(Minghui.org) ¡Saludos estimado Maestro! ¡Saludos compañeros practicantes!

Cada año, antes de que comiencen los trabajos para promover de Shen Yun, colocamos carteles.

El año pasado, el practicante coordinador se acercó a mí y me puso a cargo de organizar la distribución. Sentí que era una gran responsabilidad. Los requisitos para mi cultivación también habían aumentado. Podía sentir la presión en mi corazón. Cada vez que me ponía delante de la foto del Maestro, le pedía que me ayudara a hacer un buen trabajo.

Los practicantes de otras ciudades que se encargan de colocar los carteles para promocionar Shen Yun compartieron sus experiencias conmigo. Esto me inspiró. Hicimos mapas de dónde pensábamos distribuirlos, numeramos las zonas y los practicantes se ofrecieron como voluntarios. A medida que las zonas se iban completando, nos informaban de su progreso en tiempo real, lo que mejoró nuestra comunicación. También realizamos una capacitación presencial y tres sesiones de capacitación en línea. En ocho semanas, los practicantes habían colocado la mayoría de los carteles. Fue un buen comienzo, y naturalmente vinieron las tribulaciones.

Cultivándome mientras coordino las tareas

La mayor parte de mi tiempo lo pasé llamando por teléfono a los practicantes que se ofrecieron a distribuir carteles. Normalmente, cuando hay un problema nos comunicamos a través de textos. Pero lograr que los practicantes participen firmemente requiere una comunicación sincera. Cuando hago llamadas de aclaración de la verdad a las personas comunes, me recuerdo a mí mismo que es como si estuviera sosteniendo seres conscientes en mis manos para decirles la verdad y salvarlos.

Mientras coordino la distribución de carteles, me recuerdo que debo tener la misma actitud sincera cuando me comunico con los practicantes. A veces preferiría salir yo a pegar carteles todo el día en lugar de llamar a los practicantes, pero como coordinadora, mi responsabilidad era lograr que más practicantes se comprometieran a salvar a la gente. Esto es lo que quiere el Maestro, y éste es el camino de cultivación que tengo por delante. Solo puedo transitarlo si me cultivo genuinamente y cumplo con el estándar.

Una practicante me dijo que no podía colocar carteles por varias razones, así que le dije que si no tenía tiempo para ponerlos, podía devolverlos. Me devolvió los carteles. Más tarde, recibí un mensaje de texto diciéndome que no quería dejar de pegar carteles, que quería esforzarse, y que esperaba volver a recibir algunos. Me conmovió mucho escuchar eso y me avergonzó no haber sido paciente. No la animé cuando quiso retirarse, sino que le pedí que me devolviera los carteles. Afortunadamente, me comunicó rápidamente sus pensamientos. Este pequeño detalle fortaleció la comprensión entre ambas lo que facilitó nuestra cooperación.

Dar seguimiento al progreso de la colocación de carteles es también una oportunidad para cultivarse. Dado que no contamos con un equipo dedicado a la distribución de carteles, la mayoría de los practicantes están involucrados en varios proyectos al mismo tiempo y tienen diferentes prioridades. Algunos de los que se llevaron carteles no actualizaron su progreso durante varias semanas. Me impacienté. Pero no podía pedirles que se apegaran a un calendario de trabajo estricto como si se tratara de un trabajo ordinario.

Al principio llamé a los practicantes después de cada reparto de carteles para entender su situación y animarles a venir al de estudio del Fa del grupo grande y compartir sus experiencias. Más tarde, me puse en contacto con algunos de los practicantes que no habían hecho ningún progreso durante dos o tres semanas y les pregunté cómo les iba. También miré hacia adentro en busca de apegos. Me di cuenta de que estaba flojeando: aunque era responsable de la tarea, tardaba mucho en colocar los carteles. Decidí salir al menos una hora cada día. Fue muy efectivo, y entonces todo el proyecto de los carteles despegó.

Unos días más tarde, el número de carteles no se movió de nuevo. Como otros proyectos también necesitaban gente, me puse ansiosa. Así que envié recordatorios y presioné a la gente. A veces, no podía enviar un recordatorio ni siquiera después de pensarlo durante unos días. Sentía que estaba en mal estado, con corazón de contender y resentimiento. Los mensajes que enviaba no tenían energía positiva ni un buen efecto. En lugar de enviar mensajes, envié pensamientos rectos. Durante ese tiempo, parecía estar tranquila en la superficie, pero en realidad mi corazón estaba movido.

Al final, no envié ese recordatorio, pero me di cuenta de que volvía a haber progresos con los carteles.

Debido a las restricciones de la pandemia, tuvimos que dejar de distribuir carteles durante un tiempo. Cuando reanudamos, llegaron nuevas tribulaciones. Me devolvieron carteles sin motivo alguno, y aún tenía más para repartir. Mis emociones negativas se acumularon y estallaron una mañana de fin de semana.

El viernes encontré decenas de carteles muy dañados en la oficina y me desanimé. No sabía si los carteles se habían dañado al devolverlos o los devolvieron porque estaban dañados. Mi corazón de contender se disparó de nuevo. Inmediatamente tomé fotos de los carteles y dije que los incluiría en el material de capacitación para recordárselo a todos. Por no corregir rápidamente mi mal estado, llegaron las tribulaciones.

El sábado por la mañana, le dije a mi hija que se levantara para ir a la clase de baile. Ya se había levantado pero se movía muy lentamente, así que empecé a regañarla. Poco a poco mi voz se fue haciendo más fuerte. Ella dijo que no iba a ir a clase dijera lo que dijera. No creí que estuviera equivocada, pero cuando lo pensé detenidamente, me di cuenta de que en la superficie la estaba regañando, pero en mi corazón estaba pensando en los carteles devueltos. Cada palabra que decía parecía ser una queja y descontento con los practicantes.

La semana siguiente tuve sentimientos encontrados. Sentía que los practicantes no deberían haber hecho esto pero también me sentía frustrada por no poder controlar mis emociones. Sentí que había una gran roca en mi corazón.

Nada sucede por casualidad en nuestra cultivación. En cuanto a los carteles devueltos, buscaba las razones y encontraba la manera de afrontarlo. No miré sinceramente hacia dentro hasta que escribí el borrador para este intercambio.

¿Por qué algo que parece tan trivial ahora, fue tan difícil de superar en aquel momento? Me di cuenta de que todas las dificultades que encontré iban dirigidas a mi apego: Tenía miedo de los problemas. Mi nivel de cultivación era demasiado bajo, y necesitaba mejorar mi xinxing. El maestro dijo:

“…misericordia, que es un tipo de característica de los dioses rectos.”(“Qué es un Dafa dizi”, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI)

Al observar que no era mi verdadero yo quien se quejaba, peleaba y fruncía el ceño ante estos problemas, mi estado de ánimo mejoró.

Recuerdo que la última vez que alguien devolvió carteles fue dos días antes de que finalizara la promoción. Ya estaba dividido el trabajo y se había fijado el número de carteles para cada persona. De repente, nuevamente devolvieron algunos carteles. Aunque no había muchos, implicaba un gran esfuerzo colocarlos. Para entonces estaba muy cerca la hora del espectáculo, así que tuvimos que volver a planificar la ruta para asegurarnos de que podíamos terminarla en el mismo día. Informé a los practicantes que iban a salir a pegar los carteles de que podría haber cambios. También envié avisos solicitando ayuda. Se me ocurrió que había una pequeña ciudad fuera de la isla en la que no habíamos repartido carteles y que sería estupendo que uno de nuestros practicantes pudiera ir allí, ya que le quedaba más cerca. Justo cuando estaba pensando en esto, ese practicante se puso en contacto conmigo. Todo salió bien y pude pasar otra prueba.

El resultado viene naturalmente

En el proceso de promoción de Shen Yun, ocurrieron muchas cosas que me hicieron darme cuenta de que mientras tengamos el deseo de salvar a la gente y lo hagamos sin apegarnos a nada, todo será arreglado por el Maestro. Nosotros sólo lo llevamos a cabo. He aquí algunos ejemplos.

Este año planeamos ampliar nuestros esfuerzos a ciudades más pequeñas. Necesitábamos encontrar calles adecuadas, así que pasamos más tiempo investigando. Pensé en lo maravilloso que sería que un practicante me llamara. A los pocos días, una practicante me llamó y me dijo que deseaba poner carteles en las ciudades de los alrededores, y así fue como viajé a muchas zonas de los alrededores junto con esta practicante.

Un fin de semana, de camino a casa, me di cuenta de que el equipo de carteles no había vendido ninguna entrada este año. Recordé que el año anterior habíamos podido vender entradas cuando estábamos distribuyendo carteles.

Cuando salí un lunes a pegar carteles, al entrar en la primera tienda le pregunté al dueño si podía uno. Dijo que nunca había oído hablar de Shen Yun, pero que le gustaba mucho el arte. Quería quedarse con el póster e investigar primero sobre Shen Yun. Le dije que sí, y luego charlamos unos minutos. Le mostré las palabras del cartel: "Shen Yun - China antes del comunismo".

Cuando estaba a punto de irme, de repente dijo: "Adelante, pon el cartel". Mientras colocaba lo colocaba, seguí hablando del impacto de la pandemia en las personas y de lo necesario que era para ellos en ese momento ver una actuación de Shen Yun para darles esperanza. Estuvo de acuerdo y se sentó frente a su computadora para buscar información sobre las entradas en el sitio web de Shen Yun. Me di cuenta de que no tenía muchos conocimientos informáticos, así que llamé directamente a un practicante y le ayudé a él y a su mujer a comprar los boletos

No esperaba que el proceso de hablar con alguien que nunca había oído hablar de Shen Yun, hasta la compra de las entradas fuera tan rápido. Sabía que todo había sido arreglado por el maestro por el Maestro.

También hubo una ocasión en la que vendíamos entradas en una exposición. Una pareja se quedó en nuestro stand durante mucho tiempo escuchando a un practicante occidental que les hablaba pacientemente de Shen Yun. Entonces el hombre se dirigió a mí, probablemente porque parecía china. Dijo que le encantaba el Kung Fu chino y Shen Yun, pero que el precio de las entradas le parecía un poco alto. Le sugerí que comprara entradas entre semana, pero me dijo que no tenía coche y que no era muy conveniente.

Vi la sinceridad en sus ojos y empecé a enviar pensamientos rectos hasta que se fueron, sin comprar boletos. Cada vez que pensaba en la pareja, enviaba pensamientos rectos, esperando que fueran a ver Shen Yun. Durante el intermedio del último espectáculo de Shen Yun, vi a la pareja y también me reconocieron. Me dijeron lo mucho que habían disfrutado del espectáculo y les di una pequeña flor de loto. Estaba muy emocionada y no dejaba de dar las gracias al Maestro en mi corazón por permitirme volver a verlos. Sentí la compasión del Maestro y el efecto de los pensamientos rectos de los Dafa dizi.

En otra ocasión, un practicante que participaba por primera vez en las promociones de Shen Yun quiso llevar a algunos practicantes a una pequeña ciudad para colocar carteles. El pronóstico del tiempo decía que ese día llovería, así que comencé a enviar pensamientos rectos. No era fácil que los practicantes salieran al exterior para realizar proyectos, así que esperaba que esta distribución fuera posible. Al día siguiente, me dieron la noticia de que no llovía demasiado, y fueron a colocar carteles. Unos días después, me enteré de que los residentes de esa ciudad estaban comprando boletos. En la columna de comentarios en la que se preguntaba qué les había llevado a comprar entradas, todos mencionaron los carteles. En otra ocasión, durante el estudio del Fa del grupo grande, escuché a una practicante occidental hablar de su avance en el proceso de colocación de carteles. Esa tarde vi en el sistema de venta de entradas que se habían vendido algunas en su ciudad, y en la columna de comentarios todos indicaban carteles.

Hay muchos ejemplos como éste. Me animaron y experimenté la importancia de la cultivación y lo maravilloso que es salvar a la gente. Es por ello que no me atrevo a relajarme.

Conclusión

Recuerdo haber leído un artículo en el sitio web de Minghui titulado "La amabilidad y la compasión me ayudaron a superar tiempos difíciles". Me di cuenta de que esto también es cierto en el trabajo de coordinación, donde encuentro que la única forma de pasar las tribulaciones es siendo compasivo, no hay otra manera. En el proceso de expandir mi corazón comprendí que debía apreciar cada oportunidad de trabajar con otros practicantes y atesorar aún más este ambiente de cultivación. Cuando reanudé las llamadas de clarificación de la verdad, estaba más relajada y experimenté la belleza de la cultivación.

Sentí que el Maestro estaba a mi lado y constantemente me recordaba que debía cultivarme bien y salvar a los seres sintientes.

¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes¡

(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Cultivación de Falun Dafa de Canadá de 2022)