(Minghui.org) Zhou Xing y Lai Junchen eran oficiales de la policía secreta de la dinastía Tang durante el periodo Wu Zhou. Ambos disfrutaban torturando a sus víctimas cuando las interrogaban, y muchos inocentes confesaron crímenes que no habían cometido y fueron ejecutados.

Más tarde, alguien denunció a Zhou por estar implicado en un crimen y la emperatriz, Wu Zetian, ordenó a Lai que lo investigara. Lai invitó a Zhou a tomar una copa y le preguntó: "He visto a algunos criminales que eran muy astutos. Intenté todo tipo de torturas, pero no confesaron. ¿Qué harías tú?".

"Eso es fácil", respondió Zhou. "Busca una urna o una vasija grande, caliéntala sobre un lecho de carbón y mete al criminal dentro. Nadie podría resistirlo".

Lai siguió las instrucciones de Zhou y luego llamó a Zhou: "La Emperatriz me pidió que te investigara. Por favor, pasa".

Horrorizado, Zhou confesó. De camino a su lugar de exilio, sus enemigos lo mataron.

Este es un ejemplo clásico de un criminal que sufre el mismo destino que su víctima. Por desgracia, muchas personas no han tenido en cuenta esta lección, como quienes están implicados en la persecución a Falun Gong, que el Partido Comunista Chino (PCCh) puso en marcha en julio de 1999.

A pesar de saber que Falun Gong es una práctica pacífica que mejora la mente y el cuerpo, mucha gente sigue colaborando con el régimen comunista para discriminar y maltratar a sus practicantes. Es especialmente el caso de los funcionarios del sistema judicial y de las fuerzas del orden. Invocando órdenes de sus superiores, detienen y torturan a su antojo a los practicantes para su propio beneficio político, lo que ha provocado innumerables tragedias.

Tortura

Aceite de mostaza

El Sr. Zhang Yong, practicante de Falun Gong en la ciudad de Jilin, provincia de Jilin, fue detenido en 2019 por colgar un cartel con información sobre Falun Gong. Agentes de paisano lo torturaron en una habitación secreta con 14 instrumentos de tortura de una "caja de herramientas especiales", además de dispositivos de ahorcamiento y un banco del tigre.

Esposaron al Sr. Zhang a una silla metálica, le vendaron la boca con cinta adhesiva y le introdujeron dos cigarrillos encendidos en las fosas nasales.

Un oficial dijo: "Hoy voy a torturarte hasta la muerte. Mis superiores me lo han ordenado". Él y otros oficiales rociaron aceite de mostaza en la cara, la nariz y los ojos del Sr. Zhang. El dolor era indescriptible.

"A nadie le importas"

El 12 de agosto de 2021, la Sra. Wen Yufei, practicante de Falun Gong, fue trasladada a la Prisión Provincial de Mujeres de Heilongjiang para cumplir una condena de dos años. Se negó a renunciar a su creencia y fue torturada. Las reclusas Li Bing y Wang Fengchun la golpearon, maltrataron y pellizcaron. También la obligaron a sentarse en un pequeño taburete sin moverse desde las 4 de la mañana hasta las 10 de la noche, lo que le provocó úlceras en las nalgas.

Sun Li, el jefe del Octavo Pabellón, hizo la vista gorda ante la tortura que sufría la Sra. Wen. La reclusa Wang dijo a la Sra. Wen: "Mira: ¿te ha hecho caso el guardia? Nadie se preocupa por ti. De hecho, nosotras tampoco queremos hacer esto. Son los funcionarios de prisiones los que nos obligan a hacerlo".

"Es una orden del director del campo de trabajo"

El Sr. Yu Chunhai, practicante de Falun Gong en la ciudad de Yushu, provincia de Jilin, fue golpeado y pateado, quemado con colillas de cigarrillos y privado de sueño durante 24 horas en el Campo de Trabajo Forzado de Chaoyanggou.

Una vez, el drogadicto Xu Hui golpeó al Sr. Yu decenas de veces con una tabla de cama de más de 1 metro de largo y 20 centímetros de ancho, dejándole las nalgas magulladas y ensangrentadas. "Los guardias nos dijeron que lo hiciéramos", dijo Xu. "Es una orden del director del campo de trabajo". A causa de la tortura, el Sr. Yu falleció el 10 de marzo de 2007, a la edad de 32 años.

"El poder del Partido está sustituyendo a la ley para reprimir a Falun Gong"

El Sr. Zhang Chunqiu, un practicante de la ciudad de Yiyang, provincia de Hunan, fue detenido en 2001 y condenado a ocho años. "Ahora que el poder del Partido está sustituyendo a la ley para reprimir a Falun Gong", le dijo un juez, "sólo nos limitamos a cumplir las formalidades. No tenemos elección y no puedes culparme".

Una ciudadana sana recluida en un hospital psiquiátrico durante 11 años

La Sra. Guo Min trabajaba para la sucursal del municipio de Xima de la Oficina Nacional de Impuestos en el condado de Xishui, provincia de Hubei. En marzo de 2000, la descubrieron portando libros de Falun Gong en la estación de ferrocarril de Hangzhou, provincia de Zhejiang. Debido a ello, estuvo recluida en un hospital psiquiátrico durante 11 años y fue obligada a tomar medicamentos que dañaron su sistema nervioso central. Falleció el 4 de agosto de 2011, a la edad de 38 años.

A lo largo de los años, la familia de Guo podría haber intentado sacarla de allí. Pero como temían verse implicados y también estaban influenciados por la propaganda del régimen que demonizaba a Falun Gong, se negaron a llevársela a casa.

24 pastillas al día que dañan los nervios

La Sra. Lu Hongfeng fue subdirectora y directora de asuntos académicos de una escuela primaria de la ciudad de Lingwu, Ningxia. Se dedicaba a su trabajo y era una empleada destacada.

Durante el congreso nacional del régimen comunista, celebrado en marzo de 2000, la Oficina Municipal de Educación suspendió y despidió a la Sra. Lu por firmar una carta abierta al Congreso Nacional del Pueblo pidiendo el fin de la persecución a Falun Gong.

En lugar de protegerla, su marido, Qin Yuhuan, reunió a un grupo de personas para detenerla. La llevaron al Hospital Psiquiátrico de Lingwu, donde la ataron a una cama y le inyectaron y suministraron a la fuerza grandes dosis de fármacos neurotóxicos.

Según un médico del hospital, una pastilla que contuviera cierto fármaco importado de Alemania haría que una persona cayera en coma durante tres días. La Sra. Lu recibió 24 de esas pastillas al día durante más de 50 días.

Cuando fue puesta en libertad, la Sra. Lu sufría trastornos mentales y estaba muy débil. En casa, su marido seguía administrándole drogas a la fuerza y la torturaba físicamente. Falleció seis meses después, el 6 de septiembre de 2000. Tenía 37 años.

Lo que va, viene

A pesar de lo terrible que es la persecución como se ha demostrado anteriormente, aunque los represores puedan salirse con la suya por el momento, la retribución del yeli (kármica) ha alcanzado a muchos de ellos. Es una dura lección.

El capitán de la Oficina de Seguridad Nacional del Condado de Longlin, en la provincia de Guangxi, muere de COVID

Li Shaowen, capitán de la Oficina de Seguridad Nacional del Condado de Longlin, en la provincia de Guangxi, falleció por COVID el 4 de enero de 2023. Durante su mandato, cumplió activamente órdenes de la provincia de Guangxi y de la ciudad de Baise (que supervisa el Condado de Longlin) para perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Cuando los practicantes intentaron explicarle la realidad de Falun Gong y que la libertad de creencia está garantizada por la Constitución, Li les ignoró. "Si no dejan de practicar Falun Gong, se arrepentirán", decía a menudo. "No creo en la retribución, ¡eso es una tontería!". Nunca dejó de perseguir a los practicantes. Una de ellas, la Sra. Chen Peizhu, discapacitada, fue condenada a cuatro años de prisión en 2006.

Más tarde, Li desarrolló un cáncer de nariz y garganta. Era muy doloroso y nada le ayudó a pesar de visitar los grandes hospitales de las principales ciudades. Estaba demacrado y sufría mucho. Quería jubilarse, pero no se lo permitieron. Recientemente se infectó de COVID y falleció.

Postrado en silla de ruedas por un tumor cerebral

Yang Lianjiang, jefe de la Oficina de Seguridad Nacional del Distrito de Daxing, en Beijing, había perseguido a los practicantes de Falun Gong durante muchos años. Fue responsable directo del arresto, detención y encarcelamiento de muchos practicantes en el distrito de Daxing.

Muchos practicantes intentaron decirle que Falun Gong es bueno y no debe ser perseguido, pero Yang no escuchó. Hace poco le diagnosticaron un tumor cerebral y no puede mover el lado izquierdo del cuerpo. Está postrado en una silla de ruedas y necesita que dos personas cuiden de él.

No hace mucho, Yang estaba en una reunión en el Departamento de Policía de Daxing cuando ya no pudo sostenerse en su silla de ruedas y resbaló bajo la mesa. Tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital. No dejó de perseguir a Falun Gong, y su tumor se agravó.

Por ello, Yang no se ha atrevido a reunirse con nadie y rechaza todas las visitas. También ha dicho a sus conocidos que no compartan ninguna información sobre su salud.