(Minghui.org) Una mañana de la primavera de 2021, me desperté con la boca y la garganta terriblemente secas, y con un regusto amargo. También sentía algo en la zona de la faringe nasal. Aunque no le di mucha importancia empeoró durante los meses siguientes. Acabé perdiendo el apetito. Aunque mi esposa me pedía que fuera a visitar al médico, yo no dejaba de decir que no era más que una falsa apariencia, y que me mejoraría haciendo los ejercicios de Falun Dafa, estudiando el Fa y enviando pensamientos rectos. Mantenía una fe imperturbable.

Pese a todo, no podía dejar de darle vueltas. Todo el mundo sabe que practico Falun Dafa. No quería causar ninguna impresión negativa que dañara a Dafa. Así que acabé yendo al hospital de nuestro condado para que me hicieran una tomografía. El médico me dijo que el escáner había detectado un tumor nasofaríngeo, y que el hospital del  condado no contaba con los medios para tratarlo. Mis hijos me llevaron a un gran hospital de la capital de la provincia, donde me hicieron un TAC más exhaustivo. Mientras esperaba el resultado, me quedé en la casa de mi hijo en la capital.

Mientras esperaba el resultado, estaba tan preocupado que no podía dormir bien, no podía concentrarme en el estudio del Fa ni enviar pensamientos rectos. Le dije al Maestro Li (fundador de Dafa) en mi mente: "¡Soy tan afortunado de ser un practicante de Dafa y de cargar con la misión de ayudar al Maestro en la rectificación del Fa! Estoy decidido a hacer bien las tres cosas. Es Shifu quien decide el resultado. Todos estos síntomas son falsas apariencias y no una enfermedad". Mientras tanto, le dije a lo que sea que estuviera causando problemas en la zona de mi faringe nasal: "¡No reconozco tu existencia, y tampoco lo haría el Maestro!".

Reflexioné sobre mí mismo, busqué mis apegos fundamentales y me pregunté si tenía alguna brecha que el mal podía haber aprovechado. Nada es casualidad para un cultivador. ¿No llevaría demasiado tiempo en mi nivel actual de cultivación? Debía soltar mis apegos inmediatamente y mejorar mi cultivación. Aquella noche reflexioné durante mucho tiempo.

En los últimos 20 años, aunque parece que he hecho las tres cosas no había avanzado con diligencia. He perdido muchas oportunidades de aclarar la verdad sobre Dafa debido a mi miedo y a mi apego a la comodidad. Mis compañeros practicantes se han cultivado diligentemente y han contribuido, calladamente, con su trabajo a la aclaración de la verdad. Yo, en cambio, me había esforzado para que nadie notara ni el más ligero indicio de mis problemas. Somos practicantes, transitando el camino que conduce a lo divino. Así que el mal no podrá aprovecharse de nada si nos mantenemos rectos y seguimos la guía del Maestro.

También me apegaba al momento que terminaría la persecución. Aunque sabía que no me había cultivado bien y que el tiempo suplementario que nos concedió el Maestro era para que nos pusiéramos al día, no podía evitar desear que llegara el día en que el Fa rectificara el mundo humano. Me entusiasmaba escuchar cualquier noticia nacional e internacional que se ajustara a este deseo, y me decepcionaba cuando la situación se desarrollaba en contra de este deseo. Dedicaba la mayor parte de mi tiempo a esos altibajos.

Después de identificar estos apegos, decidí sacarlos a la luz y eliminarlos. Me dije que debía cultivarme con diligencia y hacer bien las tres cosas. Es la única manera de recompensar lo que el Maestro ha hecho por mí. Le dije al Maestro que deseaba con fuerza asimilarme al Fa.

El resultado de mi tomografía salió al día siguiente. Todo pareció normal. El tumor había desaparecido.

Se lo agradecí a Shifu de rodillas.