(Minghui.org) Los practicantes de Falun Dafa de todo el mundo recuerdan el 25 de Abril de 1999 como el día en que 10.000 practicantes realizaron una apelación pacífica frente al complejo del gobierno central en Beijing, para exigir el derecho fundamental a practicar Falun Dafa. El mismo día, a casi 322 km (200 millas) al este de Beijing, 8.000 practicantes se reunieron para celebrar una conferencia de intercambio de experiencias en la ciudad de Qinhuangdao, en la provincia de Hebei.

Por aquel entonces, el entorno social era hostil y estaba lleno de dificultades y desafíos. Incluso hoy, cuando recordamos que logramos celebrar la conferencia, contra viento y marea, muchos de los practicantes que asistieron siguen conmoviéndose.

Los practicantes anunciaron que se celebraría la conferencia de intercambio de experiencias en marzo de 1999. Reservamos un estadio local para el 25 de Abril, solicitamos que se escribieran artículos de intercambio y empezamos a revisar los que nos llegaban. Se animó a todos los practicantes, sin importar profesión ni condición social, para que compartieran con los demás, cómo se guiaban por los principios de Falun Dafa en su entorno laboral. Que soldados, jueces, directivos, profesores y empresarios contaran cómo se habían vuelto personas altruistas y bondadosas, que buscaban sus propios defectos cuando les sobrevenía algún conflicto. Eliminamos todos los artículos que no abordaban la cultivación y tenían intenciones políticas.

El día antes de la conferencia, un empleado del estadio llamó a un practicante y le dijo que la policía les había exigido que cancelaran la reserva y que no nos dejaran utilizar el recinto. El practicante trató de explicar que con tan poca antelación no sería posible avisar a los miles de practicantes que iban a venir, ya que poca gente tenía teléfono fijo y mucho menos teléfono móvil.

Entramos en pánico. No sabíamos qué hacer. Alguien sugirió que alquiláramos un local privado en la ciudad. Pero resultó que estaba demasiado lejos del estadio y que mucha gente no lo conocía. Así que decidimos buscar otro lugar más cerca.

Poco después, descubrimos que había una playa a 300 metros al oeste del estadio. Pensamos que si podíamos construir un escenario, podríamos celebrar la conferencia de intercambio de experiencias en la playa. El siguiente reto consistía en encontrar el equipo que lo construyera rápidamente, ya que para entonces era mediodía.

Los practicantes recorrieron la ciudad buscando construcciones en obras. En cuanto veían una, paraban y preguntaban a los obreros si podían construirles el escenario. Pero como la mayoría de los que estaban en las obras eran obreros, no podían tomar una decisión así.

En el último de los lugares, un automóvil se acercó a los practicantes. Un hombre se bajó y les preguntó qué querían. Tras escucharles, dijo: "Primero tendría que ver el sitio". Resultó que era el director general de un proyecto de construcción.

Después de ver el emplazamiento de la playa, llegó a un acuerdo con los practicantes sobre el formato del escenario, el tipo de materiales y el coste. Debido a lo ajustado del plazo, la construcción no paró durante la noche. Afortunadamente, junto a la playa había un foco de 20 metros de altura que iluminaba el sitio dónde construían el escenario, como si fuera de día. Los practicantes se quedaron, y ayudaron hasta que el escenario estuvo terminado.

Aunque había una caseta con baños cerca, sólo tenía cuatro. Con tantos practicantes, no iba a ser suficiente, así que los practicantes utilizaron una gran lona impermeable para construir un baño provisional y solucionar el problema.

Los practicantes, que empezaron a llegar a la conferencia a las 6 de la mañana, se sentaron en el suelo como estaba previsto. Muchos no trajeron esterilla o algo para sentarse, porque no conocían el cambio de última hora. Y aunque hacía frío y viento en la playa, la mayoría de los practicantes no lo sintieron. Tras una prueba del sistema de sonido, la conferencia comenzó a las 9:00 horas. Posteriormente, el tiempo se volvería cálido y soleado, y el viento cesaría.

La Conferencia de Intercambio de Experiencias se celebró en la ciudad de Qinhuangdao hace 24 años, el 25 de Abril de 1999.

A mitad de la conferencia, se cortó la electricidad. Los practicantes descubrieron que alguien había cortado los cables enterrados en la arena. Afortunadamente, tenían una fuente de energía de reserva y la conferencia continuó. Poco después, un policía de civil encontró al coordinador y le ordenó que detuviera inmediatamente la conferencia. El coordinador se negó y dijo que terminaría una hora después.

Los problemas no cesaron. Se presentaron funcionarios del departamento de parques y bosques y nos dijeron que quitáramos el baño que habíamos construido, porque estaba dañando el césped. El coordinador explicó que la conferencia terminaría en menos de una hora y prometió que volveríamos a dejar todo como estaba. Les pidió comprensión y se ofreció, inmediatamente, a pagar los posibles daños que se hubieran podido producir. Al final no pasó nada porque los funcionarios comprendieron que no les íbamos a causar ningún problema.

En cuanto terminó la conferencia, la policía le dijo a los practicantes que tendrían que rendir cuentas ante la ley si los vehículos, que abandonaban el lugar, causaban un atasco o algún accidente. Pensamos que era una indirecta de Shifu, así que le pedimos a los practicantes que venían de fuera y que tenían automóvil, que salieran por la autopista oeste, y a los practicantes locales que salieran por el lado este, y se sumaran al tráfico de la ciudad. La conferencia terminó a las 11:50 horas. A las 12:25 horas, todos los practicantes se habían marchado sin causar atascos ni accidente alguno. A continuación, los organizadores de la conferencia limpiaron la playa. La policía nos dijo después que, con 8.000 participantes, era un milagro que pudiéramos limpiar y marcharnos en 30 minutos. En ese momentos, nos dimos cuenta de que todas las personas que habían estado de pie en la playa eran policías de civil.

En los últimos 24 años, cada vez que recordamos este precioso acontecimiento, nos sigue sorprendiendo la manera en que todo se organizó. Tardamos menos de 24 horas en construir una nueva sede, después de que se cancelara repentinamente nuestra reserva. Conseguimos terminar la conferencia con éxito, a pesar de las interferencias de la policía y de las autoridades del parque. Shifu nos protegió en todo momento y nos permitió experimentar la sacralidad del Fa. Al escuchar lo que compartían, los practicantes fortalecieron sus pensamientos rectos y su decisión de transitar bien sus caminos, y de ayudar a Shifu, a salvar a la gente.