(Minghui.org) Aunque empecé a practicar Falun Dafa en 1998, durante 20 años no me cultivé realmente. Vacilaba entre comprometerme o no con la práctica. Tuve la oportunidad de trabajar en otra ciudad y un compañero de trabajo practicaba Falun Dafa. Me aconsejó que estudiara más el Fa.

A menudo pensaba en volver a casarme, no obstante no me daba cuenta de que detrás de estos pensamientos había apegos a la lujuria y a la búsqueda de una vida cómoda. Esta brecha permitía a las viejas fuerzas entrar en mí, y sentí un fuerte dolor en el bajo vientre. Sentía como si una mano poderosa me retorciera y apretara el abdomen, causándome un dolor insoportable y dificultando mi respiración. Me retorcía de dolor y no podía comer ni dormir. Los practicantes me ayudaron enviándome pensamientos rectos. Estudiaron el Fa conmigo y compartieron sus entendimientos.

A través del estudio del Fa, me di cuenta de que realmente había entrado en la puerta de la cultivación genuina de Dafa. Shifu limpió mi cuerpo y borró mi nombre del registro del Infierno. Ya no pertenecía a los Tres Reinos, porque mi vida fue arreglada por Shifu. A través del Fa, Shifu me enseñó a mirar hacia adentro cuando encontraba conflictos. Me di cuenta de que cuando había problemas, mi primer pensamiento debía ser sobre lo que había hecho mal o donde no cumplía con los requisitos de Dafa.

Reflexioné serenamente sobre mí mismo y descubrí varios apegos, como la lujuria, la competitividad, el beneficio personal, la pereza, el egoísmo y el no estar dispuesto a aceptar las opiniones de los demás. Sabía que no podía quedarme con estas cosas malas, ya que no eran verdaderamente yo. Tenía que separarme de ellas y eliminarlas por completo.

Shifu dijo:

"... Shifu no los reconoce. Ni ustedes deben reconocerlos tampoco. Hagan las cosas bien en forma recta y digna, niéguenlos, y refuercen más sus pensamientos rectos. “Soy dizi de Li Hongzhi, no deseo otros arreglos ni los reconozco”; entonces ellos no se atreverán a hacer eso. Por lo tanto, todo puede ser resuelto. Cuando realmente pueden hacer eso, no solo diciéndolo, sino poniéndolo en acción, Shifu definitivamente intercederá por ti. Lo que es más, hay muchos guardianes del Fa alrededor de Shifu, hay muchos fo, dao y dioses e incluso hay seres aún más grandes, y todos ellos participarán, porque la persecución forzada que no es reconocida, es un crimen, y las leyes del viejo cosmos tampoco lo permiten. La persecución irracional está absolutamente prohibida y las viejas fuerzas no se atreven a hacerlo si esa es la situación. Por lo tanto, ustedes deben hacer las cosas de la manera más recta posible" (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna. 2003).

La cultivación debía ser guiada por pensamientos rectos, y dominar mi cuerpo. Estaba decidido a persistir en el estudio del Fa y a enviar pensamientos rectos con otros practicantes. Decidí ir al baño sin ayuda y hacer los ejercicios todos los días, por duro que fuera. Al anochecer, los practicantes se preocuparon y me preguntaron si podría arreglármelas cuando se marcharan. Les dije: "Shifu me protege. Por favor, tranquilos, puedo arreglármelas".

Al séptimo día, el dolor abdominal se intensificó. Estaba decidido y pensé: "Me resistiré a todas las sustancias negativas. No reconoceré ninguna disposición de las viejas fuerzas".

Las negué y, por mucho que se intensificara el dolor, me quedé sentado sin moverme, confiando todo a Shifu y a Falun Dafa.

Cuando llegué al límite de lo que podía soportar, sentí un "swish" y todo mi cuerpo se relajó al instante. Supe que Shifu me había ayudado a eliminar el yeli de enfermedad, al manifestarse en mí el poder milagroso de Dafa. Se me llenaron los ojos de lágrimas de gratitud. Sabía que estaba curado y que mi cuerpo había vuelto a la normalidad. No hay palabras para expresar mi gratitud por la compasiva salvación de Shifu. Me incliné con profundo respeto ante Shifu.

Más tarde acepté un trabajo en otra ciudad donde era responsable de la gestión financiera y la compra de suministros. Un amigo me expresó bromeando: "¡Has conseguido un trabajo cómodo!". La empresa tenía un empleado dedicado a la compra de materiales, sin embargo esa persona aceptaba sobornos de los vendedores e inflaba el importe en los recibos, beneficiándose de la diferencia de precio cuando la empresa le reembolsaba. El director general acabó descubriéndole y le despidió.

Después de aceptar el trabajo, me mantuve fiel a las enseñanzas de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, esforzándome por ser una persona buena y mejor. Hacía mi trabajo con diligencia y tenía un gran sentido de la responsabilidad. Me aseguraba de ganarme mi sueldo, y me negaba a tomar un solo céntimo que no me perteneciera.

Los vendedores o propietarios de negocios me preguntaban si debían escribir una cantidad mayor en la factura, y yo siempre les decía que escribieran la cantidad real.

Durante los proyectos de construcción, a menudo necesitamos contratar mano de obra temporal, y el número de trabajadores varía en función de la carga de trabajo. Algunas personas me sugirieron que añadiera más trabajadores a la nómina y me quedara con el dinero extra después de pagar los salarios. Me negué a tales prácticas y les dije que seguía los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, y que todo es observado por el Cielo, por lo que no podía aceptar ni un céntimo que no me perteneciera.

Más tarde, el director general me asignó las responsabilidades de ventas y finanzas y me nombró director regional. Al principio, alquilé viviendas, garajes y locales comerciales que no se habían vendido. Entregué a la empresa todos los ingresos por alquiler, que ascendían a casi 600.000 yuanes (84.500 USD). Como esos ingresos no se registraban en la contabilidad financiera de la empresa, mucha gente pensó que yo era tonto por no embolsar el dinero.

La empresa me reembolsaba el alojamiento y la comida, y algunos me sugerían que comiera todos los días en buenos restaurantes, ya que la comida corría a cargo de la empresa. Yo siempre respondía: "¡No puedo hacer eso!". Mis gastos de manutención mensuales oscilaban entre 200 y 300 yuanes (entre 28 y 42 USD), y me conformaba con eso.

Alguien que me conocía no entendía por qué no buscaba beneficios personales. Le afirmó a mi compañero: "Tu jefe (yo) es un ingenuo. No se queda con nada del dinero que recibe; podría sacar mucho provecho de su trabajo. Si fuera otra persona, se lo habría llevado todo".

Mi compañero de trabajo replicó: "Si dirigieras una empresa, ¿a quién contratarías? ¿A mi jefe, al que llamas ingenuo, o a alguien que prioriza el beneficio personal?". Inmediatamente contestó: "Por supuesto, querríamos a alguien como tu gerente".

A menudo hablo a la gente que conozco de la sabiduría de Falun Dafa y les animo a que renuncien al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles. Casi todos aceptan renunciar. Algunos que entienden la verdad sobre Dafa y respetan mi carácter también ayudaron a difundir la verdad y convencieron a otros a renunciar al Partido.

Un hombre que parecía un funcionario vino una vez a mi lugar de trabajo por unos asuntos. Cuando terminó, le hablé de las virtudes de la práctica y le di unos folletos. Me preguntó: "¿De dónde sale el dinero para producir estos materiales?". Le dije que los practicantes utilizamos nuestro propio dinero para hacerlos. Quedó impresionado y aseguró: "Mientras Falun Dafa no tenga nada que ver con el dinero o el beneficio personal, tu práctica debe ser justa". Renunció al PCCh usando su nombre real. Antes de marcharme, le di una memoria USB con información adicional. La aceptó con entusiasmo.

Sé que estoy muy por debajo de los requisitos de Shifu para los practicantes y necesito ponerme al día rápidamente. En el futuro, vigilaré cada uno de mis pensamientos y actos, mejoraré, haré bien las tres cosas, salvaré a más gente y volveré a mi verdadero hogar con Shifu.

Gracias, Shifu por su gran compasión.