(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa el año pasado. En este corto año, fui testigo del poder divino de Dafa. Mi tercer ojo también se abrió, lo que aumentó mi confianza para seguir practicando. Shifu limpió mi cuerpo y experimenté muchas bendiciones. Sé que fui bendecido porque practico Falun Dafa. Agradezco de todo corazón a Shifu porque salva a la gente con misericordia.

Debido a que tenía conflictos con mis compañeros, tuve problemas cuando intentaba aclararles la verdad. No querían escuchar cuando les hablaba de Falun Dafa. Cuando miré hacia dentro, me di cuenta de que no era compasivo. Aunque en apariencia intentaba seguir los principios de Falun Dafa, sentía envidia de uno de mis compañeros. También juzgaba a mi jefe y sentía que era intolerante.

Después de identificar mis problemas, intenté manejar los problemas en mi lugar de trabajo con compasión y siendo responsable. Cuando mi xinxing mejoró, los conflictos en el trabajo disminuyeron. Pero mis compañeros seguían sin tener una buena opinión sobre Falun Dafa y yo no podía aclararles la verdad con firmeza.

Decidí enviar pensamientos rectos para eliminar los factores que interferían. Un día, cuando me dirigía al trabajo en mi motocicleta y estaba enviando pensamientos rectos, un hombre abrió de repente la puerta de su coche. Mi dedo quedó atrapado entre la puerta del coche y el manillar de mi motocicleta. Aunque me dolía mucho, seguí enviando pensamientos rectos. El hombre se apresuró a disculparse. Yo no dije nada. Me limité a indicarle con la otra mano que estaba bien y que podía irse.

Cuando me miré el dedo, me di cuenta de que estaba doblado y sangraba como si estuviera roto o dislocado. Seguí enviando pensamientos rectos e intenté no preocuparme. Me recordé que lo importante era salvar a mis compañeros. Sentí que el problema de mi dedo se arreglaría. Volví a mi motocicleta y me dirigí al trabajo. Al llegar, me lavé la sangre de la mano. Nadie se dio cuenta de que tenía el dedo doblado.

Mientras me lavaba la mano, noté que la parte lesionada estaba entumecida. Cuando la presioné con el dedo, no sentía dolor y el dedo parecía más recto. No se notaba que estuviera lesionado.

En ese momento, recordé lo que dijo Shifu:

“Decimos que lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento de la persona, y la diferencia de este pensamiento también trae distintas consecuencias. Con una edad tan avanzada y siendo una persona común, ¿es posible que no sufra ningún daño? Sin embargo, ella ni siquiera sufrió un rasguño en su piel. Lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento; si ella se quedaba tirada en el suelo diciendo: «Ay, me siento terrible, me siento mal en esta y en esa parte del cuerpo», entonces quizás se le hubiesen roto los tendones, se hubiese fracturado los huesos y hubiese quedado paralítica” (Lección Cuarta, Zhuan Falun).

Trabajé todo el día como siempre. Cuando volví a casa me miré el dedo y me sorprendí al verlo recto. En pocas horas estaba completamente curado. Se lo agradecí de todo corazón a Shifu.

Cuando reflexioné sobre lo ocurrido aquel día, miré hacia dentro y se me llenaron los ojos de lágrimas. Comprendí cuánto soporta Shifu por nosotros, los practicantes. Lo único que nos pide es que nos cultivemos. Haré las tres cosas con diligencia y me esforzaré al máximo para eliminar mis apegos y mis obstinadas nociones humanas.

Mi experiencia se basa en mi nivel actual. Por favor, señalen cualquier cosa que no esté de acuerdo al Fa.