(Minghui.org) Mi hermana tiene 67 años y es jubilada de un hospital. Su esposo es el jefe de internistas del mismo hospital, allí también trabajan sus hijos.

En la primavera de 2019, mi hermana desarrolló síntomas de cáncer de mama. Su pecho aumentó de tamaño, se endureció y se decoloró. Era entre cuatro y cinco veces más grande que antes.

Mi cuñado llamó al jefe de cirugía en relación con los síntomas de su esposa. El jefe de cirugía aceptó hacer una visita a domicilio. Hizo un examen y sugirió una tomografía y una ecografía inmediatamente.

Tras el diagnóstico de cáncer, el cirujano declaró que no podía realizar la operación porque el estado era demasiado grave para la misma. Mi cuñado, mi sobrina y mi sobrino sugirieron entonces que mi hermana fuera a un hospital más grande.

Mi hermana les dijo que no se preocuparan. Les dijo: "Soy una cultivadora. Creo en el Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) y en Dafa. Soy capaz de realizar todas las tareas domésticas sin ningún problema. Me siento bien, así que no se preocupen por mí".

Su esposo estaba desesperado y me llamó para pedirme que la convenciera de que se sometiera a un tratamiento. Como practicante de Dafa, comprendí por qué mi hermana no quería ir al hospital. Consolé a mi cuñado y le expliqué que, como cultivadores de Dafa, el Maestro cuida de nosotros, nos ayuda limpiando nuestro cuerpo y eliminando nuestro yeli. Aunque a veces la eliminación de yeli puede parecer muy grave, nos pondremos bien cuando termine el proceso. También compartí con él algunas historias de otros practicantes que se habían recuperado del cáncer, para convencerlo del poder curativo de Dafa.

A lo largo de su sufrimiento, mi hermana siguió cumpliendo con sus obligaciones como esposa y cultivadora. Pero los síntomas parecían empeorar. A finales de 2020, sus pechos tenían un tamaño diez veces superior al normal. Ya no podía ponerse su propia ropa, sino que solo le cabía la de su hijo, cuyo peso es casi el doble del suyo.

El 25 de diciembre de 2020, mi hermana se dio cuenta de que la parte inferior de sus pechos empezó a filtrar sangre y pus. El flujo era cada vez mayor cada día. Después de unos días, salieron cosas como si fuera puré de judías: eran negras y moradas y olían fatal.

Era asombroso que allí donde se descargaba una masa dura, había un agujero que rezumaba sangre y pus. A veces, mientras se lavaba la zona, el pus salía a borbotones. Cuando la sangre y el pus salían por completo, la masa dura desaparecía y el agujero se curaba solo.

Ese proceso duró tres meses. Así, las diferentes masas endurecidas fueron desapareciendo y sus pechos volvieron a la normalidad. Comprendió que el Maestro estaba eliminando el yeli de la enfermedad por ella, ¡y estaba profundamente agradecida a Shifu por su misericordia!

Mi hermana tiene ahora un aspecto estupendo, con las mejillas sonrosadas, y está llena de energía. Muchos de sus vecinos y amigos están sorprendidos por el poder de Dafa.