(Minghui.org) He practicado Falun Dafa desde 1997. Sé por las enseñanzas (del Fa) que las dificultades son algo bueno. Sin embargo, cuando atravesaba situaciones difíciles, sentía miedo e incluso recurría a los métodos humanos para minimizar los problemas o tratar de evitarlos.

Por ejemplo, cuando me sentía cansado del trabajo, me detenía y descansaba. Prefería darme un respiro en lugar de recordar: “… toma la dificultad como alegría” (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

Como siempre me resistía a afrontar las dificultades y tampoco me exigía estrictamente de acuerdo con los estándares de Dafa, en cuanto sufría los posibles síntomas de alguna enfermedad me sentía confuso, al punto de perder la fe en la cultivación. Me surgían pensamientos muy negativos, e incluso sentía como si estuviera a punto de abandonar este mundo en cualquier momento. Solo si Shifu, compasivamente, me ayudaba a superar las tribulaciones del yeli (o karma) de enfermedad, me despertaba y lamentaba el no haberlo hecho bien. Es decir, no creía en el Maestro y en el Fa al 100%.

Hace poco, leí las Escrituras esenciales para mayor avance. Los principios del Fa me iluminaron. Y llegué a entender, de verdad, que las dificultades son algo bueno. Pero, antes de practicar, dependía de los demás debido a mi mala salud, así que me había vuelto alguien frágil. Siempre buscaba la manera más fácil de que se hicieran las cosas. De este modo, este miedo a las dificultades se volvió algo habitual, hasta convertirse en todo un obstáculo en mi camino de cultivación. Y ahora entorpecía mis avances y me impedía asimilarme al Fa. De hecho, no dejaba de sufrir pruebas y tribulaciones, una tras otra. Así, que me pregunté: “Aunque llevo más de 20 años practicando, ¿me he estado cultivando en realidad?”.

La inconmensurable misericordia de Shifu me estremece el corazón. En cuanto miré hacia adentro caí en la cuenta de que no me había cultivado con solidez, que no había entendido verdaderamente el Fa desde un punto de vista racional. No trataba los asuntos conforme al Fa, sino que actuaba en base a la lógica humana, e incluso buscaba consuelo si encontraba dificultades. En cuanto me olvidaba de que soy un practicante, me resultaba imposible saltar fuera del nivel humano.

Mirando hacia dentro, más profundamente, descubrí que tampoco tenía un método de aprendizaje que abarcara todo el Fa, lo cual era una gran laguna en mi cultivación. Pensé: Shifu publicó “Grado de conciencia" hace más de 20 años, ¿cómo podía haber tardado tanto en entenderlo? Leía Zhuan Falun –el libro principal de Falun Dafa– todos los días. Si estaba ocupado, durante la ajetreada temporada agrícola, escuchaba las conferencias de Shifu, todos los días. Creía que esto contaba como estudiar el Fa. No obstante, no estaba leyendo las enseñanzas que Shifu había impartido por todo el mundo. Y rara vez leía las Escrituras esenciales para mayor Avance.

En el largo río de la historia, hemos reencarnado muchas veces, y acumulado una gran cantidad de yeli (o karma). Y aunque Shifu ha soportado mucho por nosotros, nosotros mismos todavía tenemos que pagar una parte. Por eso, para deshacernos del yeli tenemos que soportar penurias. Entonces, cuando soportamos sufrimientos, el yeli puede transformarse en virtud. Luego, Shifu emplea esa virtud para desarrollar nuestro gong. Así que, en definitiva, las dificultades son algo bueno.

Por fin, había llegado a comprender el verdadero significado de cultivarse de verdad: uno debe ser capaz de soportar sufrimientos y no tenerle ningún miedo a las dificultades. Si podemos hacer esto honestamente, eliminaremos el yeli que, debido a la ignorancia y a la confusión, acumulamos en nuestras vidas pasadas. Entendí que eliminar el yeli es doloroso. ¿Cómo se puede eliminar el yeli sin sufrir? ¿Cómo podría Shifu hacer que nuestro gong creciera, entonces? ¡Aunque el poder de Shifu sea infinito, tenemos que cultivarnos!

Shifu nos enseñó:

“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Aunque Shifu nos haya explicado este principio, solo he llegado a entenderlo realmente, en profundidad, después de muchos años de cultivación. Me avergüenza no haberlo entendido hace años.

Le agradezco a Shifu su infinita misericordia y que me despertara, porque no estaba siendo diligente y, por tanto, las dificultades llevaban mucho tiempo atemorizándome.