(Minghui.org) Con el Año Nuevo a la vuelta de la esquina, los practicantes de Falun Dafa en Toronto se reunieron en la plaza Mel Lastman el 17 de diciembre de 2023 para agradecer a su fundador, el Sr. Li Hongzhi, por sus muchas bendiciones y desearle un feliz Año Nuevo.

¡Los practicantes de Toronto le desean a Shifu un feliz Año Nuevo!

                    

                   

¡Practicantes de Toronto desean a Shifu un feliz Año Nuevo!

“Aprecio a Shifu por haber permitido que mi hijo regresara a mí”

Cristina aprecia a Shifu.

Cristina es traductora y bibliotecaria, y ha estado inmersa en la cultura china desde que era niña. Su familia tenía una serie de libros sobre la vida en China. Cristina los leyó y siempre sintió nostalgia por Oriente.

Un día de 2003, Cristina recibió un folleto y se enteró de que se llevaría a cabo un seminario de Falun Dafa en el Instituto de Estudios de Educación de Ontario de la Universidad de Toronto. Anteriormente había leído varios libros religiosos, incluidos algunos sobre budismo, pero nunca pudo obtener una respuesta satisfactoria a sus preguntas sobre la vida, por lo que asistió al seminario.

Durante el seminario se proyectó un documental que expone la persecución a Falun Dafa por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). Ella dijo: “En la época de mis padres, Lituania era un país comunista. A mi padre le molestaba la persecución y represión del pueblo por parte del gobierno. Para escapar, mis padres tomaron un barco a Brasil, entonces yo nací en Brasil. Antes de ver el documental, sabía que el partido comunista era perjudicial para la humanidad".

“En ese momento, no había leído libros de Dafa ni había aprendido los ejercicios. Simplemente escuché la presentación de Falun Dafa y sentí la rotación de Falun en mi cuerpo. Como lo experimenté yo misma, para mí comenzar a practicar fue un proceso natural”. Después del seminario, Cristina comenzó a practicar Falun Dafa.

Su vida cambió. Antes de practicar, Cristina estaba decepcionada de su hijo debido a su alcoholismo. Ella siempre estaba enfadada y le gritaba. Su hijo estaba resentido con ella. El abismo entre ellos se hizo cada vez más profundo. Su hijo incluso la evitaba en Navidad y se negaba a aceptar sus regalos. Lo extrañaba y estaba preocupada por él. Cristina se sentía abatida y lloraba con frecuencia.

Después de leer Zhuan Falun, Cristina se dio cuenta de que el sufrimiento en la vida de las personas proviene de su yeli (karma). Nadie puede influir o cambiar el destino de familiares y amigos. Al leer Zhuan Falun comprendió que debía estar tranquila mientras educaba a su hijo. Cada vez que sentía que el dolor la devoraba, se recordaba repetidamente que, como practicante, debía mirar hacia adentro y cambiarse a sí misma de acuerdo con los estándares de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en lugar de intentar cambiar a los demás. Poco a poco aprendió a no resentirse con él ni a sentirse triste por la indiferencia y el abandono de su hijo. En lugar de eso, debería dejar de lado su obsesión por él y perdonarlo.

Cuando supo que su hijo no tenía hogar, lo ayudó a encontrar un lugar donde vivir y cambió su actitud hacia él. De acuerdo con las enseñanzas de Zhuan Falun, ella le aconsejó con calma, se comunicó con él con simpatía y comprensión, y ya no le impuso sus opiniones ni lo criticó.

“La cultivación cambió todo para mí. Sin Dafa, mi actitud fuerte habría mantenido a mi hijo alejado de mí. Quizás él habría muerto en la calle porque no tenía hogar, y yo habría caído en una desesperación y una depresión de la que no podría salir. Ahora mi hijo se ha recuperado. Tengo una actitud amable hacia él y él ha comenzado a preocuparse por mí y a quererme. También publicó un libro y escribió en el libro: ‘Este libro lo dedico a mi madre’”.

Cristina deseó a Shifu un feliz Año Nuevo y dijo: “En el vasto universo, mi existencia es como una pequeña partícula insignificante. Pero Shifu aprecia y protege a cada uno de nosotros, pequeñas partículas. Gracias Shifu por sacarme a tierra del mar del sufrimiento”.

Shifu me enseñó a resolver el odio con el perdón

Elaine aprecia a Shifu.

Elaine sufrió un trauma psicológico por una agresión sexual cuando tenía cinco años. Ella culpó de esta experiencia a sus padres. Le molestaba que siempre estuvieran ausentes y la descuidaran, lo que provocó que la lastimaran. Cuando estaba en la escuela secundaria, la relación de Elaine con sus padres se había roto hasta el punto de que ya no les hablaba. Comenzó a consumir drogas con sus amigos para escapar y olvidar el dolor de los conflictos familiares.

En 2007, cuando Elaine ingresó por primera vez a la universidad, un amigo la llevó a la biblioteca y le recomendó que leyera Zhuan Falun. Elaine llevó el libro a casa. Ella pensó que todo en el libro era correcto y tenía sentido, así que comenzó a practicar Falun Dafa.

Elaine dejó las drogas. Empezó a tomar clases de piano a los cuatro años, pero dejó de hacerlo cuando estaba en el instituto. Al leer Zhuan Falun y practicar los ejercicios, su pensamiento se centró y se aclaró, por lo que retomó la música y se convirtió en profesora de piano.

Dijo que al principio se sentía confusa y no sabía qué dirección tomar en la vida. La cultivación la devolvió al camino correcto. Para ella, tocar música y la práctica espiritual son similares. Dice que buscar sus defectos, mejora su cultivación y su mentalidad, y luego supera las pruebas una tras otra. Es un proceso de persistencia y dedicación a largo plazo.

Elaine también superó gradualmente el trauma de su infancia. Después de que el hielo de su corazón se derritiera, se reconcilió con sus padres. Se refirió a Zhuan Falun, y dijo que Shifu contó una historia sobre una mujer que fue atropellada por un automóvil. Los espectadores pensaron que debería extorsionar al conductor, pero ella simplemente se sacudió la suciedad de la ropa y se fue. Elaine dijo que desde la perspectiva de la gente común, es fácil verse a uno mismo como una víctima y desarrollar obsesiones y resentimientos.

“Pero como practicante, debes tomar a la ligera el daño causado por los demás y seguir adelante. En el pasado, estaba obsesionada con que mis padres no cumplieran con mis expectativas. Quería que me amaran, pero olvidé que mis padres también necesitaban afrontar y resolver su propio dolor y trauma. Ahora finalmente tengo la mente tranquila para afrontar las sombras de mi infancia.

“En la vida he pasado por muchas dificultades y pruebas. Cuando estoy pasando por algo, pido ayuda a Shifu y le estoy muy agradecida por su misericordia”.

Gratitud a Shifu

Anna.

Anna es propietaria de una empresa de coaching. Cuando era niña, vivió en Ucrania y fue testigo del colapso de la Unión Soviética. En esa época turbulenta, Anna experimentó una pobreza extrema y hambre, lo que dejó una profunda huella en su mente.

Anna se mudó a Canadá con sus padres cuando era una adolescente. Le resultó difícil adaptarse al nuevo entorno y a la cultura desconocida. Extrañaba su ciudad natal, se deprimió y se volvió irritable. Anna estaba enfadada y resentida con su madre. “Pensé que a mi madre sólo le importaba que yo tuviera un buen trabajo y un futuro. Éramos muy pobres cuando yo era niña y mi madre solo se ocupaba de mis necesidades físicas, pero no tenía la capacidad de preocuparse por mi mundo interior ni de expresar su amor por mí”.

Anna tenía poco más de 20 años en 2010. Un colega chino vio una estatua de Buda en el escritorio de Anna y se enteró de que estaba interesada en el budismo, por lo que le dio una copia de Zhuan Falun. “Anteriormente probé diferentes cosas, pero nada funcionó para mí. Cuando leí Zhuan Falun, entendí algunas cosas que me habían desconcertado antes: muchas preguntas fueron respondidas. En mi corazón anhelaba ser una persona sincera y amable. Decidí que quería practicar Falun Dafa”, dijo.

Después de que comenzó a practicar, Anna ya no estaba deprimida, se volvió tranquila y estable. Poco a poco fue arreglando la relación con su madre. “Cuando aprendí a apreciar su amabilidad y sentirme agradecida, me di cuenta de que ella siempre me amó a su manera. En el pasado, fui fría con ella. Ahora la trato con amabilidad y estamos más cercanas”.

Cuando el COVID-19 hacía estragos en todo el mundo, Anna sintió que la pobreza y el hambre que experimentó cuando era niña estaban regresando. Se sentía preocupada, asustada y desesperada. Sin embargo, Anna sabía que, como practicante, uno no debería quedarse atrapado en emociones negativas y debería estar llena de esperanza. Entonces, se sentó en el sofá, cerró los ojos y en silencio le pidió a Shifu que la ayudara a superar las dificultades.

De repente, Anna vio algo sorprendente: un ángel con alas enormes, de pie sobre las nubes. “Me di cuenta de que no estoy sola y que los seres divinos siempre me han estado bendiciendo. Mientras estudiaba el Fa, poco a poco me deshice de mi miedo. Sentí que aunque volviera a caer en el hambre y la pobreza, seres divinos me cuidarían y protegerían. Aprendí a sobrevivir en situaciones difíciles y a mantener una actitud optimista”.

Con motivo del Año Nuevo, Anna quiere agradecer a Shifu por mostrarle cómo ser una persona agradecida. Ya no se queja ni se siente ansiosa. En cambio, piensa en los problemas con una actitud positiva. Ella dijo: “Aprendí a ser agradecida. ¡Gracias Shifu!".