(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa a mediados de diciembre de 1998 para recuperarme de una enfermedad.

Estaba tan gravemente enfermo que me encontraba postrado en la cama. Ni tan siquiera podía acostarme directamente en el colchón, sino que tenía que hacerlo en una pila de edredones doblados. También tenía que acolchar el lugar donde reposaba los pies. Como no podía cuidar de mí misma, dependía de mis familiares para todas mis necesidades diarias. Me decían que me estaban sometiendo a un tratamiento de fitoterapia en casa, que consistía en tomar hierbas medicinales chinas. Pero de hecho, para ser sincera, estaba en casa esperando la muerte.

Un día, una compañera de mi hija le dijo: "Tu madre está muy enferma. ¿Por qué no le dices que practique Falun Dafa?". Entonces me dijo: "Mi hermana sufría un dolor crónico en las piernas. Aunque buscó tratamiento médico durante mucho tiempo, no mejoraba. Pero en cuanto empezó a practicar Falun Dafa, su dolor de piernas le desapareció". Mi hija dijo: "¿Cómo va a practicarlo mi madre si está postrada en una cama?". La compañera entonces le dijo: "Falun Dafa también tiene libros. Tu madre puede empezar por leer los libros".

Mi hija me pidió prestado un ejemplar de Zhuan Falun, y me dijo: "Mi compañera de clase dice que esta práctica es milagrosa para curar enfermedades y mejorar la forma física". Dudándolo le dije: "Tu compañera de clase está fanfarroneando. No quiero leerlo. Llévatelo". Mi hija respondió: "Mamá, no nos ha pedido dinero. ¿Qué ganaría? Échale un vistazo". Viendo lo preocupada que estaba mi hija, le dije: "Vale, déjamelo en el armario". Mi hija me repetía una y otra vez: "La persona que me prestó el libro dice que es valiosísimo. Por favor, cuídalo". Aquello me molestó. Sin embargo, me vino un pensamiento: "Soy yo quien necesita ayuda; lo hicieron por mi bien. ¿Por qué me siento tan molesta?". Entonces, le respondí: "De acuerdo".

Mi hija me contó entonces que una pariente de la familia de su suegra sufría la misma enfermedad. Y que iba a ir a visitarlos para ver cómo la trataban. Me dijo que tardaría dos o tres días en volver y que no me preocupara. Le dije: "De acuerdo, tómate tu tiempo".

Mi esposo me dijo: "Ya casi se te ha acabado la medicina. Esta noche te tomarás tu último tazón (de sopa de hierbas chinas)". Le dije: "Ya he bebido bastante; no quiero seguir bebiéndomelo". Esa noche, después de terminar la última medicina, empecé a leer Zhuan Falun. Absorta en la lectura, sin darme cuenta me recosté y seguí leyéndolo. Sentí sueño alrededor de las once de la noche, cerré el libro, lo puse junto a la almohada y me dormí.

Eran más de las 5 de la mañana cuando me desperté. Levanté el libro, me di la vuelta en la cama y empecé a leerlo de nuevo. Había bastantes personajes en el libro que no reconocía pero, aún así, sentía que solo quería leer el libro. Mientras leía, me senté y seguí leyendo. No sentía ninguna molestia. Me había olvidado de que estaba enferma.

Al cabo de tres días, pude levantarme de la cama. Al ver que había que limpiar la casa, llené un cubo de agua, tomé un trapo y empecé a limpiar. En ese momento llegó mi hija con su hijo de seis años. Se sorprendieron al verme limpiando la casa. Mi nieto se me acercó corriendo: "Abuela, ¿por qué te levantaste de la cama? Vuelve rápido a tu habitación y métete otra vez en la cama". Mi hija también intentó ayudarme a volver a mi habitación. Le preguntó a su padre: "¿Qué le pasa a mamá? ¿Está bien?". Mi esposo dijo: "Ese día, después de que te fuiste, empezó a leer el libro después de las 9 p. m. y cambió".

Al oír su conversación, recordé que estaba enferma: "¡¿Cómo podía haberlo olvidado?!". Entré en mi habitación, me di unas palmaditas en la cabeza y en la parte de mi cuerpo que antes estaba enferma, y grité: "¡Estoy bien! ¡De verdad que estoy bien!". Me sentí llena de energía.

Aquel último tazón de medicina había sido realmente el último. En los 24 años que han transcurrido desde entonces, no he tomado ningún otro medicamento.

Con la ayuda de Shifu, mi esposo empezó a cultivarse

Mi esposo fue testigo de todos mis cambios. No decía nada, pero iba tomando nota. Mis hijos se alegraron de que me recuperara. Mi hijo mayor compró un gran reproductor de cintas de audio, y me prestaron las grabaciones de audio de las conferencias del Fa de Shifu. Todos mis hijos se reunieron en casa y escuchamos juntos las conferencias del Fa de Shifu.

También retomé mi negocio. Nuestra vida familiar volvió a la normalidad. Falun Dafa devolvió la esperanza a toda nuestra familia.

En mayo de 2000, fui a casa de un compañero a las 3 de la mañana para hacer los ejercicios. Cuando volví, mi esposo me dijo: "Poco después de que te fueras, vino un señor y me dijo: 'La gente que practica Dafa se irá en diciembre'". Le pregunté a mi esposo: "¿Estás seguro de que no estabas soñando?". Mi esposo dijo que no estaba soñando. Le pregunté: "¿Viste claramente al hombre?". Dijo: "Era alto y vestía de azul. No le vi la cara". Le mostré la foto de Shifu en Zhuan Falun. Dijo que no podía distinguirlo. Le dije a mi esposo: "Él no te pidió que me dijeras que la gente que practica Dafa se va, él te dijo que la gente que practica Dafa se va. ¿Quieres irte o quieres quedarte?". Dijo: "Yo también quiero irme". Le dije: "¡Entonces empieza a cultivarte!". Dijo: "De acuerdo, me cultivaré".

Mi esposo empezó a cultivar Dafa. Le dije: "Tienes que recordar que este año tiene un diciembre, y el año que viene tiene otro diciembre. Cada año tiene un diciembre. No hables a otros practicantes del diciembre".

Un día, un practicante consiguió que mi esposo viera el vídeo de Shifu enseñando los ejercicios. Cuando mi esposo oyó hablar a Shifu al final del vídeo, dijo: "Ésa es la voz que me habló esa mañana". Le dije: "Tienes una gran relación predestinada. Shifu te dijo que empezaras a cultivarte rápido, para que pueda llevarnos de vuelta a casa".

Mi esposo eliminó sus mayores apegos en menos de un mes

Mi esposo estaba decidido a cultivarse. Eliminó sus dos apegos más grandes, fumar y beber, en unos 24 días.

Era un gran adicto al tabaco. Una vez les dijo a sus compañeros de trabajo: "Está bien saltarse comidas, pero no está bien saltarse fumar y beber". Fumaba más de dos paquetes de cigarrillos al día. Antes de acabarse un cigarrillo, utilizaba la colilla para encender uno nuevo y seguía fumando. Cuando empezó a cultivarse, abandonó su adicción al tabaco en unos 24 días.

Mi esposo procedía de una familia numerosa de ocho hermanos. Él era el séptimo. Poco después de empezar a cultivarse, su hermano mayor cumplía años. Fuimos a celebrarlo y también acudieron sus numerosos sobrinos. Todos se enteraron de que mi esposo había empezado a cultivar Falun Dafa y había dejado de beber. Y aunque, estos sobrinos intentaron por todos los medios que mi esposo bebiera un trago, no cedió.

Uno de los sobrinos, que era funcionario, le dijo: "Seguro que el tío pondrá buena cara si se lo pido". Mientras estaba arrodillado, el sobrino levantó una copa de licor e hizo un brindis por mi esposo. Mi esposo dijo: "Practico Falun Dafa, así que no puedo beber alcohol". El firme rechazo de mi esposo hizo que el sobrino se sonrojara de vergüenza. Incluso yo me sentí un poco avergonzada. Mi esposo y yo teníamos ese año unos 57 o 58 años, como los sobrinos más mayores.

Antes de cultivar Falun Dafa, mi esposo tenía que tomar analgésicos diariamente, así que siempre los llevaba en el bolsillo. Desde que empezó a cultivarse, no ha tomado ni una sola pastilla. De esto hace más de 20 años. Ahora, a los 79 años, camina con brío. Los amigos de mis hijos les dijeron: "Tus padres caminan como si fueran jóvenes".

Nuestros hijos han presenciado los milagros de Falun Dafa y apoyan que nos cultivemos. Durante la pandemia de 2020, mi hijo mayor se sintió mal de repente; sufrió dolor corporal y le subió la fiebre. Pidió a su mujer y a su hija que se quedaran en otra habitación para no contagiarse. Recitó: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Y aunque no pudo dormir en toda la noche, aturdido seguía recitando las frases. A la mañana siguiente su temperatura corporal era normal. Y se recuperó totalmente después del desayuno.

Todos mis hijos saben que Falun Dafa forma parte de nuestra esencia, y piensan primero en Dafa cuando se enfrentan a las distintas situaciones.