(Minghui.org) A través de mis 26 años de cultivación en Falun Dafa, he aprendido que no importa cuán fuerte pueda parecer el mal, no vale nada cuando tenemos una mente recta.

Falun Dafa es una práctica de mente-cuerpo basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Comencé mi práctica en 1996. El Partido Comunista Chino (PCCh), por su naturaleza atea, persigue a Falun Dafa desde julio de 1999. Los practicantes en China se enfrentan a la detención, el encarcelamiento, la tortura, la sustracción forzada de órganos, el acoso, el aislamiento, las presiones financieras y muchos otros peligros simplemente por defender su fe.

Resistir la presión de firmar declaraciones de garantía

En los primeros días de la persecución, mi empleador me pedía con frecuencia que firmara documentos para prometer que no contactaría con otros practicantes y que no promovería Falun Dafa. Lo hice, pero sentí que algo no estaba bien.

Las palabras del Maestro seguían apareciendo en mi mente:

"En otras palabras, no importa cuán duramente ustedes cultiven, el hecho es que en el momento más crucial ustedes no están a la altura.No es que yo diga que ustedes no están a la altura, son ustedes mismos quienes no están a la altura" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Singapur).

Le dije a mi esposa, también practicante: "Parece que realmente no estamos a la altura".

Después de estudiar la enseñanza anterior una y otra vez, nos dimos cuenta de que si damos un paso atrás, el PCCh dará un paso adelante; si damos dos pasos atrás, dará dos pasos adelante; nunca se detendrá. Pero, ¿qué pueden hacer si ya no damos un paso atrás?

Se acercaba la fiesta del Día Nacional de China, el 1 de octubre de 1999. Mi empleador me pidió que volviera a firmar la declaración de garantía. Esta vez me negué a hacerlo.

El vicesecretario del Partido golpeó el escritorio: "¡Aunque otros no la firmen, tú debes hacerlo! Si no, esto no parará".

Dijera lo que dijera, me negué a firmar. Al final me dejaron en paz.

"¡Parece que esta vez lo hemos hecho bien! Si no damos un paso atrás, no tienen otra opción", le dije a mi mujer.

Liberado tras negarme a renunciar a Dafa

Las autoridades comenzaron a detener a los practicantes. Un practicante fue detenido en la escuela en la que trabajaba cuando respondió "sí" a la pregunta de su supervisor sobre si seguiría practicando Falun Dafa. El otro fue detenido en la Estación de Policía local por dar la misma respuesta a la misma pregunta del policía.

Hacia octubre de 1999, el Departamento de Policía Municipal me llamó para que fuera a su oficina. Mi mujer y yo pensamos que tal vez no podría volver a casa, ya que definitivamente respondería "sí" a la pregunta. Por ello, ella preparó algo de dinero extra para mí y me hizo ponerme un abrigo por si acaso.

Un responsable de la policía me hizo la misma pregunta. Respondí "sí". Dijo que tenía curiosidad por saber por qué alguien con una alta educación como yo practicaba Falun Dafa—el PCCh siempre había atacado a Dafa como "supersticioso" y "anticiencia".

Le expliqué mi forma de entender Dafa, cómo Dafa curaba mis enfermedades y me permitía mejorar mi carácter. Pasaron dos horas. Me dijo: "Ya puedes irte a casa".

Yo no creía lo que oía, así que seguí hablando con él. Volvió a decir: "Ya puedes irte a casa".

"Entonces me iré", respondí, aún sin creer que me dejaran ir sin más.

"Vete", sonrió, "no pienso servirte la cena aquí".

Mi mujer, que estaba llorando en casa, se sorprendió mucho cuando aparecí: "¿Cómo es que has vuelto? No te he preparado la cena".

No podíamos entender por qué me habían soltado en ese momento. Después de comprender lo que significa la cultivación durante el periodo de la rectificación del Fa, nos dimos cuenta de que había cumplido los requisitos: aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes. En ese momento no tuve miedo y conté a la gente los beneficios que me aportó Dafa. El Maestro resolvió entonces la tribulación.

No huir ante un posible arresto

Mi empleador envió a un colega mío que también practicaba Dafa a un centro de lavado de cerebro en junio de 2003. Otro practicante me dijo que había oído que también planeaban llevarme allí y me sugirió que abandonara la ciudad para evitar ser arrestado.

Fue una prueba de xinxing para mí. Acababa de ser liberado hacía unos meses después de cumplir tres años de prisión por practicar Dafa. Tenía miedo de que me arrestaran de nuevo. Pero, ¿dónde podía esconderme y durante cuánto tiempo?

Lo hablé con mi esposa y decidí que no debía esconderme. No solo no debía esconderme, sino que debía enfrentarme directamente al mal.

Mi esposa y yo fuimos a ver al jefe de la Oficina 610 de nuestro lugar de trabajo. Le dije que había oído que planeaban detenerme y le señalé que la persecución era ilegal.

No pudo decir mucho, pero prometió que no había tal plan.

Al final no me pasó nada.

El Maestro dijo:

“… por eso se dice que la cultivación depende de uno y el gong depende del shifu.Tú mismo solo tienes este tipo de deseo y piensas de esta manera, pero ese asunto verdadero es hecho por el shifu” (Segunda Lección , Zhuan Falun)

No permitir que la policía saquee mi casa

Una noche de 2005 alguien llamó a nuestra puerta. Abrí la puerta interior (las familias chinas suelen instalar dos puertas para evitar robos o atracos) y vi a varios policías fuera. Dijeron que venían a comprobar el registro de nuestra vivienda.

Recordando las palabras del Maestro sobre no cumplir con el mal, les pregunté: "¿Por qué no vinieron de día sino de noche?".

Entonces dijeron que estaban aquí para saquear mi casa y presentaron una orden de registro en blanco.

Les interrogué: "¿Cómo pueden allanar la casa de la gente con una simple orden de registro en blanco? Díganme qué delito he cometido para que tengan que registrar mi casa. ¿Tienen una orden?".

No pudieron responder, pero me amenazaron con que si no abría la puerta, entrarían a la fuerza.

"Entonces están violando la ley al entrar en una propiedad privada".

Mi esposa abrió la ventana y gritó: "No se ocupan de los verdaderos delitos, sino que atacan a la gente buena".

La policía se fue. Mi esposa volvió a gritar: "¡No persigan a la gente buena!".

Más tarde nos enteramos de que un practicante de nuestro barrio abrió la puerta a la policía y sufrió pérdidas.

"El Maestro nos cuida de verdad", me dijo mi esposa. Recordó que un practicante anciano vino a nuestra casa horas antes de la fallida redada policial. Le dijo al practicante que tenía mucho miedo. Él le dijo: "¿Qué hay que temer? Estamos en un camino divino y la policía es humana". También compartió sus pensamientos y acciones cuando se enfrentó a la policía y a las autoridades. Fue bastante alentador para ella. Al salir, volvió a decir: "Recuerda que estamos en el camino divino y que ellos son humanos". Dijo que el anciano practicante no solía hablar mucho y se preguntaba por qué se puso tan hablador ese día, cuando la policía llamó de repente a la puerta. "¡Todo era para nosotros!", dijo.

La policía también intentó acosarnos en 2015 cuando presentamos la demanda contra Jiang Zemin, el jefe del régimen comunista que lanzó la persecución contra Falun Dafa. Con la comprensión justa del Fa, jugamos el papel del actor principal—aprovechamos la oportunidad para aclararles la verdad de Dafa y entonces ya no fueron malvados con nosotros.

Lo mismo ocurrió durante la campaña de acoso "reducción a cero" de este año, cuando las autoridades trataron de obligar a todos los practicantes de las listas del gobierno a renunciar a su fe.

A lo largo de estos años de cultivación, mi esposa y yo llegamos a este entendimiento: podemos enfrentarnos a situaciones peligrosas y difíciles durante la cultivación, pero mientras creamos firmemente en Dafa, dejemos de lado nuestro miedo y otros apegos, y cumplamos nuestra misión, ¡el Maestro nos ayudará a superar las dificultades!

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