(Minghui.org) Mi marido se despertó a medianoche para vomitar después de cenar sobras. Al día siguiente se dio cuenta de que veía borroso en el trabajo y se sentía débil y confuso. Esa noche perdió el sentido de la orientación cuando conducía de vuelta a casa.

Yo estaba visitando a mi hija, y cuando volví a casa una semana después pude ver que había perdido peso. Se quejaba porque siempre estaba cansado.

Mi marido empezó a practicar Falun Dafa en 1997. Hacía regularmente los ejercicios, pero rara vez leía los libros de Falun Dafa. Fallé en recordarle la importancia del estudio del Fa. Como consecuencia, su pensamiento era como el de una persona común, y fue al médico. El médico le dijo que tenía hipertensión, diabetes y que había sufrido un derrame cerebral.

Compartí con él mis entendimientos basados en los principios del Fa. "Los practicantes de Dafa no se enferman." "Nuestro yeli de enfermedad es una manifestación de nuestras malas acciones pasadas de muchas vidas. Una vez que empezamos la cultivación, eliminamos nuestro yeli soportando dificultades, superando el yeli de enfermedad y sufriendo para poder pagar nuestras deudas."

Para ayudarle a entender, le dije: "Shifu purifica y ajusta nuestro cuerpo. Nos ayuda a eliminar el yeli. Por lo tanto, tomar medicamentos, inyecciones e infusiones empuja el yeli de regreso a nuestro cuerpo".

Le expliqué que sus enfermedades eran ilusiones, y que mientras hiciera los ejercicios y leyera los libros de Dafa, podría eliminar las ilusiones y mejorar su nivel de cultivación.

Mi marido empezó a tener pensamientos rectos. Él ganó más confianza estudiando el Fa, haciendo los ejercicios, y enviando pensamientos rectos. Después de hacer los ejercicios, dijo alegremente a nuestra hija: "Ahora me siento lúcido. Vamos a dar una vuelta. Puedo llevarte a donde quieras".

Luego añadió: "Primero tengo que tomar mi medicación". Era obvio que todavía no creía firmemente en Dafa y seguía preocupado por su "enfermedad". Su estado de cultivación vacilaba.

Lo animé con pensamientos rectos, independientemente de su comportamiento. Negué las falsas apariencias, y sus palabras y acciones negativas, porque estaban impulsadas por el miedo, el yeli de pensamiento y las nociones humanas.

Por ejemplo, cuando decía que no veía las cosas con claridad, yo le decía: "Puedes ver, y tus ojos están bien. Cada parte de tu cuerpo está llena de materia de alta energía. No estás enfermo". Si decía que no podía subir las escaleras, yo le decía: "Incrementa la sabiduría y refuerza tus poderes." (Segundo ejercicio, capítulo IV, Falun Gong)

Cuando veía a personas con síntomas de derrame cerebral y la forma en que se movían, pensaba también en mi marido. Rápidamente lo rechacé: "Este no es mi pensamiento y no tiene ningún poder. Destruyelo por completo".

Mantuve este pensamiento en todo momento: "Todo lo que Shifu nos ha dado es lo mejor, y no ha dispuesto estas cosas negativas para mí. Solo seguiré los arreglos de Shifu. Shifu cambió mi camino de vida y no habrá ningún peligro. El estado anormal de mi marido es para ayudarnos a mejorar".

Cuanto más estudiaba el Fa, mejor comprendía los principios del Fa. Me sentí más tranquila, mis pensamientos rectos se fortalecieron y el estado de mi marido mejoró. Finalmente, se recuperó y se convirtió en un verdadero practicante.

Cuando un practicante se enfrenta a tribulaciones, es importante que los que le rodean puedan proporcionarle apoyo con pensamientos rectos. Cuando formamos "un cuerpo" y mantenemos fuertes pensamientos rectos, desaparecen todo tipo de interferencias.

Al principio, no manejé bien la situación. Mis emociones humanas me influenciaron. Me quejé y me enfadé con mi marido. No me gustaba que no estuviera a la altura de mis expectativas, temía que no pudiera superar la prueba y me faltaba compasión. Afortunadamente, pude detectar mis apegos y eliminarlos. Y estudiar el Fa me ayudó a asimilarlo.