(Minghui.org) He practicado Falun Dafa durante más de 20 años y no había escrito ningún artículo para compartir, ya que creía que mi cultivación no estaba a la altura. Sin embargo, sentí que debía escribir algo para compartir con los compañeros practicantes, así que me gustaría compartir mis experiencias durante la pandemia.

Después del brote de COVID-19 en 2020, todas las comunidades de nuestra zona quedaron valladas. Cada comunidad tenía sólo una entrada-salida para los residentes y se requería un pase para cada persona. A un residente sólo se le permitía entrar en su propia comunidad y no en ninguna otra comunidad.

Al ver gente muriendo en Wuhan todos los días y la gente pidiendo ayuda en Internet, quise salir y contarle a la gente el secreto para mantenerse a salvo. Mi casa estaba vigilada por la policía, pero salvar vidas es lo más importante. Entonces comencé a hacer materiales de clarificación de la verdad para distribuirlos en mi comunidad. Elegí el contenido de Minghui.org que consideré adecuado para la situación de mi zona. Incluían artículos que hablaban a la gente sobre Falun Dafa (también llamado Falun Gong) y la persecución, que Dafa salva vidas y cómo mantenerse a salvo durante la pandemia. Mi comunidad es muy grande y distribuí los materiales por toda la comunidad.

Tres o cuatro policías vinieron a mi casa alrededor de las 7 p. m. una noche. Al ver la foto de Shifu en la habitación, quisieron quitarla. En ese momento, mi padre (también compañero practicante) y yo gritamos "quietos" simultáneamente. Entonces mi padre añadió: “¿Quién se atreve a hacer esto?”. Inmediatamente perdieron su energía.

Les pedimos que mostraran su orden de registro. La que nos mostraron fue emitida por ellos mismos en su propia estación de policía. No les permitimos continuar. Un joven policía dijo: "El gobierno prohibió Falun Gong".

“Puedes mirar tú mismo qué ley lo dice”, respondí. "El Documento Nro. 50 de 2011 emitido por la Administración Estatal de Prensa y Publicaciones derogó el documento que prohibía la publicación de libros de Falun Dafa".

El jefe de policía vino al cabo de un rato y mostró una mejor actitud hacia nosotros. Dijo que alguien me denunció, así que tuvieron que seguir los trámites. Me pidieron que fuera a su oficina y me aseguraron que después me dejarían ir. No quería que la situación asustara a mi nieto, que estaba en edad de ir a la escuela primaria, así que los seguí hasta la estación de policía. El joven oficial sacó varios gruesos libros de leyes y dijo: "No creo que no pueda encontrarla [la ley que dice que el gobierno prohibió Falun Dafa]".

Durante el interrogatorio me mostraron una foto mía caminando con una bolsa. Recordé que estaba en camino a distribuir materiales en ese momento. Podría haberlo negado porque una foto mía caminando por la calle no prueba nada. Sin embargo, no lo hice. No sabía si había cooperado con el mal al hacerlo. Sólo pensé que no hice nada malo y que debía asumir la responsabilidad de mis acciones.

Recordando mis pensamientos y acciones cuando me enfrenté a la policía, no negué la persecución y le di a la policía una excusa para perseguirme y cometer crímenes contra Dafa. Había reconocido la persecución en lo más profundo de mi mente y creía que negarla no era razonable. Este pensamiento incorrecto me trajo más persecución.

Un oficial preguntó: “Fuiste liberada no hace mucho. ¿Por qué lo hiciste [distribuir materiales] otra vez?”.

“¿Ves gente muriendo todos los días en Wuhan?”. Respondí: “Estoy preocupada. ¡La gente podría seguir viva si supiera cómo evitar la plaga!

Sacaron un folleto de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista y me preguntaron si lo distribuía. Les dije que no. Después de regresar a casa, lamenté no haber dicho que distribuí los Nueve Comentarios. Si seguían buscando, ¿no perseguirían a otro practicante?

Me llamaron al día siguiente para revisar la transcripción del interrogatorio. Les dije que podían asumir que yo distribuía los Nueve Comentarios, para que dejaran de buscar a otros practicantes.

Unos 12 días después vinieron y me ordenaron que fuera con ellos. Planeaban detenerme durante 15 días. ¡Dije que no! Tengo un anciano de unos 90 años y niños pequeños que cuidar en casa. ¿Quién se hará cargo de ellos si me voy? Acordaron esperar hasta que los niños terminaran sus exámenes y se fueran de vacaciones.

Fui a ver al oficial a cargo del caso y le conté sobre Falun Dafa, cómo se ha extendido por el mundo, las consecuencias de perseguir a la gente buena y la historia de los guardias en el Muro de Berlín que no cumplieron las órdenes de los de arriba apuntando sus armas a un centímetro por encima de las cabezas de quienes intentaban escapar.

El oficial a cargo dijo que mi caso era uno de los que no estaban dispuestos a aceptar y que preferiría aceptar otros 10 casos antes que uno de este tipo. Tenían que mantenerlo en secreto cuando trabajaban en este tipo de casos [que involucran a practicantes de Falun Dafa].

Dije: "La razón del secreto es que perseguir a los practicantes de Dafa es ilegal". Le aconsejé que cuando volviera a ocuparse de este tipo de casos, lo tratara lo más trivialmente posible. Debería protegerse a sí mismo y a su familia no persiguiendo a los practicantes de Falun Dafa. Expresó su gratitud y dijo que mi caso era grave. Desde que salí en libertad hace menos de tres años, ya me habían reducido la pena al mínimo. Querían que terminara la detención antes de fin de año.

No tenía fuertes pensamientos rectos y comencé a prepararme para la detención. Se acercaba el Año Nuevo Chino. Conté los días y rápidamente terminé la limpieza de la casa. Había pensado en hablar con la policía para posponer la detención hasta después del Año Nuevo. Sin embargo, no estaba segura de estar haciendo lo correcto y hablé con mi padre al respecto. Él dijo: “Tus pensamientos están equivocados. No debes cooperar con ellos”.

Continué: “Ya tomaron la decisión de detenerme durante 15 días. ¿Pueden cambiarla? Tan pronto como pregunté, recordé las enseñanzas de Shifu,

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”
(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Ying (II))

Mis pensamientos rectos se fortalecieron de inmediato. Cooperar con ellos significa que admito haber hecho algo mal. Soy una practicante de Dafa. Debería tener el control y no debería cooperar con ellos. Los compañeros practicantes también me ayudaron enviándome pensamientos rectos para desintegrar la persecución. Finalmente, superé esta terrible experiencia sana y salva con la protección de Shifu. Ya no supe nada de la detención por parte de ellos.

A través de esta experiencia, llegué a comprender que Shifu nos enseñó a no cooperar con el mal para proteger a los practicantes de Dafa y evitar que la gente cometa crímenes contra Dafa. La compasión de Shifu no tiene límites.

Soy muy afortunada de poder cultivarme en Dafa durante esta vida, elevar mi reino e ir a casa con Shifu. En el futuro, haré las tres cosas que los practicantes de Dafa deberían hacer con más diligencia, cultivarme más diligentemente y ser una practicante de Dafa calificada.