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Debemos seguir responsabilizando a Jiang Zemin por sus crímenes incluso después de su muerte ( Parte 2)

Feb. 6, 2023 |   Por un practicante de Falun Dafa en China continental

(Minghui.org) El Partido Comunista Chino (PCCh) anunció el 30 de noviembre de 2022 que su exlíder Jiang Zemin había muerto ese día. Según las leyes penales modernas, por lo general, una persona fallecida ya no puede ser considerada penalmente responsable. Por eso Adolf Hitler no fue juzgado en los juicios de Núremberg: se había suicidado.

Sin embargo, los juicios póstumos (celebrados después de la muerte del acusado), aunque raros, tienen precedentes tanto en la Antigüedad como en la Edad Moderna. Juana de Arco (1412-1431), santa patrona de Francia, fue condenada por hereje y ejecutada. Décadas más tarde se presentó una apelación formal, y su condena fue anulada en 1456. Manente degli Uberti (1212-1264), aristócrata y líder militar italiano, fue exhumado y juzgado por herejía en 1283. Fue declarado culpable y sus restos fueron sometidos a una ejecución póstuma. Henry Plummer (1832-1864), forajido del Oeste estadounidense acusado de matar a varias personas, fue juzgado a título póstumo (posteriormente se declaró nulo el juicio) en 1993. Sergei Magnitsky (1972-2009), asesor fiscal y abogado en Rusia, fue condenado por evasión fiscal en 2013, pocos años después de morir en prisión en 2009. Su condena injusta provocó la condena de la comunidad internacional. A finales de 2012, el Congreso de Estados Unidos promulgó la Ley Magnitsky para castigar a los funcionarios rusos responsables de su muerte. La Ley se amplió posteriormente para perseguir a los infractores de los derechos humanos en general. Varios otros países, entre ellos el Reino Unido, Canadá y la Unión Europea, han seguido su ejemplo aprobando leyes similares.

Los ejemplos anteriores indican que la muerte de un acusado no pone fin necesariamente a su procesamiento. Es perfectamente posible condenar al infractor o anular una condena injusta a título póstumo.

Además del castigo impuesto por el tribunal, también han existido otras formas de castigo póstumo contra el infractor. Por ejemplo, Qin Hui, canciller de la dinastía Song, fue uno de los funcionarios imperiales más notorios de la antigua China. Tras su muerte en 1155, Qin recibió dos títulos póstumos despectivos, uno de ellos miu chou ("traidor", por parte del emperador Ningzong en 1206) y otro miu hen ("perverso y brutal", por parte del emperador Lizong en 1254). En la Historia de la Dinastía Song, se lo incluyó en las "Biografías de traidores".

Teniendo en cuenta lo anterior, creo que una evaluación justa y equitativa de los crímenes cometidos por Jiang, que ordenó la persecución contra Falun Gong en julio de 1999 y dirigió la nación mediante la corrupción, está justificada para consolidarlo como uno de los líderes más corruptos, promiscuos y malvados de la historia.

Minghui ha publicado recientemente numerosos artículos sobre Jiang, entre ellos "Jiang Zemin es responsable de la corrupción moral generalizada en China", "El legado de Jiang Zemin a China: destrucción incalculable", y "El boletín de notas de Jiang Zemin muestra todo ‘Reprobado’".

Me gustaría compartir mis ideas sobre por qué debemos seguir responsabilizando a Jiang después de su muerte en esta serie de tres partes.

(Continúa de Part 1)

2. La importancia de salvar al pueblo chino

La persecución lanzada por Jiang contra Falun Gong en 1999 fue una campaña política dirigida contra ciudadanos inocentes. Fue ilegal e inmoral desde el principio por tres razones principales. En primer lugar, el grupo perseguido (practicantes de Falun Gong) no violaba ninguna ley, sino que simplemente quería seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser mejores ciudadanos. La naturaleza de la represión era siniestra.

En segundo lugar, la política de persecución de Jiang fue implacable, sometiendo a los practicantes a diversas formas de abuso, como acoso, arrestos, detenciones, torturas, multas, suspensión de la pensión y despido. Por ejemplo, Jiang dictó la orden de que "la muerte por tortura [de los practicantes] se considere suicidio. Enviar [el cuerpo] para ser incinerado directamente, sin necesidad de verificar la identidad [del practicante]". También ordenó a sus seguidores que mataran a los practicantes para obtener sus órganos.

Por último, el daño físico, mental y económico a los practicantes y a sus seres queridos fue enorme. Un número incalculable de practicantes fueron discriminados por su fe, vieron a sus familias destrozadas, perdieron sus oportunidades de educación o trabajo, por no hablar de los muchos practicantes que fueron detenidos, torturados o incluso asesinados por sus órganos. Esta persecución ha sido totalmente ilegal, absolutamente inmoral y extremadamente brutal.

Tres medidas pendientes desde hace tiempo

Jiang ha muerto, pero la persecución continúa después de más de 23 años. Es una vergüenza para China. En mi opinión, China debería tomar las tres medidas siguientes:

* Dado que esta persecución fue llevada a cabo por todos los niveles del gobierno por orden del PCCh, debería emitirse una orden oficial para que todos los organismos gubernamentales pongan fin inmediatamente a cualquier forma de persecución.

* Se debe presentar una disculpa formal al Sr. Li Hongzhi (fundador de Falun Gong) y a los innumerables practicantes perseguidos por su fe. Deben llevarse a cabo investigaciones exhaustivas de los responsables de la persecución y ser procesados en función de los resultados de la investigación.

* Jiang Zemin y otros responsables principales deben ser acusados y llevados ante la justicia.

Redención para el pueblo chino

Al reprimir a Falun Gong, Jiang condujo a China y al pueblo chino a un abismo. Falun Gong enseña a uno a ser bueno alineándose con los valores universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Atacar a Falun Gong equivale a oponerse a los valores universales y desafiar a lo divino. La armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad está profundamente arraigada en la cultura tradicional china. Participar en la persecución a los practicantes de Falun Gong significa actuar contra la propia conciencia y acarreará consecuencias. El SARS (2002 - 2004) y el COVID (2020 - presente) son solo dos ejemplos.

Hoy en día, la gente suele centrarse en las razones superficiales de la pandemia y otras catástrofes, descuidando las causas fundamentales. De hecho, la persecución a personas inocentes y actuar en contra de las leyes celestiales son las verdaderas razones por las que China se ha visto azotada por una catástrofe tras otra.

Con la muerte de Jiang, China todavía puede llevarlo ante la justicia y anunciar oficialmente el fin de la persecución contra Falun Gong. Haciendo estas tres cosas, el pueblo chino podría poner fin a las deudas kármicas que Jiang y el PCCh trajeron a la nación. Solo entonces el pueblo chino reducirá las pérdidas que se le impusieron y será bendecido con un buen futuro.

Una medida más

Además de buscar justicia contra Jiang, China y el pueblo chino también deberían abandonar al PCCh y empezar de nuevo.

La persecución a Falun Gong pudo ocurrir en China porque Jiang se aprovechó de lo que decía la Constitución: "El liderazgo del Partido Comunista de China es el rasgo definitorio del socialismo con características chinas". Como secretario general del PCCh y presidente de las Comisiones Militares Centrales, Jiang dirigió a los funcionarios de su Partido para reprimir a Falun Gong con el apoyo de los militares. La persecución se extendió entonces a toda la nación, con todos los niveles de gobierno, empresas, escuelas y comunidades locales obligados a participar en la persecución.

Además, Jiang y su régimen coaccionaron a su sucesor (y al PCCh en su conjunto) para que prometiera no detener la persecución ni buscar justicia en nombre de Falun Gong. Aunque sus sucesores inmediatos o posteriores sabían que la represión era brutal e infundada, seguían queriendo mantener el liderazgo del Partido en beneficio propio. Como resultado, la persecución continúa hoy en día.

A estas alturas, el PCCh está condenado. Sin embargo, para salvarse, el pueblo chino debe abandonar al régimen y poner fin a las atrocidades contra Falun Gong.

Recuperar la China auténtica

Desde que tomó el poder en 1949, el PCCh ha causado un daño sin precedentes al pueblo, la cultura y los cimientos morales de China.

A lo largo de la historia, el antiguo pueblo chino, desde los emperadores hasta los ciudadanos comunes, siempre habían venerado lo divino y creído en que "el bien y el mal recibirán su debida retribución". Confucio abogaba por "la benevolencia, la rectitud, la corrección, la sabiduría y la fe". Un crimen contra valores universales como los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia nunca habría sido cometido por un Estado de la antigua China.

China tiene una historia de unos 5.000 años, mientras que el PCCh se estableció hace apenas unos 100 años. Ni siquiera el comunismo ha durado más de 200 años. La ideología central del comunismo, basada en la falsedad, la perversidad y la lucha de clases, va en contra de los valores tradicionales, y su materialismo y sus doctrinas ateas desafían abiertamente a lo divino.

Por lo tanto, para evitar que se produzcan futuras persecuciones (como la de Falun Gong), es fundamental restaurar la cultura y los valores tradicionales. Acabando con la cultura del PCCh y del Partido, el pueblo chino se liberará de las garras de la ideología comunista.

Dar a conocer los hechos y acabar con las mentiras que perjudican a las personas

La publicación de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004, junto con los incansables esfuerzos de los practicantes de Falun Gong por denunciar la persecución del PCCh contra Falun Gong y otros crímenes, ha llevado a más de 400 millones de chinos a renunciar a su afiliación al PCCh y a sus dos organizaciones juveniles (Jóvenes Pioneros y Liga Juvenil).

Pero muchos chinos siguen envenenados por las mentiras del PCCh. Debido a la censura del PCCh, no saben lo brutal que es la represión y no tienen claro que el perverso PCCh es contrario a las leyes del Cielo. Además, innumerables propagandas difamatorias del Partido, como la farsa de la autoinmolación en la Plaza de Tiananmén, siguen engañando a la gente y empujándola contra Falun Gong.

Algunas personas son conscientes de la persecución, pero ya no creen en "el bien se recompensa con el bien y el mal se encuentra con el mal" debido al adoctrinamiento en el ateísmo del PCCh. Incluso con simpatía hacia Falun Gong, no se atreven a renunciar a las organizaciones del PCCh por miedo a las represalias del régimen.

Este es un problema grave. Durante miles de años, hubo innumerables historias, novelas, dramas y experiencias personales que atestiguan el principio celestial de que "el bien es recompensado con el bien y el mal se encuentra con el mal". Pero en las últimas décadas, el PCCh ha lavado el cerebro a la gente para que crea que cualquiera que no escuche al PCCh será destruido y que solo los seguidores del PCCh estarán protegidos. Durante sus numerosas campañas políticas, el PCCh fomentó el odio hacia los terratenientes (reforma agraria en 1950), los capitalistas (Tres-Anti en 1951 y Cinco-Anti en 1952), los intelectuales (Antiderechistas durante 1957 - 1959), los valores tradicionales (Revolución Cultural, 1966 - 1976), la libertad política (Masacre de la Plaza de Tiananmén en 1989), Falun Gong (1999 - al presente), y muchos más. Lo triste es que el grupo protegido hoy puede ser el objetivo mañana. Nadie está a salvo bajo el dominio del PCCh.

Aunque hubo muchas historias de represalias después de cada campaña política, el PCCh agotó todos los recursos para encubrirlas. Ni siquiera las ejecuciones secretas de líderes de la Guardia Roja tras la Revolución Cultural (un esfuerzo por apaciguar a los altos cargos del PCCh que habían sido blanco del caos) fueron conocidas por el público en general. Como resultado, los ciudadanos comunes y los funcionarios inferiores habían seguido ciegamente al régimen en una campaña tras otra sin darse cuenta del daño que habían hecho a los demás y a la sociedad, así como de las deudas del yeli (kármicas) acumuladas para sí mismos.

Una misión sobre nuestras espaldas

A pesar de todas estas ilusiones y mentiras creadas por el PCCh, alguien tiene que señalar lo que está pasando. En el cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador, fue un inocente niño quien lo hizo. En China, son los practicantes de Falun Gong quienes han estado exponiendo la verdad incansablemente, a pesar de enfrentarse al riesgo de perder su libertad, su trabajo, su familia o incluso su propia vida.

Entre las cuatro civilizaciones más antiguas (Mesopotamia, Egipto, el Valle del Indo y China), solo la cultura china se conservó y continúa hoy en día. De Laozi a Shakyamuni, de Confucio a los sabios a través de las dinastías, las generaciones anteriores han transmitido la civilización durante miles de años. Pero ahora, se enfrenta a su eliminación por la ideología del PCCh de lucha de clases, odio, brutalidad y mentiras.

Si no podemos impedir que el PCCh o el comunismo en general hagan el mal, transformarán rápidamente el mundo en un pantano sin ley ni orden. Es misión de todos en el mundo, tanto dentro como fuera de China, tener clara su importancia y cumplir con nuestro deber, por nosotros mismos y por las generaciones futuras.

(Continuará)