Por estos dos discípulos, su cuerpo había sido triturado.

Nunca había visto una escena tan trágica en mi vida, y empecé a llorar. No pude soportarlo y le pedí a Shifu que no me mostrara más. La escena se desvaneció poco a poco.

Hace unos años, uno de mis parientes volvió a ser perseguido. Aquella vez, mi determinación de cultivarme tambaleó por primera vez. Incluso pensé en abandonar la cultivación. Después de un breve período de reflexión, prevalecieron mis pensamientos rectos. Decidí seguir cultivándome y dejarlo todo. En ese momento, rompí a llorar. Recordé lo que dijo Shifu en Viaje por Norteamérica para enseñar el FA:

"Dirían: “¿Es éste tu discípulo? ¿Crees que te está tratando como su Maestro? ¿Se está tratando a sí mismo como cultivador? ¿Tiene pensamientos rectos? ¿Ha renunciado a la vida y la muerte? ¿Ha permanecido sólido e inquebrantable como diamante?”. En momentos así, el Maestro de verdad no tiene nada que decir ante sus críticas".

En aquel momento me iluminé a muchos principios del Fa. Me di cuenta de que no era que Shifu fuera incapaz de resolver el problema. Era porque yo no soltaba el apego a si mi pariente vivía o moría. Yo era el que entorpecía la situación y por eso Shifu no podía ayudar.

Más tarde soñé que en otra vida este pariente mataba a alguien, destruía las pruebas y escapaba. Cuando me desperté pensé: "¿Cómo puede pagar una deuda tan grande de yeli?". Pero Shifu ya nos ha dicho lo que tenemos que hacer. Es decir, soltar todos los apegos y seguir firmemente el camino para ayudar a Shifu a rectificar el Fa. Siete meses después, mi pariente volvió a casa a través de un proceso asombroso. No esperaba que fuera liberado.

Shifu dijo en "Mantente alejado del mal peligroso":

"Mientras Shifu te salva, también soporta el pecado de ye por ti, y además tiene que hacer todo lo posible para compensar tu pecado de ye; es lo que tú le debes al Shifu".

Creo que fue porque hicimos lo que Shifu nos pidió, que, mientras cargaba con nuestro yeli, Shifu también consiguió compensar nuestro yeli y se produjo un milagro.

A lo largo de los años he ido aprendiendo algunas cosas sobre mis vidas anteriores: he visto que todos mis problemas y sufrimientos en esta vida se deben a retribuciones del pasado, como mi aspecto, la relación con mi mujer, los conflictos con mis compañeros de trabajo y mis ingresos. Incluso el reciente accidente en el que perdí las uñas de los pies fue causado por cosas malas que hice en una vida anterior. De hecho, solo he devuelto una pequeña parte.

Shifu no está en deuda con nosotros; somos nosotros los que estamos en deuda con el Shifu.

Nota del editor: El artículo representa únicamente la opinión del autor y está destinado a compartir entre los practicantes según la enseñanza del Fa: “…comparte en el aprendizaje y comparte en la cultivación…” (Cultivación sólida, Hong Yin).