(Minghui.org) Cuando recuerdo los 25 años que llevo practicando Falun Dafa, he tenido muchos altibajos en la superación de las pruebas de xinxing y en mis esfuerzos por denunciar la persecución. Con la protección de Shifu, perseveré. Me gustaría compartir seis historias de cómo Shifu me protegió.
Me liberan del centro de detención
En el año 2000 fui a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa. La policía local y los funcionarios de seguridad de mi lugar de trabajo viajaron a Beijing y me escoltaron de vuelta. Me metieron en el centro de detención y me acusaron de "interrumpir el orden público". Dijeron que me liberarían en 15 días, sin embargo no lo hicieron.
En la mañana del 39.º día, llegaron varios agentes de policía con mi marido. Uno de ellos me afirmó: "De tus respuestas a las siguientes preguntas dependerá que hoy vayas a casa o a la cárcel. ¿Es bueno su Shifu o no?".
"¡Bueno!". Le dije.
"¿Seguirás practicando Falun Dafa al volver a casa?".
"Por supuesto, es una práctica muy buena", dije.
"¿Te pondrás en contacto con otros practicantes?".
"¡Sí, lo haré!" dije.
"Ya puede irse a casa", expresó el oficial.
Se cancelan las sesiones de lavado de cerebro
Un año, el régimen comunista organizó sesiones de lavado de cerebro en toda China dirigidas a los practicantes. Me llevaron a la primera sesión en nuestra región. El director de la Oficina 610 y el jefe de policía nos leían todos los días material de lavado de cerebro. Cuando el director de la Oficina 610 estaba leyendo un día, le dije: "Se te está oscureciendo la boca. ¿Aún quieres seguir leyendo?". Se quedó estupefacto y dejó de leer inmediatamente. Poco después, cesaron las sesiones de lavado de cerebro.
Me marcho de la estación de policía
Fui a visitar a mi suegra a otra ciudad. La policía local me llamó y me preguntó si pensaba ir a Beijing para hacer un llamamiento en favor de Falun Dafa. Dije que iría si era necesario. La policía se dirigió entonces a casa de mi suegra, me llevó a la estación de policía local y dispuso que un agente masculino me vigilara. A la mañana siguiente, cuando la policía se fue a desayunar, salí de la estación de policía y regresé a casa. La policía no vino a buscarme.
La policía no encuentra los materiales
Dos policías irrumpieron un día en mi casa. Mientras les preparaba el té, emití pensamientos rectos. Uno de ellos me informó que habían recibido una orden de arriba para comprobar si tenía materiales de Falun Dafa en casa. Si los tenía, tenían instrucciones de llevarme esposada. Echaron un vistazo, sin embargo no buscaron nada. De hecho, tenía más de mil copias de materiales que pensaba distribuir esa noche, no obstante no encontraron nada. Cuando se fueron, le di las gracias a Shifu por protegerme de nuevo.
Salí del centro de lavado de cerebro
En enero de 2012 puse para mi tía un vídeo en el que exponía el engaño de la autoinmolación de la plaza de Tiananmen y me denunciaron. Vinieron varios agentes y me detuvieron. Me culparon de causarles problemas.
Los policías me llevaron a un asqueroso baño público y me obligaron a permanecer de pie junto a él. Llevaba ropa fina y lloviznaba. Hacia la medianoche llegaron varios vehículos policiales y me llevaron al centro de lavado de cerebro del condado. Con la ayuda de varios practicantes, atravesé tres puertas y escapé del centro de lavado de cerebro fuertemente custodiado a las 2 de la madrugada.
Liberada de la estación de policía
Un día de 2022 me encontré con un practicante en un parque. En cuanto nos saludamos, llegaron varios agentes de civil y nos detuvieron. Nos llevaron a la estación de policía para interrogarnos. Me confiscaron el material de Falun Dafa que llevaba conmigo. Seguí enviando pensamientos rectos y pedí la ayuda a Shifu. Tres días después, me liberaron.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa