(Minghui.org) El 22 de septiembre de 2023, una mujer de 56 años de la ciudad de Gaozhou, provincia de Guangdong, fue condenada a seis años de prisión con una multa de 20.000 yuanes (2.700 USD) por practicar Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La Sra. Wu Youqing fue detenida el 26 de septiembre de 2022 y condenada el 25 de noviembre del mismo año. El 30 de enero de 2023, el presidente del Tribunal de distrito de Maonan, Tan Wei, decidió suspender su caso debido a una situación imprevista, pero unos meses después retomó el caso. Realizó una audiencia en el Primer Centro de Detención de la ciudad de Maoming el 29 de junio de 2023. El procurador Dai Jianlan, los jueces Ke Xuejun y Pan Chuanghua, y el secretario Tu Yuan también estuvieron presentes en el juicio.
Los dos abogados de la Sra. Wu se declararon inocentes en su nombre y ella también pidió que la absolvieran. Tres meses después fue declarada culpable.
Para más detalles sobre la detención y reclusión de Wu, vea los dos primeros informes relacionados que aparecen al final de este artículo.
Encarcelamiento previo de 7 años y familia desintegrada
La última condena de la Sra. Wu estuvo precedida de varias detenciones anteriores por defender su fe. Fue condenada a tres años de trabajo forzado (2005-2008) y a cuatro años de prisión (2013-2017). Fue brutalmente torturada durante su encarcelamiento. En una ocasión, un guardia de la prisión la obligó a desnudarse para humillarla.
Sobrevivió a años de abusos durante su detención y regresó a casa, donde sufrió el acoso constante de las autoridades locales, que intentaron obligarla a renunciar a su fe.
Antes de que empezara la persecución, el esposo de la Sra. Wu apoyaba mucho su práctica de Falun Dafa y tenían una familia feliz. Pero las continuas detenciones de la Sra. Wu tras el inicio de la persecución fueron demasiado para su esposo, tanto mental como económicamente (la despidieron de su trabajo en una cooperativa de crédito rural mientras estaba recluida en un campo de trabajo). Él la atacaba y a menudo la golpeaba salvajemente. Terminó pidiéndole el divorcio mientras estaba en la cárcel.
Cuando salió de la cárcel, su exesposo se había vuelto a casar, pero ella no le guardó rencor ni a él ni a su familia. Siguió visitando con regularidad a sus exsuegros acompañada de su hijo.
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