(Minghui.org) Crecí en el campo y soporté años de pobreza. Al ser una persona testaruda, era egoísta y pendenciera.

Esta mentalidad negativa me causó años de mala salud. Poco después de empezar a practicar Falun Dafa en la primavera de 1998, mis problemas físicos desaparecieron uno a uno, y recuperé la salud y la energía.

Con mi energía renovada, convertí un trozo de tierra sin cultivar frente a mi patio en un huerto. Quité algunos árboles, cavé zanjas profundas y corté muchas raíces de árboles para preparar mi huerto.

El Maestro dijo:

“… los árboles también tienen vida” (Octava Lección, Zhuan Falun)

Pero olvidé las enseñanzas del Maestro y maté varias plantas al trabajar en el jardín. Maté un bambú cercano a causa de mi trabajo.

No me detuve ahí. Planeé cortar dos árboles crecidos en mi patio delantero, un fénix y un árbol sagrado, y plantar dos árboles de alcanfor en su lugar.

Mi hermana (practicante de Dafa) trató de impedírmelo, y en ese momento le di la razón. Pero más tarde seguí haciendo lo que había planeado.

Maté un montón de plantas sin mucha consideración. Conseguí lo que quería, pero pronto llegaron los problemas.

Desarrollé nuevos problemas físicos uno tras otro. Al final, ni siquiera podía levantarme de la cama.

Dejé de cultivarme. No leí los libros de Dafa, dejé de hacer los ejercicios y dejé de enviar pensamientos rectos.

Tampoco me esforcé en decir a la gente la verdad sobre Dafa. Me convertí en una persona común y corriente.

Los miembros de mi familia conocían todos los maravillosos beneficios que había recibido de la práctica de Dafa, así que no me obligaron a buscar ayuda médica. En cambio, le dijeron a mi hermana que viniera.

Ella me dijo: "Estos no son síntomas reales. No debemos aceptar el statu quo. Ahora, solo el Maestro y Dafa pueden salvar tu vida. Debemos empezar a estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos". Yo estaba demasiado débil para hacer los ejercicios.

Con el estímulo de mi hermana, empezamos a leer los libros de Dafa y a enviar pensamientos rectos con un corazón sincero. Pronto mi condición mejoró.

Un día, cuando estaba enviando pensamientos rectos, mi ojo celestial vio a un hombre huesudo de piel oscura que vino a acostarse en mi cama. Después de que este estirara las piernas, me sorprendió darme cuenta de que no era un hombre; era la forma del árbol sagrado que maté.

Me asusté y se lo conté a mi hermana. Ella me dijo: "Quizá quieras leer las palabras del Maestro sobre la resolución benevolente".

Siguiendo su consejo, leí el siguiente párrafo en el jardín:

“Durante la rectificación del Fa del cosmos, puedo hacer arreglos justos para aquellos de ustedes que no interfieren con mi validación del Fa; puedo hacer que ustedes se conviertan en seres del futuro. Aquellos de ustedes que buscan una solución benevolente deben dejarme y esperar a mis alrededores. Si realmente no pueden dejarme, entonces no tomen parte en interferir conmigo. En el futuro podré lograr la perfección y les ofreceré una solución benevolente. Aquellos que son completamente malos, quienes todavía interfieren conmigo y que no pueden permanecer, de acuerdo con los estándares, tendrán que ser eliminados. Aun si yo no los elimino, el Fa del cosmos no te dejará permanecer” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Nueva York, 2004).

Después, recuperé la salud y volví a hacer las tres cosas como un practicante de Dafa.