(Minghui.org) Recientemente me reuní con mi sobrina que es abogada. Me contó algunos problemas comunes a los que se enfrentan los bufetes de abogados en China.

En las noticias, los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) hablan a menudo del "Estado de derecho" y dicen que "todos son iguales ante la ley". Pero esto no es más que propaganda, porque los funcionarios rara vez cumplen la ley. Por el contrario, a menudo abusan de su poder y del sistema legal.

Estas artimañas son evidentes cuando se tramitan casos individuales. Por ejemplo, un abogado de su bufete aceptó un caso civil el año pasado, pero no informó a su director. El abogado descubrió que se trataba de un caso complicado y que estaban implicadas bandas criminales locales.

Cuando el abogado empezó a reunir pruebas, el bufete recibió un aviso de funcionarios superiores de que el caso se suspendía debido a una determinada normativa. El abogado se dio cuenta de que el acusado tenía conexiones de gran alcance. A partir de ese momento, el bufete estipuló que cualquier caso que asumiera tendría que ser revisado y aprobado. El abogado también se enteró de que no debía aceptar casos "delicados" que representaran a peticionarios o practicantes de Falun Gong.

De hecho, desde que el PCCh inició su persecución a Falun Gong en julio de 1999, ha sido tabú para cualquiera defender a los practicantes o ayudarles a proteger sus derechos humanos más básicos. Es un secreto a voces que las oficinas de justicia de todo el país emitieron órdenes secretas prohibiendo a los abogados bajo su supervisión defender a los practicantes de Falun Gong. Si lo hacen, sus licencias profesionales podrían ser suspendidas y sus bufetes tendrían que despedirlos.

Muchos abogados que representaron a practicantes de Falun Gong y se declararon "inocentes" han perdido sus licencias profesionales.

Un ejemplo es Gao Zhisheng, uno de los diez mejores abogados de Beijing. Además de defender a los practicantes de Falun Gong, escribió cartas a los entonces líderes del PCCh, Hu Jintao y Wen Jiabao, instándoles a dejar de perseguir a Falun Gong. Afirmó que no se debía reprimir a este grupo inocente, pues de lo contrario provocaría el colapso moral del país. Sin embargo, el exlíder y difunto del PCCh, Jiang Zemin (que seguía ejerciendo una considerable influencia en el gobierno después de dejar el cargo) y su camarilla mandaron a Gao a la cárcel. Tras su puesta en libertad, Gao continuó pidiendo el fin de la persecución a Falun Gong y la reversión de la política del PCCh. Desapareció de nuevo en agosto de 2017, y desde entonces se desconoce su paradero.

Gao no es el único, ya que a muchos otros abogados les han ocurrido cosas similares. Bajo las órdenes del exministro de Justicia Fu Zhenghua, el 9 de julio de 2015 comenzó una represión nacional contra los abogados. Conocida como la "Represión 709", condujo a la detención de un centenar de abogados, entre ellos Wang Quanzhang, Li Heping y Wang Yu. Algunos siguen detenidos. Mi sobrina dijo que los abogados conocen esa información privilegiada, pero nadie se atreve a decir nada. Cuando se priva a los practicantes de Falun Gong de su derecho a apelar y se maltrata ilegalmente a los propios abogados, ¿dónde se puede encontrar justicia?

Junto con su férreo control, el PCCh también ha intensificado el lavado de cerebro de los abogados. Por ejemplo, el año pasado obligaron a todos los abogados del bufete de mi sobrina a ir a una escuela del Partido para estudiar la Constitución del Partido Comunista Chino. Algunos de los abogados se quejaron, pero fue en vano. El director del bufete dijo que le habían obligado a asistir a esas sesiones muchas veces. Dijo que durante la sesión de dos semanas a la que asistió, les obligaron a estudiar materiales sobre lo grande que es el PCCh. Les dijeron que alabaran al Partido en público y que no dijeran nada negativo sobre él. Les atendieron muy bien durante la sesión y les dieron regalos al final.

Tanto mi sobrina como yo sabemos que el PCCh únicamente engaña a la gente prometiéndoles "el sueño chino", cuando la realidad es exactamente lo contrario. Mientras el PCCh siga en el poder, no hay esperanza para el pueblo chino.