(Minghui.org) Mi suegra de 77 años no se sentía bien a principios de 2019. Cuando la examinaron en el hospital, le diagnosticaron cáncer de esófago en etapa avanzada. La cirugía no era una opción dada su edad. Le recetaron medicamentos y analgésicos y le dieron el alta del hospital.

Mi suegra tuvo dos hijos y una hija y mi esposo es su segundo hijo. Hace unos años decidió dejar de cocinar. Como nueras, nos turnábamos para prepararle la comida.

He practicado Falun Dafa durante más de 20 años. Mi esposo y yo vivimos cerca de su familia y no hemos tenido ningún conflicto desde hace 30 años. Con frecuencia le llevaba comida a su madre y aprovechaba la oportunidad para contarle sobre Falun Dafa. Debido a que escuchó la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh), se negó a aceptar lo que dije, pero no dijo nada malo delante de mí.

No pude evitarlo y sentí resentimiento hacia ella. Seguía recordando lo mal que me trató antes de mudarnos. Cuando recibí dinero para nuestra boda, ella quería que yo pagara sus deudas, que sumaban más que el dinero que nos dieron como regalo de bodas. Prometió darnos dinero para las fiestas de “tres días” y “de un mes” de mi hijo, pero al final no nos dio ni un centavo. Mi esposo estuvo enfermo durante más de dos años y no pudo trabajar en el campo. Mis suegros no me ayudaron. En cambio, tuve que ayudarlos. Finalmente me di cuenta de que estaba juzgando a todos y a todo con nociones humanas.

Me quedé impactada. La razón por la que ella no aceptó Dafa fue porque yo todavía albergaba mucho resentimiento. No había cambiado fundamentalmente. No me comporté como una practicante de Dafa.

Shifu dijo:

“Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Mi suegra no sentía la bondad de Dafa porque yo sólo era buena con ella en la superficie, pero secretamente estaba resentida con ella. Entendí que era mi problema, no el de ella.

Después de que mi suegra fue dada de alta del hospital, fui a su casa todos los días. Le llevaba todo lo que quería comer, sin importar lo difícil que fuera conseguir los ingredientes. Me convertí en su cuidadora principal. Limpié su habitación todos los días, le lavé la cara y el cabello y le cambié la ropa y los pañales. Hice todo sin ninguna queja. Poco a poco sintió la compasión de los practicantes de Falun Dafa.

Comencé a hablarle sobre Falun Dafa. Esta vez aceptó lo que le dije y renunció a los Jóvenes Pioneros, una de las organizaciones juveniles del PCCh. Durante los últimos cinco meses antes de su muerte, le recordé que dijera: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Al principio no creía que decir nueve palabras ayudaría, pero luego comenzó a recitarlas en silencio. Su dolor disminuyó y ya no necesitó analgésicos. Ella falleció pacíficamente.

Cinco días antes de su muerte, descubrí 59 flores blancas de Udumbara en el marco de la ventana fuera de su casa. Estaba muy feliz.

Gracias, Shifu, por su aliento. Tomé una foto de las flores de Udumbara con mi celular.

¡Gracias Shifu por cuidarme! Realmente me cultivaré bien.