(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de 64 años que reside en una zona rural del noreste de China. Practico Dafa desde 1997.

Entrando en la cultivación

Era muy conocida en mi aldea, pero, a decir verdad, mi notoriedad no era por tener buena reputación. Maldecía con frecuencia y me enfadaba con mucha facilidad. Llegaba a maldecir a mi marido durante toda la noche. Si alguien robaba el maíz de mi campo, yo robaba a otras personas para compensar mi pérdida. Independientemente de a quién robara, tenía que coincidir con lo que yo había perdido. Así, creé mucho yeli (karma) y desarrollé todo tipo de enfermedades, como neurastenia, acidez estomacal, vómitos de agua ácida, enteritis y rinitis que me dificultaban la respiración. También me faltaba riego sanguíneo en el cerebro y podía desmayarme fácilmente. Podía caer al suelo y perder el conocimiento, para recuperarme al cabo de un rato.

Mi hermana vive en Chongqing y era profesora. En 1996 quiso que fuera a su casa para informarme sobre Falun Dafa. Sin embargo, mi marido tenía miedo de que me pasara algo en el camino y no me dejó ir. No obstante, encontré la manera de visitar la casa de mi hermana en 1997. Ella llevaba poco tiempo practicando Dafa y no tenía una comprensión profunda del Fa. Pensó que si yo practicaba Falun Dafa podría recuperarme de mis enfermedades y ahorrar en gastos médicos.

Le dije que no me interesaba y que no creía en Dafa. Pero, cuando ella hacía la meditación sentada, parecía muy tranquila. Un día le dije: "He visto cómo hacías los ejercicios de Dafa y parecía que estabas muy tranquila. Yo también quiero hacer los ejercicios".

Shifu (fundador de Dafa) comenzó a ocuparse de mí. Tenía un fuerte resfriado que me hacía sentir muy incómoda. También me daba vergüenza enfermar en su casa.

A mi hermana no le molestó y me leyó Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Mientras leía, se dio cuenta de que me pasaba algo. Me preguntó: "¿Me has oído?". Yo sólo respondí con un gemido. No podía abrir la boca y la tenía fuertemente cerrada. Parecía que estaba teniendo un ataque. Mi hermana estaba preocupada, pero solo tardé un par de minutos en recuperarme.

Los síntomas del resfriado desaparecieron al día siguiente y me sentí muy bien. Le dije alegremente: "Hermana, déjame hacer los ejercicios a tu lado esta vez". Recaí tres veces, y luego no volvió a aparecer. También me recuperé de todas mis otras enfermedades.

Hacía muchos años que no leía libros y no podía reconocer muchos de los caracteres chinos. Así que me quedé en casa de mi hermana durante un mes y aprendí los caracteres necesarios para leer Zhuan Falun, así como las cinco series de ejercicios de Dafa. Me llevé los libros que mi hermana había preparado para mí y regresé a casa.

En casa, pensé que este Fa es verdaderamente grandioso. Si todos los aldeanos aprendieran este Dafa, ya nadie haría nada malo. La moral de la gente era muy baja en nuestro municipio, y había muchos robos y quema de leña ajena. Si tu leña se incendiaba, pensabas que alguien la había encendido y quemabas la leña de otro. Entonces pensaban lo mismo y quemaban la leña de otra persona. Y así sucesivamente. En el frío invierno, cuando no había leña para cocinar, teníamos que subir a las montañas a cortar más leña.

Pensé: ¿Cómo podría difundir Dafa? Encontré a algunas personas, pero nadie creía en mí, no querían practicar Falun Dafa. Probablemente se debía a mi mala reputación. Así que difundí el Fa entre mis parientes. Primero fui a buscar a mis tíos. Uno de ellos era director de un instituto, y el otro tío y su esposa eran profesores superiores en una escuela primaria. Fui a casa de un tío y su mujer me dijo que él estaba practicando otra cosa y que no le interesaba.

Fui al lugar de ejercicios de Dafa del municipio y le expliqué a la asistente la situación de nuestra aldea. Ella respondió: "Iré allí y pondré los vídeos de las conferencias de Shifu la semana que viene".

Un día, después del trabajo, llegó a nuestra aldea en bicicleta. Cuando llegó ya había anochecido. Llamé a la gente de toda la aldea: "¡Venid a mi casa a ver vídeos!". A los aldeanos les gustaba pasárselo bien, así que pronto tuve la casa llena de gente. La asistente empezó a poner los vídeos de Shifu. Me di cuenta de que mi tío no había venido, así que fui a buscarlo. Me preguntó qué vídeo estaba poniendo. No se lo dije y le respondí: "¡Es realmente genial! Mira, me han desaparecido las ampollas del cuerpo. Es genial para curar enfermedades y mantenerse en forma".

Sólo dos días después de que mi tío viniera a ver los vídeos de las conferencias de Shifu, empezó a pasar por la eliminación de yeli. En la experiencia compartida que la esposa de mi tío escribió más tarde, dijo: "Mi marido era adicto al alcohol y no podía dejarlo. Desde que empezó a practicar Dafa, dejó de hacerlo y su salud mejoró. Nuestras dos hijas también empezaron a practicar Falun Dafa".

Desde que mi tío empezó a practicar, motivó a muchos otros maestros de escuela a aprender. En dos meses, más de 80 personas, sólo en nuestra aldea, habían empezado a practicar Falun Dafa. Yo era la responsable de poner la música de los ejercicios todos los días.

Mi tío tenía muchas parras de uva en su patio trasero y las protegía de los robos poniendo más vallas. Cuando empezó a practicar Falun Dafa, quitó todas las vallas. Cuando mucha gente se unió a la práctica, la moral de la aldea se elevó y la gente dejó de robar y de vengarse de los demás por su desgracia.

Como mi tío tenía una buena formación, le recomendamos que se convirtiera en asistente. El número de practicantes en nuestra aldea se acercó al centenar. Una vez, cuando se celebró una conferencia de intercambio de experiencias, vinieron más de 300 personas de algunas aldeas cercanas.

Ese maravilloso momento quedará para siempre en mi memoria.

Shifu me ayuda a superar las tribulaciones

En 2002 me llevaron al Campo de Trabajos Forzados de Heizuizi, en la ciudad de Changchun, donde permanecí 18 meses. En aquel momento debía 3.000 yuanes (423 dólares) y a mi familia le faltaba mano de obra para la temporada de siembra. Mi marido se rompió una pierna mientras trabajaba en el campo. Milagrosamente, no sintió ningún dolor y siguió trabajando. Cuando volvió a casa, se dio cuenta de que las verduras de su huerto se habían caído, así que las arregló. Cuando se despertó en mitad de la noche, oyó crujir los huesos y supo que se había roto la pierna. Al día siguiente, mi hija lo llevó al hospital del condado y le pusieron una escayola.

Otras personas habían terminado de sembrar. Mi marido pensó en no plantar nada esta vez, pero mi hija insistió. Era demasiado tarde para plantar otra cosa que no fueran semillas de sésamo, así que lo hizo. Las semillas de sésamo no dan tanto dinero como la remolacha azucarera. Sin embargo, en otoño la remolacha azucarera perdió todo su valor, y las que no se pudieron vender acabaron pudriéndose en el campo. Pero vendimos nuestro sésamo a buen precio. Con el dinero ganado, pudimos pagar la deuda que teníamos.

Al año siguiente, todo el mundo cultivó sésamo. Cultivamos mucho sésamo y una pequeña cantidad de maíz. Cuando volví del campo de trabajos forzados, el sésamo crecía bien. Las semillas de sésamo de todos los demás estaban maduras y listas para el mercado, pero nosotros estábamos atrasados. Sólo vendimos dos sacos, mientras que los demás habían vendido todos los suyos. Finalmente, tenía la casa llena de semillas de sésamo. Sin embargo, el precio de las semillas de sésamo había bajado.

No nos preocupamos y empezamos a vender el maíz. Cuando terminamos, fui a preguntar por el precio del sésamo. Se había disparado. Al día siguiente, saqué las semillas de sésamo y ganamos más de 30.000 yuanes (4.231 dólares).

Mi hijo se casó al año siguiente y nuestra familia se trasladó a la ciudad. Con la ayuda de los practicantes de la ciudad, tanto mi hijo como mi nuera encontraron trabajo. Unos años después, mi familia compró una casa y nuestra vida mejoró mucho.

Hace cuatro años, gracias a la recomendación de un compañero practicante, me convertí en cuidadora de una familia, ocupándome de una anciana que estaba postrada en cama. Era muy difícil cuidarla. No podía manipular las cosas sucias y tenía que limpiarle sus heces. Pensé: como soy discípula de Shifu, puedo hacerlo sin sentirme sucia. También pensé: si fuera mi madre, ¿lo haría? Cuidé bien de esta mujer, y sus hijas estaban satisfechas conmigo. Si no practicara Dafa, no habría aceptado el trabajo, por mucho que me pagaran.

Había sido profesora de historia de secundaria antes de jubilarse. Yo le había aclarado los hechos. Cuando me llamó, gritó mi apellido. Le dije: "Por favor, no me llames por mi apellido. Puedes decir simplemente '¡Falun Dafa es maravilloso! Mientras digas eso, puedo oírte; si no, no".

En cuanto se despertaba, empezaba a gritar: "¡Falun Dafa es maravilloso!". Le ponía las grabaciones de las conferencias de Shifu y los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, que ella disfrutaba escuchando.

Llevaba un par de años cuidándola cuando le dije a una de sus hijas que buscara a otra persona para hacer este trabajo. Yo ya tenía más de 60 años. Pero la hija me dijo: "No quiero encontrar a otra persona. Llevas dos años trabajando para nosotras. Te conozco. ¿Qué tal si te subo el sueldo? Podrías pedirle a tu marido que viniera también, así podríais trabajar juntos para ayudar a mi madre".

Así llegó mi marido. Trabajamos juntos para cuidar de la anciana durante otros dos años, hasta que falleció.

Sus hijas decían a menudo a su madre: "Si no fuera porque ella [yo] te cuida mucho, habrías fallecido hace tiempo".

Antes de irme a casa, les dejé un ejemplar de Zhuan Falun. Hace unos días, las dos hijas vinieron a verme y me trajeron ropa y zapatos de regalo.

Superando el yeli de enfermedad

Pasé por una grave tribulación de yeli de enfermedad en 2020, que fue la más grave que he tenido. Estaba bien por la mañana, pero después de terminar de enviar pensamientos rectos al mediodía, fui al lavabo. Al salir, tuve que sentarme en el suelo, sufriendo un tremendo dolor de estómago.

Estuve sentada allí más de 40 minutos. Tenía ganas de vomitar y diarrea. No quería molestar a mi marido, pero tuve que llamarle para que me ayudara a acostarme. Me dolía toda la barriga. No podía sentarme ni acostarme, y no paraba de sudar. También tenía problemas para enviar pensamientos rectos, y sólo podía pensar: "¡Falun Dafa es maravilloso! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso!".

Mi marido quería que fuera al hospital, pero le dije: "Por favor, no. No iré allí. No estoy enferma". Había pensado que, puesto que practicaba Dafa, debía dejarme en manos de Shifu. Mi marido se enfadó mucho y me cuestionó.

Sin darme cuenta, dejó de dolerme el vientre. Me tumbé y me dormí. Dormí poco tiempo y cuando me desperté estaba bien. Mi marido me dijo después que estaba aterrorizado y que pensaba que podía tener una apendicitis aguda.

Rectificándome en medio de los conflictos

Mi hijo tuvo un conflicto con mi nuera. Después de casarse, mi hijo construyó una casa cerca de la de sus suegros. Mi nuera nos pidió a mi marido y a mí que nos mudáramos para cuidar de su hija. Mi nuera también era de la zona rural. Antes de casarse, le dieron unas tierras. Luego compraron más tierras. Nos pidieron que cuidáramos de su hija mientras trabajábamos en el campo, diciendo que me pagarían 5.000 yuanes (705 dólares), más una paga para la comida. Luego se fueron a la ciudad a trabajar.

Ese año tuvimos una buena cosecha. Cuando llegó enero, habíamos ganado más de 30.000 yuanes (4.232 dólares) con la venta de maíz. Llamé a mi hijo para que viniera a llevarse el dinero. Al mismo tiempo, me pagó 5.000 yuanes. Le dije que había comprado carne de cerdo, que me costó algo más de 600 yuanes (85 dólares). No es cómodo comprar carne de cerdo en las zonas rurales, ya que teníamos que esperar a que hubiera un mercado, y éste estaba lejos. Al hijo de mi hijo también le gustaba la carne de cerdo. La metí en la nevera y la guardé durante mucho tiempo. Después de pagármela, se fue.

Mi hijo y mi nuera volvieron para celebrar el Año Nuevo chino. La quinta noche se pelearon. Al poco, mi hijo vino a verme llorando, diciendo: "Quiero divorciarme de ella".

Cuando le pregunté por qué, me dijo que a sus suegros no les hacía gracia que yo me gastara 600 yuanes en cerdo y utilizara el ventilador eléctrico en verano. Como en verano estábamos empapados en sudor, nos gustaba utilizar el ventilador durante un rato mientras comíamos.

Mi marido no es practicante de Dafa, y se enfadó y les dijo a los suegros de mi hijo: "¿Me he gastado vuestro dinero en comprar cerdo?". Ellos se enfadaron mucho y se fueron de casa.

Mi hijo y mi nuera volvieron a la ciudad dos días después. Normalmente, mi marido nunca se paseaba fuera, pero decidió salir, mientras mi nieta y yo nos quedábamos en casa.

Vino el suegro de mi hijo. Le pedí que se sentara y le dije: "Mira, la joven pareja ya se ha reconciliado. No nos enfademos entre nosotros". Se levantó y me insultó en voz alta. Luego me dio dos puñetazos. Mi nieta se asustó mucho y empezó a llorar.

Olvidé que era practicante y quise llamar a la policía. Pero, vi Zhuan Falun en mi cama. Aunque pensé en el Fa de Shifu, todavía sentía que estaba siendo agraviada, y no pude contener mis lágrimas.

Después de enterarse de este incidente, mi hijo estaba decidido a divorciarse. Aceptó todas las condiciones que le puso mi nuera, incluida la renuncia a la casa y al campo. Sin embargo, él tenía la custodia de su hijo. Empacamos nuestras cosas y nos fuimos a vivir con mi hija. Se divorciaron el 13 de enero y nos mudamos el 17 de enero. Aunque recordé que era practicante, seguí sin hacerlo bien.

No estudié el Fa, ni hice los ejercicios durante bastante tiempo. Me llevé Zhuan Falun a mi habitación para leerlo. Cuando mi marido me vio, se preguntó cómo podía estar de humor para leer el libro de Falun Dafa. En realidad, estaba muy preocupada y no pude dormir durante tres días.

No había calefacción en la habitación, así que me envolví en una manta y empecé a leer Zhuan Falun. Cuando más tarde me dormí, vi a Shifu en mi sueño mirándome con cara seria. Cuando desperté, supe que lo había hecho mal.

Mi hijo alquiló una casa en la ciudad unos días después, y su hija, su padre y yo nos trasladamos a vivir con él. En cuanto nos instalamos, mi nuera llamó diciendo que quería volver porque echaba de menos a su hija. Le dije: "Entonces, ¿por qué no vuelves?". Quería reconciliarse con mi hijo. También mencionó que sus padres se arrepentían de su comportamiento.

Le dije: "Si quieres volver a casarte con él, no te lo impediré. Ya sabes lo que practico". Volvió y se lo contó a sus padres, que estaban encantados.

Al año siguiente, compramos nuestra propia vivienda y mi hijo y mi nuera se volvieron a casar. Mi nuera me dijo que sus padres querían que mi hijo y su hija se fueran a vivir con ellos. Al principio no me alegré y pregunté: "¿Por qué iban a hacer eso?". Entonces, recordé que era practicante y me corregí. Le dije: "Olvida lo que te he dicho. Vuelve con tus padres y estate en paz. Recuerda que 'Falun Dafa es maravilloso'".

Nuestra relación con los suegros de mi hijo fue mejorando. Después de que dejé de lado mi agravio personal, los suegros de mi hijo comprendieron mejor Dafa y renunciaron al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.

Escapando de una gran calamidad con la protección de Shifu

En 2005, alquilamos una casa antigua en la ciudad, con comodidades muy básicas. La estufa de gas estaba junto a una mesa de madera alicatada, y la tubería de gas estaba conectada a la estufa justo en la mesa. Era invierno, la casa no estaba caliente y la ventana de la cocina estaba cubierta de una gruesa capa de hielo. Todas las mañanas hervía una olla grande de agua con una tetera.

Por aquel entonces, acabábamos de comprar una casa nueva cerca de la alquilada. Mi marido y yo íbamos a la casa nueva y hacíamos reformas todos los días. Un día vino mi hermano y mi marido se fue con él a la nueva casa. Me pidió que llevara al niño a la escuela, como hacía habitualmente. Herví el agua a fuego medio y me fui a llevar al niño a la escuela. Cuando volví, me olvidé del agua hirviendo y me fui a la nueva casa. Volví a la casa alquilada para hacer algunas cosas hacia el mediodía, pero seguía sin acordarme del agua hirviendo, ya que la puerta de la cocina estaba cerrada. Por la tarde fui por el niño al colegio. El niño se fue a jugar a casa de un compañero y yo me eché la siesta.

Me levanté y fui a la cocina. Me quedé helada de horror. Cuando recobré el sentido, apagué el gas, tomé la tetera y la arrojé al suelo. Habían pasado casi doce horas desde que empecé a hervir el agua. Los azulejos de la pared estaban rojos, el grueso hielo de las ventanas se había derretido y había agua por todo el suelo.

Sin la protección de Shifu, las consecuencias habrían sido desastrosas. Mi hijo dijo: "Si la tubería de gas se incendiara y explotara, este lugar se habría quemado". ¡Gracias, Dafa! Gracias, Shifu. Shifu, ¡muchas gracias!". Al oírlo, se me saltaron las lágrimas. Nuestra familia procedía de una zona rural pobre, ¿cómo podíamos ser tan afortunados?

Le dije: "¡Es el Shifu de Dafa quien está a cargo de nosotros!".

Mi hijo sonrió y repitió: "El Shifu de Dafa está a cargo. El Shifu de Dafa está a cargo".

Aclarando los hechos para salvar a los seres conscientes

Estaba aclarando los hechos en la calle y me encontré con un hombre que venía de otra ciudad para recibir tratamiento. Mientras yo hablaba, de repente gritó en voz alta: "¡Falun Dafa es maravilloso!". Lo que me tomó por sorpresa.

Hace cinco años, un practicante envió una gran caja de pancartas de aclaración de la verdad que había guardado durante muchos años. Por la noche, varios practicantes y yo encontramos un camino bordeado de árboles. Atábamos piedras a las pancartas y las arrojábamos a los árboles con la esperanza de que se engancharan a las ramas. Una noche llegó un patrullero y nos escondimos rápidamente. Cuando el automóvil se marchó, continuamos nuestro trabajo. También colgamos una pancarta en el marco de una casa inacabada. Todas las pancartas permanecieron allí varios días.

Unos días después, recibimos coplas de aclaración de la verdad. Visitamos a la gente y les dijimos que traíamos bendiciones, ya que el Año Nuevo chino estaba a la vuelta de la esquina. Hubo coplas y calendarios de escritorio, justo a tiempo para el Año Nuevo chino. Todos fueron aceptados.

Un año, mi marido estaba de turno en Nochevieja, así que después de hacer la cena me llevé las pequeñas banderolas envueltas en plástico y las colgué en zonas residenciales. Sólo cuando volví a casa me di cuenta de que no me había llevado la llave de casa. Esperé en el pasillo hasta casi medianoche, antes de que llegara mi marido, y entré en casa.

Mi camino de cultivación no ha sido fácil durante todos estos años. A veces me ha ido bien y otras no, pero Shifu ha estado a mi lado en todo momento para protegerme e indicarme siempre que ha sido necesario. No puedo expresar mi gratitud hacia Shifu. Sólo cultivándome diligentemente y haciendo bien las tres cosas, podré devolver la compasión de Shifu hacia nosotros.