(Minghui.org) El 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó la persecución a Falun Dafa en todo el país. Ese día me dirigí a la calle Fuyou, cerca del complejo del Gobierno central en Beijing, para hacer una apelación contra el trato injusto que se había dado anteriormente a los practicantes. Muchos otros practicantes que habían venido con el mismo propósito ya estaban allí.

También había un gran número de policías. Intentaron confinar a los practicantes en una pequeña zona. Como no teníamos dónde quedarnos, muchos nos fuimos a una pequeña tienda de otra calle cercana a la calle Fuyou. Entonces oí a varias personas gritar: "¡Rápido, empiecen a saquear!". Vi que algunas personas estaban grabando el incidente. Sabiendo que un verdadero practicante de Falun Dafa no robaría, nos dimos cuenta de que los autores podían ser matones a sueldo o policías de civil que intentaban inculpar a los practicantes de Falun Dafa saqueando la tienda. Entonces, un practicante gritó: "Todos los practicantes de Falun Dafa en cuclillas". Con eso, todos nos pusimos en cuclillas, dejando a los saqueadores de pie en la tienda y mirando muy avergonzados ya que era obvio que ningún practicante de Falun Dafa estaba involucrado en el inminente crimen.

Poco después de aquel incidente, llegaron muchos autobuses para llevar a todos los practicantes presentes al estadio de Shijingshan o al de Fengtai. A mí me llevaron al estadio de Shijingshan. Según una estimación, había allí al menos varias decenas de practicantes vigilados por muchos policías. A las 14:30 horas, en la pantalla del estadio empezó a sonar un anuncio del PCCh diciendo que prohibían Falun Dafa. Algunos agentes empezaron a golpear a los practicantes. Más tarde, la policía registró nuestros nombres y direcciones, y nos entregó a los funcionarios de las respectivas oficinas provinciales establecidas como enlace.

Tras ser liberado, regresé al hotel. A la mañana siguiente, fui a la Plaza Tiananmén y vi a unas diez personas que estaban manifestándose pacíficamente, incluyendo hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Los de adelante estaban sentados en el suelo en posición de doble loto. Los de detrás estaban de pie con las manos en posición heshi. Estaban callados, sin decir palabra. Me di cuenta de que eran practicantes y decidí correr y unirme a ellos. Sin embargo dudé un instante y en ese momento, la policía entró masivamente, rodeó a los practicantes y empezó a golpearlos. Vi que varios practicantes sangraban abundantemente.