(Minghui.org) Tengo el honor de practicar Falun Dafa desde hace más de veinte años. Con la sabiduría, bondad y perseverancia otorgadas por Shifu, su misericordia y protección, he sido capaz de superar las tribulaciones y caminar firmemente por el sendero de la cultivación.
En agradecimiento a la misericordia de Shifu, me gustaría compartir mi experiencia de cultivación, que demuestran el poder ilimitado de Falun Dafa.
Purificación
Durante mi infancia fui una persona frágil que sufría fuertes dolores de cabeza, tos y dolor de estómago. De adulta, desarrollé varios problemas de salud, como dismenorrea, cervicitis, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), colitis, proctitis y arritmia cardiaca, y con frecuencia entraba y salía del hospital. Tenía que cuidarme de lo que comía, me sentía débil y tenía las extremidades hinchadas y las piernas pesadas.
El tormento sin fin me volvió pesimista y me hizo perder la esperanza de vivir. Me irritaba con facilidad.
Afortunadamente, empecé a practicar Falun Dafa en junio de 1999. En poco tiempo experimenté síntomas de purificación, como pus y sangre en las heces, vomité, sangre y otras sustancias desagradables. El proceso acabó liberándome de todos los años de enfermedad. Mi cuerpo volvió a la normalidad y desaparecieron las ojeras de mis ojos. Podía comer lo que quisiera, y mi cuerpo se sentía ligero y lleno de energía.
Mi camino para salvaguardar Dafa
Sin embargo, la brutal persecución a Falun Dafa comenzó apenas dos meses después de que empezara a practicar. Como nueva practicante, sabía que Dafa es bueno. En junio del año 2000 me reuní con otros practicantes para viajar a Beijing y realizar una manifestación pacífica.
Queríamos que el gobierno supiera que Falun Dafa es un sistema de cultivación espiritual recto. Pero, nos interceptaron cuando estábamos a mitad de camino y nos detuvieron en un centro de detención durante más de un mes.
Mientras estábamos en el centro de detención, decidimos que volveríamos a intentar ir a Beijing y fijamos una fecha y un lugar de reunión. Sin embargo, cuando llegué a la hora y al lugar previstos, nadie se presentó. A pesar de ello, me dirigí a la capital.
Pasé la noche en un hotel y decidí tomar el tren a Beijing al día siguiente. Casualmente, conocí a otras tres mujeres que también iban a Beijing para apelar en favor de Falun Dafa. Decidimos ir juntas.
Conocimos a otro joven practicante en el tren, que le aclaraba la verdad a los pasajeros para contrarrestar la propaganda negativa que difundía el Partido. Era un estudiante universitario de la misma ciudad que las tres practicantes. Todos sentimos que Shifu había dispuesto que nos encontráramos y siguiéramos juntos.
Llegamos a la plaza de Tiananmen al amanecer y encontramos un lugar para hacer la meditación sentada. Otro practicante nos vio y se unió a nosotros. Pronto, un coche de policía se detuvo y nos llevó a la Estación de Policía de la Plaza de Tiananmen.
En la Estación de Policía, todos nos negamos a cooperar en los interrogatorios. El estudiante universitario fue el primero en ser golpeado. Después me llamaron por mi nombre y me llevaron a otra sala para interrogarme. No tuve miedo. Le pedí a la policía que hiciera constar que estaba allí para pedir justicia por Falun Dafa y el derecho de practicar mi fe.
Los policías se enfadaron. Uno de ellos me golpeó con un pesado libro, pero no sentí dolor y mantuve la calma. Luego, otro policía tomó un plato grueso de cristal y me golpeó en la cara. El plato se rompió, pero no sentí ningún dolor y mi cara quedó ilesa. Di las gracias en silencio a Shifu por protegerme.
Me llevaron de vuelta a la habitación donde estaban los demás. Diez minutos después, nos liberaron.
Algunas historias milagrosas
Mi familia administró una tienda por un período, lo que me dio muchas oportunidades de hablar con los vecinos sobre Falun Dafa. También se lo conté activamente a mis parientes y amigos. Mucha gente comprendió la verdad y creyó en el poder de las nueve palabras auspiciosas: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Muchos milagros le ocurrieron a esas personas.
Un día, la tía Jiu me contó entre lágrimas que a su nuera le habían diagnosticado cáncer de cuello de útero. Sabía que Dafa podía ayudarla, así que escribí las palabras auspiciosas en un trozo de papel y la insté a que las recitara con sinceridad. También le pedí que le dijera a su hijo y a su nuera que hicieran lo mismo. Le di algunos folletos informativos sobre Dafa para que los leyera, y los aceptó encantada.
El estado de su nuera mejoró día a día. Cuando fue al hospital a hacerse un chequeo, el médico le dijo que podía haber tenido un diagnóstico erróneo. Sin embargo, toda la familia sabía que Falun Dafa la había curado.
Además, un día de 2005, el hijo de la tía Jiu caminaba por la autopista cuando vio a un motociclista fuera de control que venía hacia él a gran velocidad. Justo antes de que la moto lo golpeara, una fuerza empujó su espalda haciéndolo tambalearse un par de pasos hacia delante. La moto pasó de largo y no lo golpeó. Se dio cuenta de que Dafa lo protegió.
Después de estas experiencias, toda la familia de la tía Jiu sintió un gran respeto por Falun Dafa. Su hijo, cada vez que me ve, me pide material para aclarar la verdad y CDs de Falun Dafa.
Erma, de 70 años, aceptó la verdad de Falun Dafa. Le enseñé a recitar las palabras auspiciosas y lo hizo con devoción.
Un día, me enteré de que Erma había enfermado repentinamente y estaba al borde de la muerte. Sus hijos habían vuelto a casa para preparar su funeral. Pero dos días después, su estado mejoró milagrosamente, lo que sorprendió a todos en su pueblo.
Cuando tuve la oportunidad de visitarla, parecía sana. Me dijo que estaba agradecida a Falun Dafa, y que su recuperación era el resultado de recitar sinceramente las palabras auspiciosas.
Mi sobrino cree en la benevolencia de Dafa y apoya mi práctica. Durante los años que estuve detenida en el campo de trabajo, cuidó de mi tienda y mantuvo el negocio sin esperar ninguna compensación. Cuando le hablé de la importancia de romper los lazos con el Partido Comunista Chino, aceptó inmediatamente renunciar a él e incluso me ayudó a persuadir a su esposa para que hiciera lo mismo.
Después, tuvieron que dejar a su hija al cuidado de su abuelo porque estaban muy ocupados con sus negocios. Un día, mientras el abuelo se disponía a bañar a la niña, llenó la bañera de agua caliente. Antes de añadir el agua fría, la niña saltó dentro y sufrió quemaduras graves.
El estado de la niña era tan crítico que el hospital local tuvo que trasladarla a un hospital más grande. Cuando llegaron mi sobrino y su mujer, no dejaron de recitar las palabras auspiciosas. Finalmente, el estado de la niña se estabilizó. Sus heridas sanaron sin dejar cicatriz, lo que la gente consideró milagroso.
Después de este incidente, muchos miembros de su familia creyeron en el poder de Dafa.
Summer, una amiga mía, en 2005, cuando me vi obligada a irme de casa para evitar la persecución, me recibió amablemente y me quedé en su casa durante un tiempo.
Una mañana, Summer perdió repentinamente el conocimiento y no reaccionaba. Mantuve la calma y seguí recitando las palabras auspiciosas. Más tarde me enteré de que Summer padecía un cáncer en fase avanzada para el que no había tratamiento.
Muchos de sus familiares se reunieron para hablar de los preparativos para su funeral. Convencida de que Dafa podía salvarla, y teniendo en cuenta su amable gesto de acogerme, me quedé junto a su cama y seguí recitando las palabras auspiciosas en mi corazón.
Finalmente, recobró el conocimiento y sus ojos se abrieron levemente y seguí recitando. Al cabo de un rato, se despertó, se sentó en el borde de la cama y vomitó coágulos de sangre negra y roja oscura.
Se recuperó por completo y se volvió una persona sana. Sigue llevando una buena vida. Su familia también cree que su recuperación fue un milagro de Falun Dafa.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa