(Minghui.org) El 24 de junio de 1996, mi marido iba a por medicinas para mí cuando se encontró con mi tía. Hacía más de 20 años que no la veíamos, así que la invitó a casa. Aquel día fue el mejor de mi vida.
Presentación de Falun Dafa
Por aquel entonces, sufría dolores de estómago, fuertes dolores de espalda, dolor de garganta, inflamación de la tráquea y enfermedades ginecológicas. No podía comer nada frío ni duro. No podía darme la vuelta en la cama debido al dolor de espalda si hacía algún trabajo durante el día.
Además de estas dolencias, me diagnosticaron cáncer de mama y casi me derrumbé mentalmente. No podía comer ni dormir y el dolor era insoportable. Probé muchos medicamentos chinos y occidentales para aliviar el dolor, pero nada funcionó.
Cuando mi tía se enteró de todo esto, me habló de Falun Dafa y de sus muchos beneficios para la salud y me animó a probarlo. Me enseñó las cinco series de ejercicios y me dio un ejemplar de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa.
Cuando leí el libro, comprendí el significado de la vida: volver a nuestro verdadero ser original. Comprendí que mis enfermedades eran el resultado de mi yeli (karma) de vidas pasadas y que mi sufrimiento era una forma de eliminar ese yeli (karma). Empecé a estudiar el Fa y a practicar los ejercicios todos los días. Cuando hacía los ejercicios, podía sentir un Falun rotando en mi bajo vientre y al hacer el tercer ejercicio, parecía como si mis brazos fueran empujados hacia arriba y hacia abajo. Me sentía de maravilla.
Tres días después, Shifu comenzó a limpiar mi cuerpo. Pequeños granos rojos llenos de líquido amarillo aparecieron por todos lados de mis pechos hinchados. Los granos reventaban y picaban mucho. Dos días después, desapareció el tumor de mis pechos, y también desaparecieron la hinchazón y el dolor. Siete días después, todas mis enfermedades habían desaparecido y recuperé la salud.
Desde entonces, me he atenido a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, esforzándome en ser mejor persona y más considerada con los demás. He abandonado mi apego a la competitividad y la ganancia. Como resultado, mi xinxing ha mejorado y mi familia se ha vuelto armoniosa. Agradezco a Shifu por su compasión.
La gente de mi alrededor fue testigo de estos cambios y la bondad de Dafa se extendió de boca en boca a los pueblos de los alrededores. Así, más de 30 personas predestinadas se hicieron practicantes de Falun Dafa. Estudiamos el Fa y practicamos los ejercicios juntos en mi casa.
Con la protección de Shifu, he superado muchas tribulaciones durante los últimos 20 años de mi cultivación. Aunque todavía no alcanzo los requisitos de Shifu, mi confianza en Shifu y mi fe en Dafa nunca cambiarán. He sido mantenida a salvo durante mi cultivación, y sé que Shifu ha soportado enormes pruebas y tribulaciones en mi nombre. Si no hubiera sido por la compasión de Shifu y el extraordinario poder de Dafa, no habría sido capaz de llegar a ser lo que soy hoy.
Milagros después de los pensamientos rectos
Un día, salí con nuestro asno a abonar nuestros cultivos. El asno me pisó accidentalmente el dedo gordo del pie derecho. Me dolía tanto que tuve que ir cojeando hasta el borde del campo para sentarme. Uno de mis dedos sangraba mucho por la piel arrancada. Mientras me recolocaba la piel, me acordé de que no debía tener miedo, sino agradecer esta oportunidad de eliminar mi yeli (karma).
Volví a calzarme y seguí trabajando. Cuando llegué a casa esa noche, la piel desgarrada de los dedos se había curado y ni siquiera quedaban cicatrices. ¡Dafa es realmente asombroso!
Sobreviviendo a la brutal persecución en prisión
Seis practicantes locales fueron detenidos mientras distribuían material de Falun Dafa en mayo de 2001. Una semana después, me detuvieron en mi lugar de trabajo y me condenaron ilegalmente a cinco años en la Prisión de Mujeres de la provincia de Liaoning.
Debido a la brutal persecución en la cárcel, en 2004 tuve muchos problemas de salud. Perdí mucho peso y me quedé muy débil. Tenía las piernas hinchadas y no podía caminar bien. Tenía dificultad para respirar y había sangre en la orina. Sentía dolor al ponerme de pie, como si me estuvieran estirando los órganos internos. También me dolían el estómago, el cuello, la cara interna de los muslos y las axilas.
En ese ambiente perverso, los guardias de la prisión animaban a las reclusas a golpearme brutalmente. Me obligaron a dormir en el suelo de baldosas del cuarto de baño durante 34 días con un clima muy frío. Cuando las reclusas intentaron alimentarme a la fuerza con un medicamento desconocido, les advertí: "Seréis responsables de mi estado si me perseguís". Después de eso, fueron más comedidas y dejaron de alimentarme a la fuerza.
Como discípula de Dafa durante el período de la rectificación del Fa, era plenamente consciente de mi misión y de la responsabilidad de salvaguardar Dafa. Esta convicción me guió durante todo ese tiempo, para que no me extraviara. Me ayudó a fortalecer mi voluntad y pensamientos rectos. A través de mi estudio del Fa, aprendí a buscar en mi interior mis apegos humanos, tales como la ostentación, el miedo y el deseo de comodidad. Dafa me ayudó a corregir todos mis apegos y nociones humanas, y a eliminar las interferencias malignas.
Fue durante este tiempo cuando recibí las enseñanzas sobre enviar pensamientos rectos. Cuando empecé a hacerlo, sentí que la palma de mi mano estaba caliente, como una bola de fuego. Sabía que Shifu me estaba fortaleciendo.
Con la protección de Shifu, el ambiente en la prisión se hizo más relajado, y no tuve que hacer trabajo forzado. Las internas asignadas para vigilarme se sintieron conmovidas por mi firme creencia en Dafa y ya no interfirieron con mi estudio del Fa, la realización de los ejercicios o el envío de pensamientos rectos.
Al creer firmemente en Shifu y en Dafa, fui capaz de superar muchas tribulaciones, por severas que fueran. Cuando regresé a casa sana y salva en 2007, mi familia y amigos todos se alegraron por mí. Fueron testigos del poder milagroso de Dafa y de la gran compasión de Shifu.
Rápida recuperación tras un accidente de tráfico
Un día de julio de 2014, una practicante me pidió que la acompañara después del trabajo a reparar su coche eléctrico. Era un día caluroso y yo solo quería irme a casa a estudiar el Fa. Pero ella insistió, así que fui a regañadientes. Mientras íbamos en nuestras bicicletas eléctricas al servicio técnico, una motocicleta se acercó a mi lado y me golpeó fuertemente la pierna izquierda.
Me incliné dolorida sobre el manillar, con la pierna izquierda atrapada entre mi guardabarros y la rueda delantera de la motocicleta. El motorista era un hombre joven y le pedí que diera marcha atrás con su moto. Vi que la parte exterior de mi pantorrilla estaba roja e hinchada, y que la parte interior tenía un corte profundo. La piel de la parte delantera estaba ensangrentada y desgarrada por tres sitios, y había empezado a supurar líquido amarillo.
Me bajé de la bicicleta eléctrica e intenté caminar, pero cuando apoyé peso en la pierna izquierda, me dolía mucho. El joven motorista estaba muy preocupado.
Le dije: "No tengas miedo. No te exigiré ninguna compensación. Practico Falun Dafa, y nuestro Shifu nos enseña a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, para convertirnos en buenas personas que son consideradas con los demás".
El joven se sintió muy aliviado y no paraba de decir: "Hoy he conocido a una buena persona. Gracias".
"No tienes que darme las gracias", le dije. "Deberías agradecérselo a nuestro Shifu, el fundador de Falun Dafa".
Le aclaré los hechos sobre Falun Dafa y le ayudé a renunciar al Partido Comunista Chino y a las organizaciones afiliadas. También le di un folleto de Dafa y le pedí que lo distribuyera entre sus familiares y amigos.
Cuando llegué a casa, mi pierna izquierda seguía hinchada y sangrando, y no me atrevía a caminar sobre ella. Entré cojeando y me senté en la posición de loto completo para enviar pensamientos rectos. Más tarde, mientras preparaba la cena, sentí que algo giraba alrededor de mi pierna herida, tocando distintos puntos. Sentí como si una brisa fresca soplara sobre mi piel. Supe que Shifu estaba enviando Falun para curar mi pierna herida. ¡Gracias, Shifu!
Sin embargo, a la mañana siguiente, la hinchazón parecía haber empeorado y se había extendido a los dedos de los pies. Me dolía mucho apoyar el pie izquierdo en el suelo. Quería quedarme en casa para concentrarme en el estudio del Fa y hacer los ejercicios. Antes de que pudiera llamar a mi jefe y pedirle un día libre, me llamó y me dijo que me quedara en casa. Había llovido mucho la noche anterior y nuestra obra estaba demasiado mojada para trabajar.
Durante el día, seguí mirando hacia dentro. Encontré mis apegos de comodidad y egoísmo y envié pensamientos rectos para eliminarlos. La pierna izquierda se me puso negra y azul de la rodilla para abajo. La pantorrilla y el pie seguían hinchados, así que tuve que llevar zapatillas para trabajar.
Al día siguiente, estuve ocupada en el trabajo toda la mañana. Cuando salí del trabajo por la tarde, tenía la pierna aún más hinchada y dura. A la mañana siguiente no podía andar porque el dolor era insoportable cada vez que el pie izquierdo tocaba el suelo. Tenía que saltar con el pie derecho, paso a paso. Mi marido pensó que podía tener los huesos fracturados.
A través del estudio diligente del Fa, pude fortalecer mis pensamientos rectos y creer firmemente en Shifu y en Dafa, a pesar de las circunstancias. Al tercer día, pude caminar, aunque todavía me dolía, pero el dolor no era tan insoportable. "Shifu es omnipotente. Dafa es omnipotente", dije mientras giraba. Salté sobre mi pie izquierdo y, gracias a Shifu, no sentí ningún dolor. Fui directamente al retrato de Shifu, junté las manos e hice una reverencia. Mi pie izquierdo volvió a la normalidad en cuatro días.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa