(Minghui.org) Una soleada mañana a principios de la primavera de 1997 estaba ofreciendo incienso a Bodhisattva cuando mi vecino, Shen, se detuvo en mi puerta y me dijo: "La gente ya no adora a Buda, sino que cultiva la naturaleza de Buda".
Sorprendida, pregunté: "¿Dónde puedo aprenderlo?".
"Ve al parque, hay practicantes de Falun Dafa [también llamado Falun Gong]", me contestó, "Oh, los practicantes de Falun Dafa cultivan la naturaleza de Buda".
Entonces, me subí a la bicicleta, fui al parque y encontré el sitio de práctica. Lo primero que hice fue conseguir el libro Zhuan Falun y aprender los cinco ejercicios. Después de leer la Primera Lección, el Maestro Li (fundador de Falun Dafa) resolvió todas las preguntas que tenía en mi mente al cultivar el budismo durante 10 años.
Shifu purificó mi cuerpo después de que hice los ejercicios durante más de 10 días. Mis vértebras lumbares tenían fisuras invisibles, que me causaban fuertes dolores y me impedían agacharme para atarme los cordones de los zapatos. Sufría de insomnio, palpitaciones y depresión. Después de solo 10 días de practicar Falun Dafa, me sentía relajada y ligera al caminar, y tenía la tez rosada. Me sentía muy feliz. Estaba decidida a cultivarme.
Haciendo los ejercicios en el patio de la Estación de Policía
El 20 de julio de 1999, cerca del mediodía, dos policías vinieron a mi lugar de trabajo. No dijeron nada hasta que salí del trabajo. Luego, se acercaron y me dijeron que tenía que ir con ellos a la estación de policía.
El jefe de la estación de policía me leyó las noticias del periódico de ese día sobre Falun Dafa. No tuve miedo y le dije: "Practicamos Falun Dafa y cultivamos nuestro corazón para ser personas amables y buenas, mejorar nuestra salud y tener una vida familiar armoniosa. Hay practicantes en nuestro sitio de práctica que se han recuperado de cáncer, hemiplejía y ataques al corazón, lo que ha ahorrado mucho dinero al país, a ellos mismos y a sus familias. El gobierno debería agradecerle a Falun Dafa, y, en cambio, lo prohíben. No hay nada malo en Falun Dafa. El gobierno debe estar equivocado".
No me permitieron ir a casa esa noche, así que hice la meditación sentada allí. Al día siguiente, salí al patio de la estación de policía para hacer los ejercicios. Los oficiales me observaban. Después de terminar el primer ejercicio, y a punto de hacer el segundo, el jefe de policía bajó corriendo, me agarró del brazo y me gritó: "¿Cómo te atreves a practicar aquí?".
Respondí: "Falun Dafa me ha dado un cuerpo sano y paz mental, me ha enseñado a pensar primero en los demás y a ser desinteresada. No puedo dejar de practicar Falun Dafa".
Después de dos días de hablar con los oficiales sobre las bondades de Falun Dafa y los muchos milagros que experimenté en nuestro sitio de práctica, salí de la estación de policía de manera recta, y me fui a casa.
La gente no puede cometer pecados contra Dafa
Escuché a dos mujeres jóvenes conversando en el autobús. Una de ellas dijo: "Fui a Hong Kong hace unos días, y vi a practicantes de Falun Dafa repartiendo folletos en cada lugar panorámico al que fuimos".
"El guía turístico nos dijo que les pagaban por hacer eso", respondió la otra mujer.
Pensé que debía hacerles saber la verdad, así que les dije amablemente: "El guía turístico se equivocó. Los practicantes de Falun Dafa utilizan su propio dinero para hacer los materiales y distribuirlos a los turistas, para que la gente pueda entender la verdad. Muchas personas en China han recibido materiales y CDs de Falun Dafa gratis, que fueron realizados por los mismos practicantes con el dinero que ahorraron".
Las dos mujeres dejaron de hablar.
Un hombre sentado en medio del autobús dijo algo malo sobre Shifu. Le dije amablemente: "Mi Shifu nunca me ha pedido un centavo". No permitiría que la gente cometa pecados contra Dafa y Shifu, así que cerré los ojos y envié pensamientos rectos para eliminar las viejas fuerzas que controlaban a la gente del autobús. En ese momento, parecía ser extremadamente alta, y todos en el autobús estaban callados, excepto por el sonido de la puerta que se abría y cerraba cuando el autobús se detenía en las paradas.
Aclarando la verdad en un campo de trabajo
Debido a los beneficios que Falun Dafa me ha brindado, con frecuencia comparto la belleza de Dafa con la gente. Sin embargo, fui denunciada a las autoridades y me llevaron a un campo de trabajo por un año. No me permitían comunicarme con la gente del campo, pero a menudo encontraba oportunidades para hablar con los que encontraba.
Los guardias se turnaban para intentar que renunciara a mi creencia, pero yo me limitaba a aclararles la verdad a cada uno. Les conté que Falun Dafa se ha extendido a más de 100 países alrededor de todo el mundo y que recibió miles de premios en varios países. Además, hay médicos, académicos y altos funcionarios que practican Falun Dafa.
Un guardia me preguntó por qué creía que Falun Dafa era tan bueno, a lo que respondí: "Cultivar Falun Dafa es lo más honorable que he hecho".
Otra oficial comentó que mi piel era muy suave y fina, y me preguntó qué tipo de maquillaje utilizaba. Respondí: "Llevo casi un año aquí. ¿Qué tipo de maquillaje puedo usar? Durante este tiempo he comido una sopa de verduras aguada y casi sin nutrientes”.
“Cultivar Falun Dafa puede hacer que la piel de un practicante se vuelva rosada, y su cuerpo más joven. Antes de practicar Falun Dafa, mi cara era pálida y tenía muchas enfermedades. Después de empezar a practicar me recuperé de todas mis enfermedades. Falun Dafa es maravilloso".
Una oficial comentó que aprobó el examen del gobierno en 1999, pero que no esperaba terminar trabajando en un campo de trabajo. La "educación" que recibió en el campo de trabajo consistió en decir lo malo que era Falun Dafa. Ella comentó que hizo muchas cosas malas y cree que recibió un castigo kármico. Sufrió un aborto espontáneo en el último trimestre y su esposo se divorció.
Le dije que no tomara parte de la persecución a Falun Dafa, ya que cualquiera que lo hiciera sería castigado, la malvada persecución no era solo una persecución a los practicantes de Falun Dafa, todos los que creen en las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh) son víctimas. Por eso los practicantes de Falun Dafa han estado diciendo la verdad, aunque se arriesguen a ser arrestados, condenados, torturados o asesinados por sus órganos.
Cerca de la fecha de mi liberación, una guardia me suplicó: "Si no te "transformas", reprobaré la evaluación este año y no podrás salir".
Le dije tranquilamente: "Ese día saldré de aquí de una forma u otra".
Cuando me preguntó cómo, le contesté con firmeza: "Salgo por mi cuenta o me sacan".
Después, me pusieron en confinamiento solitario en el campo de trabajo, con hasta cuatro reclusas vigilándome cada día. Me ordenaron sentarme en un pequeño banco de plástico en medio de la celda durante el día, de cara a la puerta, con la ventana abierta detrás. Lo que me permitía pasar esos días tranquila era seguir recitando el Fa de Shifu.
Justo cuando me di la vuelta, a través de la ventana, vi aparecer un rayo de luz en el cielo. La luz estaba rodeada de rayos de colores, y el rayo de luz se hacía cada vez más alto. Les dije a las dos reclusas que me vigilaban: "¡Miren!".
Una de ellas gritó emocionada: "Se ha manifestado. Dios y Buda se han manifestado".
En pocos segundos, el rayo de luz se convirtió en un gran arco iris, que venía del sureste, y cruzó por encima del edificio del campo de trabajo en el que me encontraba.
Otra reclusa gritó: "¡Ah! ¡Qué arco iris tan grande!".
Estaba tan emocionada que las lágrimas cubrieron mi rostro. Con frecuencia contaba a las reclusas sobre la belleza de Dafa, esta vez fuimos testigos de este maravilloso momento juntas.
Con la protección de Shifu salí del campo de trabajo de forma recta, y las dos guardias que me acompañaron a la salida se emocionaron hasta las lágrimas.
¡Los dioses te protegen!
En un viaje de larga distancia en autobús, aclaré la verdad a los pasajeros que estaban cerca. Estuvieron de acuerdo en que Falun Dafa es bueno y en que hay que renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles.
Les di a cada uno una memoria USB y un amuleto. Cuando el autobús se acercaba a la autopista, un hombre dijo: "Bajen todos del autobús y tengan su tarjeta de identificación lista para la inspección".
Mientras los pasajeros bajaban, me tranquilicé y pedí a Shifu que me protegiera. Le dije a un hombre sentado detrás: "Si no puedo volver a subir, por favor, llévese mi equipaje y esta bolsa". Le pidió a su hija que anotara mi número de teléfono.
Cuando me tocó bajar del autobús, caminé lentamente hacia la puerta trasera del autobús y [esperé allí] con un pie en el suelo y el otro en el autobús. El responsable dijo entonces: "Todos los de atrás, siéntense. Una vez hecho el control, el autobús saldrá".
Como estaba con un pie fuera del autobús, solo pude escuchar vagamente lo que dijo. Volví a subir al autobús y me senté. El hombre que estaba detrás mío, dijo: "¡Increíble! Los dioses te protegen". Sabía en mi corazón que era Shifu quien me protegía.
Durante los últimos 20 años de mi cultivación, he sentido profundamente que Shifu me aprecia más que yo a mi misma.
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Categoría: Caminos de cultivación