(Minghui.org) Tengo 50 años y vivo en el campo. Antes de practicar Falun Dafa, me consideraba de carácter orgullosa y noble. Siempre luchaba con otros y trataba de tomar ventaja. Después de casarme, me consideraba la que mandaba en casa. No podía soportar a mi esposo por ser honesto, cobarde e incompetente. No sabía como cuidarme y siempre peleaba conmigo. Cuando mis suegros se dieron cuenta de que no trataba a su hijo de forma respetuosa tuve problemas con ellos. Por lo que los problemas familiares nunca cesaron.

Después de que comencé a practicar Falun Dafa, aprendí a ser considerada con los demás cuando enfrentaba conflictos y a ser tolerante. He experimentado tremendos cambios mentales y psíquicos.

Pelea en grupo evitada

Una tarde, mi hijo llegó de la escuela y algunos de sus compañeros de clase venían con él. Le pregunté: “¿Qué te pasa?”. Él no dijo nada. A la mañana siguiente, tan pronto como entré en la habitación vi que tenía el brazo hinchado. Sólo entonces me enteré que de camino a casa, mi hijo y sus compañeros iban en bicicleta tomados de la mano. De repente, otro estudiante blandió un palo para golpear al compañero de mi hijo, que apartó la mano. El palo golpeó en el brazo de mi hijo. Los compañeros de clase que ayer lo acompañaron a casa querían ayudarlo y vengarse.

Fue doloroso para mí la expresión de agonía de mi hijo. No obstante, recordé lo que dijo Shifu:

“…los practicantes deben pensar en los demás…” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Canadá).

Por lo que le dije a mi hijo: “Entiendo que te sientas herido y molesto. Por favor, rápidamente recita: ‘Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno’. Yo lo recitaré contigo. Entonces Shifu (el fundador de Dafa) te ayudará. Tu hueso se curará. Si aún no te sientes bien, ¿qué te parece si vamos a hacerte una radiografía?”. Mi hijo aceptó la propuesta.

De camino, le dije: “No pidas a tus compañeros que te ayuden a defenderte. En una pelea en grupo las cosas pueden descontrolarse. ¿Qué sucederá si alguien resulta herido accidentalmente? Esto también implicará que otras personas cometan un delito. ¿No es todo lo que sufrimos sólo un poco de dolor? Podemos soportarlo. Por favor, perdona al chico que te pegó. Nunca se sabe, puede que más adelante sean buenos amigos”. Él aceptó.

En ese momento pensé: “Si sus profesores supieran esto los castigarían. En la actualidad es toda una carga para los padres mantener a sus hijos y es mejor no generarles más dolores de cabeza. Después de hacer las radiografías en el hospital vimos que todo estaba bien, se había recuperado completamente después de descansar un poco. El riesgo potencial de una pelea en grupo había desaparecido.

Encuentro con la novia de mi hijo

Antes de que mi hijo se graduara en la universidad, trajo a casa una compañera de clase y la presentó como su novia. Me dijo: “Madre, he escuchado tus consejos y no he tenido novia durante muchos años. Soy casi el último de mi clase en tener novia”. Le pregunté a mi hijo sobre la situación familiar de su chica y me di cuenta que era simpática y pura.

Después de cenar, la chica vino a mi habitación para hablar conmigo. Le dije: “Estás saliendo con mi hijo, te voy a tratar como a uno de la familia. Después de conocerte, eres una chica razonable. Me gustaría compartir mis pensamientos contigo: Como chica joven debes respetarte a ti misma. Hasta que no se casen no debes tener una relación con mi hijo como lo haría una pareja casada. Le he dicho lo mismo a mi hijo. Desde que has venido a mi casa siento que debo ser responsable de ti. Yo cultivo Falun Dafa y sé que una persona tiene que seguir unas reglas, en lugar de dejarse llevar por la corriente. No te limites a mirar cómo hacen las cosas los demás, seguir su ejemplo y tener una relación inapropiada. A ojos de los dioses, es cometer un delito. En otras palabras, si finalmente se casan eso está muy bien. Si esto no sucede, entonces no tienes nada que perder”. La joven asintió con la cabeza y dijo: 'Lo entiendo'”.

La historia de la ocupación del terreno de nuestro pueblo

Hace unos años. Se iba a construir una carretera frente a nuestro pueblo. Cuando la gente se enteró, comenzaron a plantar árboles en sus campos, con el propósito de obtener una mayor compensación del propietario del proyecto.

Le dije a mi esposo que trabajaba en otra ciudad: “No engañaremos para sacar más dinero. Como practico Falun Dafa debo ser verdadera. Si no estás de acuerdo, entonces encárgate de tu parte del terreno, en mi parte no plantaré nada”. Rápidamente él dijo: “Te seguiré, tú eres la jefa”.

Un vecino me dijo que todos los del pueblo estaban plantando árboles. Y que, si no lo hacía, una persona de nuestro pueblo nos ofrecería un precio alto para alquilar mi tierra. En esa época, yo quería construir una casa, pero no tenía suficiente dinero. Sin embargo, le dije que no plantaría árboles ya que practicaba Falun Dafa; No haría eso sólo por mi interés de exprimir más dinero al gobierno. Lo tomó desprevenido y dijo: “Nuestros ciudadanos sólo pueden hacer esto para sacarle más dinero al gobierno. Además, si lo alquilas, lo que haga el otro no tiene nada que ver contigo”. Le dije: “Si se lo alquilo, estaré ayudando a esta persona a hacer trampas; por lo que no lo haré”.

Siendo amable con los trabajadores

Mi casa estaba construida y lista para la reforma. Cuando hablé con el capataz de la obra, me dijo que me cobraría por día. El último paso era trabajar en la cocina, pero la tuvieron que rehacer cuatro veces. Primero cuando vi que ponían clavos y que luego los sacaban y que lo hicieron varias veces, mi corazón se movía para arriba y para abajo. Pensé: ¿Qué clase de horrible trabajo están haciendo? Pagué por los materiales y luego les pagué por su tiempo. ¿Era para que practicaran?

Viendo que ellos no hacían su trabajo de forma seria, me contuve y no me quejé. Luego, temí que no pudiera contenerme mucho más y que no pudiera comportarme como un practicante así que hice la vista gorda. Cada día, después de dejarles algunas botellas de agua caliente y algunos paquetes de cigarros me marchaba. Poco a poco, fui capaz de calmarme. Al final el mismo capataz tuvo que acabar el trabajo.

Él dijo: “Nuestros trabajadores no son muy hábiles. Me he dado cuenta que han perdido mucho tiempo y muchos materiales. Déjeme asumir los costos de estos últimos días, no debe preocuparse por ello”. Le dije: “¡Gracias! Pero tendré que pagarlo yo ya que la pérdida de tiempo y de materiales no ha sido intencionada y tampoco les facilité un plano detallado. No puedo alegar que es culpa suya”.

Cuando trabajaban en una casa de un pueblo vecino, fui a buscarlos. Vi una tira de tela no tejida de unos tres metros de ancho y más de tres metros de largo en la basura. La tomé y usé un cuchillo para cortar una tira de 10 cm de ancho, que resultó ser útil para mi familia. Así que me la llevé a casa.

Cuando llegué a casa, me arrepentí de haberlo hecho: Los dueños no estaban en casa, así que no estuvo bien que me llevara algo de su casa. Shifu dijo:

“ …abriga altas aspiraciones, pero es cauteloso también en pequeños detalles…” (El Santo, Escrituras esenciales para mayor avance).

Así que le dije a la mujer del capataz: “Ayer estuve en la casa donde trabajaban tus trabajadores y tomé algo de allí. No conozco a los propietarios, no estaban en casa,
Sólo puedo compensarles a través tuyo”.

Ella dijo: “Sólo era basura, ¿qué sentido tiene que pagues por eso?”, dije: “Es basura para ellos, pero ¿no le di un buen uso? No debo aprovecharme de ellos. En otras palabras, les quité algo cuando ellos no estaban, esto es como robar” ella dijo: “¿Cómo puede ser tan grave?”.

Mientras tomaba el dinero dijo: “Como practicante, haces las cosas de forma distinta a como lo haríamos nosotros”.

Cuidar de mi suegra

Hace unos años. Mi suegra fue al hospital a unos ciento diez kilómetros de mi casa, para someterse a una operación de prótesis de rodilla. En esa época, mi esposo trabajaba en una ciudad lejana y no podía ir a casa para cuidarla. Mi cuñada y yo hacíamos turnos para cuidarla. Cada día conducía hasta el hospital, allí la bañaba con una esponja, la peinaba y la limpiaba. También la consolaba, animándola para que no tuviera miedo. Después de la operación, la ayudé a hacer los ejercicios de rehabilitación. La hice colocarse detrás de mí, con sus manos en mis hombros para poder andar poco a poco.

Una vez, la ayudé a orinar, pero no esperaba que después defecara y la orina me salpicó en la muñeca. Después de limpiarlo, me dijo avergonzada: “No quiero molestarte tanto. Cuando tu hijo era pequeño, tuviste que ir a trabajar y te pedí que me dieras toda tu paga, pero no fue porque fuera pobre”. Lo que dijo me pilló desprevenida, entonces le dije: “Tranquila, nadie querría que hiciera estas cosas por él si todo fuera bien”.

Sólo cuando lo dijo recordé a que se refería. Cuando mi hijo era pequeño. Para poder mejorar la situación económica de mi familia, yo iba a una escuela que estaba a unos tres kilómetros para trabajar de profesora sustituta. Trabajaba durante el día y cuidaba a niños durante la noche, mi salario era de sólo 150 yuanes (21$) y tenía que dar toda la paga a mi suegra. Mi esposo trabajaba fuera de la ciudad y también tuvo que darle toda su paga. Como resultado, nos quedamos sin dinero. Si tenía que pagar algo, tenía que utilizar mis ahorros.

Un día debido a un pequeño asunto, mi suegra intentó golpearme con una escoba mientras me insultaba. Cuando llegó más gente, les dijo que la había golpeado y casi asfixiado. En ese momento, cuando volví a la habitación, me sentí tan angustiada que se me cerraron las manos y no pude abrirlas. Me sentí tan agobiada que no podía respirar. Después de eso, cuando me enfadaba, sentía pánico y caminaba de un lado a otro. Y había un vacío entre mi suegra y yo.

Después de casarme, debido a que mi esposo y yo teníamos personalidades muy distintas, tan pronto como llegaba a casa comenzábamos a discutir. Mis suegros también me hacían enfadar, me sentía desesperada. En ese momento, para tratar de llevar una vida mejor, hice una docena de distintos trabajos. Al final, tuve un negocio de barbacoas. Era muy concurrido y tenía que tratar con todo tipo de clientes. Además, mis suegros nunca me ayudaron. Cuando mi esposo llegaba a casa, no solo no me ayudaba, sino que nos peleábamos. Me sentía exhausta. A veces me enfrentaba a los clientes difíciles para pelearme con ellos. Como mujer débil, para sobrevivir en lo más bajo de la sociedad, vivía una vida muy dura.

Después de comenzar a practicar Dafa, mi punto de vista cambió. Si mi suegra no hubiera mencionado eso habría olvidado todas esas cosas. Cuando ella lo mencionó supe que nuestra brecha había desaparecido.

Cuidando a mi anciano padre

Hace seis años, mi padre comenzó a tener dificultades para andar. A menudo se quedaba en cama. Al cabo de un tiempo su apetito disminuyó. Gradualmente se quedó postrado en la cama y perdió la capacidad de cuidar de sí mismo.

Cuando fui a visitar a mis padres y me enteré de su situación, hice que se mudaran a vivir conmigo. Hice que mi hijo le diera un baño y le cambiara la ropa. Luego le hice quedarse en mi habitación. Cada día le preparaba comida líquida como sopa y papillas. También le pedí que recitara: “Falun Dafa es bueno y Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno”. Le enseñé a hacer los ejercicios y le hice leer los libros de Dafa.

Una semana más tarde, su estado casi era el normal. Podía ir al baño por si solo y comía la misma comida que nosotros. Su salud mejoró y podía andar sin usar el bastón. Unos meses más tarde, volvió para celebrar el Año Nuevo Chino.

Un día de finales de otoño del 2020. Mi padre quiso tomar un baño. Después de ayudarlo a poner la temperatura del agua y a sentarse en la ducha, salí con mi nieto. Dos horas más tarde, llegué a casa. Cuando entré en el baño, lo vi sentado allí y había excrementos en el suelo, en la pared y en el retrete. Sucedió que accidentalmente golpeó el control de temperatura y la temperatura del agua subió. El agua caliente cayó encima suyo durante un rato. Debido a eso la mitad de su cuerpo, desde el hombro hasta el muslo, incluido el brazo, estaba quemado y tenía un color morado oscuro.

Pensé: ¿Qué debo hacer? Le pregunté a mi padre: “Si quieres ir al hospital. Te llevaré rápidamente antes de avisar a tu hijo”. Él dijo: “No, no necesito ir al hospital. Estoy bien, esta vez necesito aprender Dafa seriamente”. Justo entonces, llegó mi hermana menor. Al ver aquello, rápidamente fue a su casa a buscar medicamentos para quemaduras. Cuando lo trajo, mi padre se negó a tomarlos, decía que se pondría bien. Por la noche, le dolía tanto que siguió caminando. Esa noche, mi hijo y yo nos turnamos para vigilarle.

Por la mañana, tenía grandes ampollas por todo el cuerpo. Por lo que no pudo vestirse. Usé mi antiguo abrigo de invierno para hacer una falda y luego se la envolví alrededor. También dejé a mi nieto pequeño con su otra abuela para poder cuidar a mi padre día y noche. Le bañaba y le limpiaba las quemaduras cada dos horas. De lo contrario, toda la habitación se llenaba con olor a carne podrida. Le hacía las tres comidas. También lavaba la ropa y la tela del pañal. Estaba tan ocupada que solo dormía un par de horas cada día.

Cuatro días más tarde, comenzaron a generarse costras en las ampollas. Pero si por la noche lo cubría con un edredón, las costras supuraban pus y se arrancaban. No sabía qué hacer. Si no lo tapaba, tenía miedo que tuviera frio, pero si lo tapaba tenía miedo de que las costras supurasen. Al final, decidí desnudarlo. Encendí el calefactor, corté las perneras de un par de pantalones de ropa interior gruesa y los puse encima de sus piernas. Luego corté dos mangas de un top y se las puse alrededor de los brazos, y traté de dejar expuesta la zona donde se había quemado. Cuando se cansaba de estar estirado lo ayudaba a sentarse. Cada vez intentaba moverlo un poco, se desprendía una capa de piel de su trasero y se pegaba en la toalla. Imagínense cuánto le dolía entonces.

Durante el día, dejaba al descubierto la zona donde se había quemado. Le hice escuchar las conferencias de Shifu. Una noche, mi padre parecía que estaba al borde de la muerte. Señaló fuera de la ventana y dijo: “Es la hora de irme. Díselo”. Estaba tan asustado que dejé encendida las luces durante toda la noche. Por la mañana le pregunté: “¿Que decías esta noche?”. Dijo que no se acordaba.

Cuando mi suegra vino a visitarme y vio su situación me dijo: “Está muy grave, es momento de que se lo digas a tu hermano. A su edad, ¿y si su vida corre peligro?”. Dije: “Estoy bien, él cree en Dafa y Shifu se encarga de él. Mira. ¿no está cada día mejor? Aunque hubiéramos ido al hospital, no se hubiera recuperado tan rápido como lo ha hecho. Si no lo crees, vuelve otro día y verás que bien está”. Se fue sin decir nada.

Volvió una tarde. Cuando miró la zona quemada, esta se había encogido mucho. Dijo: “Sin duda, está mejorando muy rápidamente”. Mi hermana menor y yo lo habíamos cuidado. Diez días después, vino mi otra hermana. Cuando vio lo cansada que estaba, decidió quedarse para ayudarme.

Mi hermano vino doce días más tarde. Después de ver la situación, me preguntó. “Por qué no me avisaste antes? Le dije: “Papá no me dejó llamarte, si te lo hubiéramos dicho le hubieras llevado al hospital. No quería que pagaras un tratamiento médico. Y una herida tan grande no sanaría tan rápido. Papa dijo que lo dejaría en las manos de Shifu. Tranquilo a mejorado mucho. Si tienes tiempo, no dudes en venir a cuidarlo. Si no, no te preocupes”.

Doce días más tarde, mi padre orinaba constantemente. Lo hacía cada 10 o 30 minutos. Poco a poco, el color de su orina se volvió transparente. También perdió mucho peso. La piel de su pecho se volvió tensa y brillante como la de un joven. El hinchazón de su mano bajó y su color de piel se tornó normal. Podía abrir los dedos y luego cerrar el puño. La pierna que se había endurecido y no se flexionaba también se recuperó y ambas piernas parecían iguales.

Veinticuatro días más tarde, la zona quemada se había recuperado sin tomar ninguna medicación, inyecciones ni utilizar ninguna medida antiinflamatoria. El milagro apareció al escuchar las conferencias de Shifu y escuchándome leer Zhuan Falun. Toda nuestra familia fue testigo de la naturaleza milagrosa de Falun Dafa.

Realmente deseo que toda la gente del mundo pueda comprender Falun Dafa y darse cuenta de su pureza y belleza producida por Verdad, Benevolencia y Tolerancia, así como la felicidad y la alegría que uno siente en lo más profundo de su ser mientras se eleva.