(Minghui.org) El 3 de enero de 1998 fue un día inolvidable para mí. No sé qué me atrajo al parque donde la gente estaba haciendo los ejercicios de Falun Dafa, pero seguí sus movimientos e hice los ejercicios.
Entonces sentí un repentino escalofrío por todo el cuerpo. No sabía qué pasaba. Pensé que era porque estaba con la regla y quizá no debía hacer ese ejercicio, así que pregunté a una practicante.
Sonrió y me dijo: "Shifu ya está eliminando lo malo de tu cuerpo y purificándolo. No te preocupes. Es algo bueno".
Eran días de exámenes en mi escuela y yo estaba muy ocupada. Sentía que me ardía la garganta y tosía flemas negras y amarillas. Sabía que Shifu estaba purificando y ajustando mi cuerpo, así que ignoré los síntomas y seguí estudiando y haciendo los exámenes. Sorprendentemente, dos días después me sentí relajada y todos los síntomas desaparecieron. Le dije a mi familia lo milagroso que era Falun Dafa y que seguiría practicándolo.
Eso fue hace más de 20 años, y desde entonces no he necesitado ningún medicamento. Dafa me dio una nueva vida. Me siento feliz practicando Dafa todos los días. Estoy muy agradecida por la misericordia y la salvación de Shifu.
No pudieron sacarme sangre
En 2007, la policía me arrestó en mi casa por practicar Falun Dafa. Me llevaron a la comisaría, pero no tuve miedo. Les dije la verdad sobre Dafa. Les dije que estaba mal perseguir a la gente que practica Verdad-Benevolencia-Tolerancia y les exigí que me liberaran incondicionalmente.
Los policías dijeron que seguían órdenes de sus superiores y que pensaban llevarme a un centro de detención. Por alguna razón, desde aquella tarde hasta cerca de las diez de la noche, no pudieron conseguir un vehículo para llevarme.
No me di cuenta de que Shifu me estaba dando la oportunidad de enviar pensamientos rectos para negar la persecución y así no tener que ir a un centro de detención. Pensé: "No hay nada malo en practicar Verdad-Benevolencia-Tolerancia y ser una buena persona". Llegué al extremo y las viejas fuerzas se aprovecharon de mí.
Entonces llegó una profesora de mi escuela con un auto, y la policía me dijo que fuera al centro de detención en su vehículo. Quería demostrarles que no tenía miedo, así que subí al coche.
En el centro de detención, me negué a seguir las órdenes. No recité las normas de la prisión y no me puse el uniforme de presa. Cuando el guardia de la celda de mujeres me ordenó que hiciera chalecos amarillos para las presas, me negué y dije que no sabía cómo hacerlo. Estaba decidida a no cooperar con ninguna de sus exigencias.
Un día, nos dijeron a todos los presos que fuéramos a la oficina para que nos sacaran sangre. En aquel momento, ya sabíamos que el Partido Comunista Chino (PCCh) estaba sustrayendo órganos a los practicantes de Dafa detenidos. Cuando llegó mi turno, recordé el Fa de Shifu:
"No importa cuál sea la situación, no cooperen con las demandas, órdenes e instigaciones del mal. Si todos hicieran esto, el ambiente no sería así" (Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).
Pensé: "No podrán sacarme sangre". Sólo con este pensamiento, cuando me sacaron la jeringuilla del brazo, no había salido sangre. La persona que extrajo la sangre preguntó a su jefe si debía intentarlo de nuevo. Él dijo: "¡Olvídalo!".
Con la protección de Shifu, los pensamientos rectos desintegraron la persecución.
Un anciano renuncia al PCCh
A menudo visitaba los pueblos cercanos con otros practicantes para hablar a la gente de la persecución.
Una vez nos encontramos con un anciano que empujaba un carro en una carretera rural. Nos acercamos para aclararle la verdad, pero se negó a escuchar: "Soy miembro del PCCh y veterano. No creo nada de lo que dicen".
En ese momento, recordé el artículo de Shifu: "Gracias a los seres conscientes que enviaron saludos", que acababa de publicarse.
Le dije: "Señor, permítame recitar el nuevo artículo escrito por Shifu. Se lo recité. Me escuchó atentamente y comentó: "¡Lo que ha dicho es realmente bueno! ¡Realmente se preocupa por la gente! Por favor, ayúdeme a renunciar al PCCh. Puede utilizar mi verdadero nombre". Estaba muy agradecido. Le dije que debía agradecérselo a Shifu, ya que fue Él quien nos dijo que salváramos a la gente.
El secretario del Partido de un pueblo
En la feria de un mercado, me acerqué a un hombre de mediana edad sentado en una bicicleta eléctrica que miraba su teléfono móvil. Me dijo que estaba esperando a su mujer.
Cuando le pregunté si había oído hablar de renunciar al PCCh, me dijo: "Eres practicante de Falun Dafa, ¿verdad? Vete, por favor. Soy secretario del Partido en un pueblo. Los altos cargos nos acaban de ofrecer bonificaciones por denunciar a practicantes de Falun Dafa. No digas nada más o llamaré a la policía para que te arreste".
Me preguntaba si debía irme o seguir hablando, y me preocupaba que me arrestaran. Entonces recordé las palabras de Shifu:
"Si tienes miedo, te capturan
Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban"
(Por qué temer, Hong Yin (II))
Envié un pensamiento para desintegrar todos los factores malignos que lo manipulaban e impedían su salvación. Entonces cambió de actitud y dijo amablemente: "Por favor, vete rápido. No te denunciaré. Debes prestar atención a tu seguridad".
Al ver este cambio repentino, le dije: "Deseo sinceramente lo mejor para ti. Hoy en día hay muchos desastres naturales y provocados por el hombre. La seguridad y la paz son una bendición. Renunciar al PCCh será bueno para ti y para tu familia. El PCCh ha hecho tantas cosas terribles: ¡80 millones de chinos han sido asesinados en sus movimientos políticos! Ahora persiguen a las personas que practican Verdad-Benevolencia-Tolerancia e incluso sustraen sus órganos para obtener beneficios. ¡Este es un crimen que nunca se ha visto en toda la historia de la humanidad! El Cielo eliminará al PCCh. Si renuncias a él, el Creador te protegerá".
Sonrió y dijo: "Lo haré. Por favor, usa mi nombre real para renunciar al PCCh".
Le aconsejé que utilizara su poder para proteger a los practicantes de su pueblo. "Lo entiendo", dijo. Me alegré mucho de haber salvado otra vida.
Unas palabras finales
Después de practicar durante más de 20 años, he llegado a comprender que Shifu lo arregla todo. Sin su protección, no estaría donde estoy hoy. También me di cuenta de que, como practicantes, sólo podemos tener el poder y los pensamientos rectos para salvar a los seres conscientes estudiando bien el Fa.
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