(Minghui.org) Como presidente de un instituto de investigación de caligrafía en Daegu, Corea del Sur, Kim Yu-han, de 56 años, siempre ha escrito muy bien. Pero recorrió un largo camino: de científico a calígrafo, y ahora está escribiendo un nuevo capítulo de su vida como practicante de Falun Dafa.

El calígrafo Kim Yu-han comenzó a practicar Falun Dafa en 2009.

De científico a calígrafo

Como científico, Kim pasaba horas en el laboratorio y a veces hacía horas extras. Para aliviar el estrés, bebía y fumaba después del trabajo. Pero tuvo que replantearse su estilo de vida después de que le diagnosticaran cáncer de colon a los 34 años.

Tras extirparle las células cancerosas de un extremo de su aparato digestivo, le instalaron un material artificial seguido de una operación de restauración. Sin embargo, tras operarse dos veces, Kim decidió dejarlo, pues temía que las continuas intervenciones sólo debilitarían su salud en lugar de ofrecerle una cura. Al recordar su imprudente estilo de vida, sabía que sólo un buen equilibrio entre mente y cuerpo podría devolverle la salud.

Para conseguirlo, Kim retomó la caligrafía, algo que había dejado tras alistarse en el ejército muchos años antes. Como su padre siempre hacía caligrafía, Kim sentía un gran interés por ella. Terminó la terapia contra el cáncer y decidió pasar el resto de su vida alimentando su mente a través de la caligrafía.

Como el autoaprendizaje era lento, fue a la montaña Palgong, donde estudió caligrafía, y se recuperó gradualmente. Para mejorar aún más su salud y su carácter, fundó una academia de caligrafía. Más tarde, fue nombrado calígrafo principal de la Exposición de Caligrafía de Daegu y de la Exposición de Caligrafía de Yeongnam, organizadas por la Asociación Coreana de Caligrafía.

Sin embargo, tras adaptarse a esta nueva vida, Kim se dio cuenta de que le faltaba orientación espiritual. Se interesó por varios grupos religiosos, pero siempre sentía que le faltaba algo.

Leyó el Tao Te Ching y quedó muy impresionado, por lo que decidió copiar a mano las escrituras. Pero seguía esperando encontrar un verdadero maestro que pudiera guiar su viaje espiritual.

Energía positiva

Un día de 2009, Kim se encontró por casualidad con dos excompañeros del instituto, lo que supuso un punto de inflexión en su vida.

Un compañero de clase era profesor y le enseñó a Kim un libro, Falun Gong. Por recomendación suya, Kim se apuntó a una sesión del Seminario de Nueve Días y vio grabaciones en vídeo de las conferencias del fundador de Falun Dafa.

"Me emocioné mucho cuando vi los vídeos", recuerda Kim. "Podía sentir energía positiva -así como gratitud- que me llenaba como olas. Por fin encontré lo que había estado buscando toda mi vida".

Cuando asistió al Seminario de Nueve Días, Kim aprendió las cinco series de ejercicios de Falun Dafa. Se sintió profundamente conmovido por la práctica de mente y cuerpo y comenzó a practicar Falun Dafa.

Una vida mejor

Otro practicante y Kim se levantan a las 5:30 cada mañana para hacer los ejercicios de Falun Dafa. Aunque duerme dos o tres horas menos, Kim dice que ahora tiene más energía. Tres meses después de empezar a practicar, su hombro congelado desapareció por completo y subió fácilmente las escaleras hasta el tercer piso. Ya no necesita echarse la siesta al mediodía y la estomatitis que le molestaba desde niño también ha desaparecido. Dice que todo esto es asombroso.

Kim realiza el quinto ejercicio de Falun Dafa, la meditación.

Aunque la caligrafía ayudó a Kim a recuperarse del cáncer, la ansiedad por su salud le agitaba a menudo. Dijo que no fue hasta que empezó a practicar Falun Dafa que pudo relajarse y encontrar la paz interior. Además de recuperar la salud, Kim afirmó que su temperamento y personalidad habían mejorado. Su hija dijo: "Tenemos mucha suerte de que papá empezara a practicar Falun Dafa porque ya no se enfada".

Kim dijo: "Cuando me sentía frustrado, solía enfadarme e intentaba convencer a los demás de que yo tenía razón; incluso perdía los nervios si la otra persona no me escuchaba", explicó. "Las enseñanzas de Falun Dafa me exigen que mire en mi interior. Así que cuando hay conflictos primero me examino a mí mismo y veo si tengo algún apego que haya causado el problema. También me di cuenta de que enfadarme no ayudaría ni mejoraría la situación".

Esto le ayudó a resolver los conflictos que tenía con su esposa. Cuando surgían problemas, Kim hablaba menos o se callaba. Ahora la pareja rara vez discute.

Al ver sus cambios positivos, los hijos y amigos de Kim también se interesaron por Falun Dafa, y asistieron al seminario de Nueve Días. Otro calígrafo de unos 90 años se unió a Kim y hace los ejercicios los fines de semana. Su esposa también comenzó a practicar.

Un nuevo capítulo

Después de convertirse en calígrafo profesional, Kim se planteó una pregunta: ¿Debería seguir la tendencia y dedicarse a la llamada caligrafía moderna, o debería mantener el estilo tradicional? Este dilema le dejó perplejo durante mucho tiempo. Sin embargo, cuando empezó a leer las enseñanzas de Falun Dafa, Kim supo qué camino debía tomar. Aunque algunos piensan que la caligrafía tradicional es anticuada, es muy valiosa. Él intenta preservar los valores tradicionales mientras produce obras de caligrafía. Sabe que no es un camino fácil, pero es importante.

Kim y su caligrafía.

Kim practica los ejercicios de Falun Dafa todas las mañanas, y durante el día da clases a los alumnos y crea obras de arte. Además de visitar a sus padres en el campo los fines de semana, también presenta Falun Dafa al público. Recientemente ha comenzado a trabajar como voluntario para presentar la práctica a la gente durante las sesiones del Seminario de Nueve Días.

Kim agradece que Falun Dafa le haya proporcionado paz interior. "Esto me ayuda a mí, a mi familia y a mi trabajo: ahora todo es tan natural", afirmó.