(Minghui.org) Soy agricultora y he practicado Falun Dafa durante más de 20 años. Este mes de abril estuve ocupada con la granja y el huerto, trabajando muchas horas todos los días. Cuando llegaba a casa estaba cansada. Rara vez estudiaba el Fa, y apenas hacía los ejercicios. A veces no podía completar una serie de ejercicios en dos días.

Una tarde fui al baño y me desplomé, caí al suelo. Recuerdo claramente que mis codos tocaron primero el suelo, seguidos de las piernas y luego la frente. Me dolían los brazos y los sentía como si estuvieran rotos porque me fracturé un hueso cuando era niña. También me dolían las rodillas.

Cuando mi frente estaba a punto de golpear el suelo, mis ojos se abrieron. Vi un suave material blanco de unos dos centímetros de grosor y 30 de largo, que caía sobre parte de mi frente. Cuando mi cabeza tocó el suelo no sentí ningún dolor, pero me sentí un poco mareada. Tirada en el suelo, sentí todo el cuerpo entumecido. No podía mover mi lado derecho. Salí del baño arrastrándome lenta y dolorosamente.

Le conté a mi madre lo sucedido. Me instó a ir al hospital. Le dije que yo estaba bien y que mejoraría, aunque todavía no podía caminar ni levantar los brazos. Empecé a leer Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa.

Encontré paz leyendo el Fa. Después de leer una lección, tuve un fuerte deseo de hacer los ejercicios. Una voz me decía que no practicara, que tomara la medicina y que descansara. Me pregunté de dónde venía esta voz.

Puse la música de los ejercicios. Mientras hacía el primer ejercicio me dolía tanto el brazo que no podía levantarlo. Apreté los dientes y persistí. El dolor disminuyó cuando hice el segundo ejercicio y desapareció cuando hice la tercera serie. Cuando completé las cinco series de ejercicios, el dolor desapareció, me sentía bien.

Cuando les conté a mis compañeros practicantes mi experiencia de esa noche, me dijeron que era una interferencia de las viejas fuerzas. Debemos hacer todo de acuerdo con Dafa y no debemos desviarnos de Dafa.

Sé que Shifu siempre nos ha protegido. Las palabras: "Creer en el maestro y creer en la Fa" son fáciles de decir, pero llevarlas a cabo no lo es. Cuando ocurre algo malo, es una prueba para los practicantes.