(Minghui.org) Quiero compartir una experiencia que cambió mi vida. Soy médico especialista en Medicina Familiar. Oí hablar de Falun Dafa por primera vez en octubre de 2020 cuando mi esposa, mientras buscaba en el sitio web de La Gran Época, descubrió este regalo para el mundo. Lo compartió conmigo y al siguiente fin de semana nos reunimos con un grupo de practicantes. Hemos estado practicando desde entonces.

Mi práctica médica siempre ha consistido en tratar a mis pacientes desde un lugar de salud, trabajando con las leyes de la naturaleza y accediendo al origen para facilitar la curación de mis pacientes. Mi formación es en la manera tradicional de la Medicina Osteópata y su práctica. Sin ir muy profundo en ello, la Medicina Osteópata Tradicional ha creado una puerta en mi vida en la que he obtenido un título médico y una certificación en Medicina Familiar, pero al mismo tiempo he aprendido los milagros de la naturaleza. Falun Dafa es verdaderamente un aliento de aire fresco que se sincronizó con mi experiencia de vida y me abrió los ojos a los principios de Zhen, Shan, Ren (Verdad-Benevolencia-Tolerancia) y a cuán crucial es esto para nuestro proceso de cultivación.

En diciembre de 2021, justo antes de las vacaciones de Navidad, fui desafiado con una enfermedad significativa que nunca había experimentado en mis 56 años. Nunca me había enfermado, de no ser una leve congestión nasal, y nunca he faltado al trabajo. Creo que la experiencia que voy a describir fue un desafío a mi carácter y a mi capacidad de prever y tolerar el miedo, así como un claro indicio de que Shifu me estaba poniendo a prueba y ayudándome a deshacerme del ye.

Poco antes de las vacaciones de Navidad, me pidieron que tratara a un paciente que era el padre de un paciente de mi consulta. Este hombre estaba en el hospital por COVID. Se lo habían diagnosticado 3 semanas antes y su estado era muy grave. La familia quería que saliera del hospital porque pensaban que allí no recibiría los mejores cuidados y moriría. Querían ofrecerle alternativas de tratamiento que el hospital se negaba a administrar. Me pidieron que le diera el alta. No sabía en qué me estaba metiendo. Acepté ayudar.

Le ingresamos en un centro de rehabilitación pulmonar de cuidados intensivos cercano a mi consultorio. Durante los cinco días siguientes, trabajé sin descanso, hasta 14 horas al día, para atender a los pacientes de mi consulta durante el día, y luego ir al servicio para tratar a este paciente.

Me sentí profundamente apegado a salvar la vida de este hombre. Al principio de los siguientes cinco días, mejoró, pero pronto empeoró. El último día, justo antes de irme de vacaciones de Navidad, lo llevaron de urgencia al hospital. Me sentí derrotado e impotente. Murió dos meses después.

Durante esos cinco días de atención a este paciente, bebí mucho café para seguir funcionando hasta 14 horas al día.

El 22 de diciembre me fui de vacaciones sabiendo que este paciente había ingresado de nuevo en el hospital. Cuando llegué a mi destino, mi mujer notó inmediatamente lo cansado que estaba. Dormí todo el día. Cuando me desperté, sufría una intensa fatiga y los dolores corporales más intensos que he experimentado en mi vida. En aquel momento, pensé que podría dormir y que al día siguiente se me pasaría, como me había pasado en otras ocasiones. Mi "enfermedad" duró más de 10 días.

Nunca tomo medicamentos y mi dieta siempre ha sido orgánica y la mayor parte de los alimentos son limpios y cultivados localmente. Mi mujer me cuidó mucho, pero a medida que pasaban los días se daba cuenta de mi frustración y mi miedo a que esto no desapareciera. Pensaba que tenía COVID, pero me negué a hacerme la prueba. Traté a muchos pacientes de COVID, algunos que enfermaron seriamente, pero conseguí tratarlos sin hospitalizarlos y todos sobrevivieron.

El miedo se apoderaba de mí. Pensaba en coágulos de sangre formándose en mis pulmones o en neumonía o incluso en la muerte. Me obligué a practicar los ejercicios de Falun Dafa y a salir a caminar. El dolor de mi cuerpo era tan intenso y el miedo me perseguía, así que decidí recetarme Ivermectina. Mi mujer también se estaba frustrando. Nunca me había visto así.

Estaba decidido a superar esta prueba y sabía, aunque en ese momento tuviera una experiencia limitada en Falun Dafa, que Shifu me estaba poniendo a prueba. El medicamento estaba en la estantería del baño y lo miraba todos los días, pero NO lo tomaba. Al final tomé un total de 3 aspirinas y algunos ibuprofenos, pero eso fue todo.

No podía dormir debido al intenso dolor y a los sudores nocturnos. Cada mañana me despertaba sufriendo. Esto duró más de 10 días. No paraba de preguntarme cuándo acabaría. Me dije que tenía que perseverar y aguantar. Seguí forzándome a practicar los ejercicios. Estaba decidido a practicar los ejercicios. Poco a poco pude encontrarme en mi interior mientras practicaba.

Hacia el décimo día, sentí que algo cambiaba. Pude sentir una sensación de quietud en mi interior y simplemente me entregué al proceso. Acepté el miedo y lo miré profundamente. Se disolvió. Entonces me recuperé. No sucumbí a la medicación.

Mirando hacia atrás, la experiencia me obligó a reconocer mis apegos al intentar salvar la vida de alguien, lo que me hacía obtener ye. En el proceso tuve que sufrir por ello para eliminarlo.

Las cualidades de Dafa, Zhen, Shan, Ren me resultaron muy claras y supe que me estaban poniendo a prueba. Tuve que adherirme a los principios y obligarme a levantarme, leer las enseñanzas y practicar los ejercicios. También tuve que tener muy claro mi propio proceso de pensamiento y las interferencias que entraban y me consumían por el miedo que trataba de distraerme. Sufrí para superarlo y estoy muy agradecido con el Fa, sabiendo que perseveré a través de esta prueba. También estaba decidido a no tomar ningún medicamento y a confiar en mi cuerpo, esto fue crucial para mí. Simplemente acepté el dolor y las molestias.

Ahora he empezado a ver más claramente cuál es mi propósito al ayudar a los demás. Mi compasión por este paciente era inamovible y el compromiso que tenía era claro; sin embargo, como Shifu afirma: "…un practicante de gong debe considerar muy, muy ligeramente todos los intereses materiales, no debe buscar nada, y debe seguir todo por su curso natural. De esta manera se evitará que los corazones de apego surjan” (Capítulo Tercero, Falun Gong)

Al tratar a este paciente descubrí que tenía la expectativa de que algo cambiaría, así que la energía que puse en ello fue mi propio apego y sufrí por ello. Cuando miro atrás y me examino, incluso mi aceptación de tratar a este paciente desde el principio, fue la idea de que alguien pudiera poner tanta fe en mí para ayudarle a salir de una crisis. Esa parte estaba bien. Mi apego y "sentirme honrado" no lo estaba. Se me subió a la cabeza y eso no es señal de una buena naturaleza. Me sentí importante. Eso no es bueno.

Tener fe en el Fa es crucial para cultivarse a lo largo de la vida y evolucionar y superar todas las pruebas que ocurren todos los días, en mis interacciones con la gente común. Mi práctica clínica y la forma en que la llevo a cabo es una línea muy fina, ya que mi interacción con mis pacientes tiene que ser clara y sin la intención de tratar de salvarlos. Esto es especialmente importante cuando pongo mis manos sobre ellos. Estoy muy agradecido al Maestro por ello.

He descubierto que mi fe es crucial para ayudar a los demás sin ponernos en peligro ni a ellos, ni a mí. Lo más importante, de nuevo, como afirma Shifu: "Finalmente, queremos alcanzar el estado del vacío y la nada; eliminar todos los apegos" (Capítulo Tercero, Falun Gong).

Dafa me ha abierto los ojos a las profundidades de este universo y a la seriedad de la cultivación. Hay muchas dimensiones fuera de nosotros que tienen un impacto directo en nuestras acciones. Me obligo a mirar dentro de mí en cada situación a la que me enfrento en mi vida y a soltar mis apegos, así como a ser consciente de cualquier interferencia y comportarme como un verdadero practicante.

No ha sido fácil. Este roce con la enfermedad ha sido una seria lección para mí, una lección necesaria y crucial que me ha ayudado a avanzar en mi proceso de cultivación. Soportar las dificultades es un camino para llegar allí, pero comprender los principios del Fa y mejorar el xinxing es la clave. El Fa me empujó a superar esta enfermedad como resultado de que yo mismo miré en mi interior. Además me ha ayudado a comprender, el cómo mis apegos han creado ye y que la cultivación es un asunto muy serio.

¡Gracias, Shifu!

(Presentado en la Conferencia del Fa del Centro de los EE.UU. 2023)