(Minghui.org) Cuando salí a la calle el 12 de mayo de 2022, durante los confinamientos, noté que al menos dos personas me seguían. Cuando me di la vuelta y comencé a caminar en su dirección, huyeron. Me molesté porque comprendí que no eran más que matones del Partido Comunista Chino (PCCh). Pensé: “¿Por qué no te hundes [PCCh]?”. Y mi resentimiento creció.

Miré hacia adentro para ver porqué este incidente me afectaba tanto y descubrí que tenía grandes problemas. Aunque había estudiado el Fa durante muchos años, estaba demasiado apegada al estado actual de las cosas del mundo, y les dedicaba un tiempo precioso, en lugar de leer el Fa con la mente concentrada.

Cuando me perturbaban pensamientos de resentimiento y enojo, reflexionaba sobre mi comportamiento.

Shifu nos dijo:

"Porque algunas personas dicen que si cultivan Dafa entonces se curan las enfermedades y ya tienen un paraguas protector, dicen ‘si entro en el grupo de los Dafa dizi, ya no voy a tener enfermedades, no tengo miedo de nada’. ¡Qué fuerte corazón humano es este! ¿Vienes a cultivarte verdaderamente? ¿Consideras a Dafa como un paraguas de protección? Incluso si al comienzo no pensabas de ese modo, también es un apego.” (“Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York de 2010”, Colección de Enseñanzas del Fa, volumen XI).

Mi resentimiento provenía del pensamiento de que ya me había cultivado durante mucho tiempo y que, por tanto, las tribulaciones eran algo injusto. Miraba los asuntos de los niveles altos, con los estándares de la gente común.

La fuente de mi tribulación

Una vez alguien me denunció por distribuir materiales sobre la persecución y hablarle a la gente sobre Dafa. Me arrestaron, me encarcelaron, me despidieron de mi trabajo y me obligaron a divorciarme.

Muchas veces tenía el corazón desequilibrado y concluía: traté de ser una buena persona, pero ustedes, la gente común, me maltrataron. ¡Traté de salvarte, pero tú interferiste y me perseguiste!

Con esto en mente, a menudo viajaba lejos para contarle a la gente sobre la persecución y no estaba dispuesta a arriesgarme a aclarar los hechos en mi área.

Tuve un sueño en el que una princesa india, de unos 40 años, estaba de visita en un pequeño país. Una hermosa mujer vestida con el atuendo tradicional de este país, como Tailandia o Sri Lanka, se acercó a ella y le presentó regalos. La princesa habló mucho sobre cultura, etiqueta y vestimenta, pero en un tono extremadamente arrogante.

Luego, la gente de este país presentó su tesoro nacional a la princesa, que era un poema de la dinastía Tang exhibido en una hermosa caja con cuentas. La princesa la miró dos veces y luego tiró la caja con un gesto de la mano. Probablemente estaba celosa porque temía que la cultura de este país superara la suya.

Vi cómo se desarrollaba la escena y me sentí terrible por cómo se comportó la princesa. Sabía que la princesa era yo. Tuvo un impacto negativo y de gran alcance en este país.

El sueño me recordó que los problemas que me trajeron la gente de mi barrio no carecían de razón. Me vigilaban y perseguían y no podía irme, aunque quisiera. Tenía que haber una razón. ¡Todo el ye que he acumulado, vida tras vida, debe ser pagado!

Recordé otro incidente, que también me recordó las razones del ye detrás de mis tribulaciones. Yo era una estudiante universitaria de 22 años en 1999 y fui a Beijing para apelar por Dafa. Más tarde fui arrestada en la casa de un practicante. Otros dos practicantes y yo habíamos sido puestos bajo vigilancia.

Se acercó un hombre borracho, probablemente un policía. Parecía guardarme rencor y me golpeó la cara tan fuerte que vi estrellas. No tocó a los otros practicantes.

Poco después vi una escena en la que una princesa de la dinastía Qing estaba azotando a un soldado. Ella fue grosera e irrazonable. Sabía que la mujer era yo y que ese soldado era el policía borracho. Después de ver esto, dejé de estar resentida con ese hombre.

A través de estas experiencias, mi mente se calmó. Llegué a comprender que las tribulaciones que experimento en la cultivación se debían al ye que debía vida tras vida; Estaba pagando mis deudas a través de ellas.

La cultivación es algo serio

Hacía mucho tiempo que no miraba hacia dentro con tanta seriedad. Con respecto a los muchos pensamientos que tuve antes, no investigué lo suficiente de dónde venían. ¿Eran de mi verdadero yo, las nociones que me había formado a lo largo de mis muchas vidas, o fue interferencia de varias vidas en diferentes reinos?

Shifu ha eliminado innumerables porciones de ye para nosotros. Él nos guía y protege en nuestro camino de cultivación, y las tribulaciones que experimentamos son muy pequeñas en comparación. Probablemente he leído Zhuan Falun miles de veces. Sin embargo, sólo esta vez llegué a comprender lo que Shifu ha hecho y soportado por nosotros. ¡Su compasión es ilimitada!

Shifu nos dijo:

“Sea lo que sea que experimenten durante la cultivación -sea bueno o malo- es bueno, ya que esto sólo ocurre porque ustedes se están cultivando.” (“Al Fahui de Chicago”, Escrituras esenciales para mayor avance III).

El Maestro ha hecho arreglos para que paguemos todas las deudas de ye que tenemos. Todas las tribulaciones que experimenté fueron por mis propias deudas. Todo estaba destinado a pagar mis deudas y mejorar mi xinxing.

Superar el miedo

Después de ser perseguida, tuve miedo. Tenía miedo de salir a ese ambiente tan duro y ser perseguida nuevamente. Como practicante de Dafa, sabía que debía salir a decirle a la gente la verdad sobre Dafa para poder salvarlos. Pero una sombra oscura de la persecución que experimenté todavía estaba impresa en mi mente.

Al mirar hacia adentro, llegué a comprender que mi camino de cultivación no siempre será sencillo y cómodo; uno se verá obligado a experimentar tribulaciones.

Para poder enfrentarlas con pensamientos rectos, un practicante debe estudiar el Fa diligentemente. Dafa abarca todas las cosas y fortalece nuestros pensamientos rectos. De ahora en adelante seguiré las enseñanzas del Fa con todo mi corazón. ¡Seguiré mirando hacia adentro y me cultivaré persistentemente hasta el final!