(Minghui.org) Mi familia y yo comenzamos Falun Dafa hace 25 años. Desde entonces, el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa, ha mejorado y renovado nuestras vidas. Todo lo que quiero decir es que poder practicar Falun Dafa es lo mejor que me ha pasado.

Antes de practicar Falun Dafa, las articulaciones de mis manos estaban gravemente deformadas. Tenía dolor de estómago, indigestión y un trastorno neurótico. Iba a los médicos tan a menudo que la mayoría de los médicos y enfermeras me conocían. Ninguna de las inyecciones y medicamentos que tomaba me ayudaba. El dolor me impedía dormir bien, por lo que siempre estaba pálida y tenía ojeras.

Quería acabar con mi vida, porque sabía que nada iba a ayudarme, pero una compañera de trabajo me dio un ejemplar de Zhuan Falun en mayo de 1997. Me contó cómo su cáncer de estómago y otras enfermedades desaparecieron después de empezar a practicar Falun Dafa. Con el cerebro lavado por las doctrinas ateas del Partido Comunista Chino, yo solo creía en la ciencia y no en los milagros, pero era consciente de que mi compañera de trabajo se había recuperado de un cáncer de estómago en fase avanzada. Tomé el libro.

Me costaba mucho conciliar el sueño, incluso cuando estaba terriblemente cansada. Un día, antes de dormir la siesta por la tarde, por curiosidad, abrí Zhuan Falun y leí algunas páginas. Me quedé dormida. Cuando me desperté, había dormido más de cinco horas. Al día siguiente volví a tomar el libro Zhuan Falun. Leí unas cuantas páginas y volví a quedarme dormida y me desperté cuatro horas más tarde. Ningún somnífero podía ayudar a mi insomnio, y ahora dormía profundamente durante el día y seguía siendo capaz de conciliar el sueño por la noche. Que eso ocurriera solo por leer el libro me sorprendió.

A la mañana siguiente, cuando solo estaba medio despierta, vi un Fo dorado y transparente delante de mí, lo que me despertó del todo. Parpadeé un par de veces y el Fo permaneció a un metro de distancia sobre mi cabeza. Pude verlo claramente y se quedó conmigo durante más de un mes. Pregunté a una practicante qué pasaba y me dijo que quizá había visto al Fashen del Maestro. En aquel momento no sabía lo que era un Fashen y no le creí del todo, hasta que un día vi una foto en Falun Gong del Maestro sentado en una roca, meditando. Tenía exactamente el mismo aspecto que el Fo que yo veía. Esto echó por tierra mi creencia en el ateísmo.

A medida que estudiaba más las enseñanzas y mejoraba mi carácter según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, todas mis enfermedades desaparecieron. No hay palabras para expresar mi gratitud a Shifu.

Quise dar a conocer a mi familia una práctica tan asombrosa y le puse a mi madre las conferencias del Maestro todos los días. Un día me dijo: "Sentí calor cuando escuché las conferencias, incluso después de quitarme la chaqueta y tener solo una camisa fina puesta. Caliento la cama por la noche".

Le dije que el Maestro se ocupaba de ella como discípula. "Estudiemos juntos el Fa", le sugerí. Mi madre nunca fue a la escuela y ni siquiera sabía escribir su nombre. La dejé leer un poco por su cuenta durante el estudio del Fa en grupo. Estudiaba el Fa por su cuenta durante el día, y cuando se encontraba con palabras que no conocía, pedía ayuda al Maestro. En menos de un mes ella podía leer todo el libro Zhuan Falun sola.

Los coágulos de sangre en el cerebro de mi madre y su enfermedad del corazón, los dolores de estómago, los dolores de cabeza y las cataratas desaparecieron antes de que ella se diera cuenta. Con sus cataratas, la mitad de su lente se había nublado. Cuando empezó a practicar, una sustancia parecida al pus le salía de los ojos. Poco a poco se fue diluyendo como las lágrimas. Al cabo de un año, las cataratas desaparecieron y sus pupilas eran oscuras y claras. Eso impresionó a sus vecinos, que quedaron impresionados por los efectos curativos de Falun Dafa.

Mi hermano menor trabajaba en una obra de construcción y un trozo de panel de hormigón cayó desde el sexto piso sobre su espalda. Quedó inconsciente y fue trasladado al hospital. El médico dijo que estaría postrado en la cama el resto de su vida porque el hormigón le había aplastado un segmento de la columna vertebral. Cuando le dieron el alta, intentó dar algunos pasos, pero el dolor le hacía sudar profusamente y su cara se volvía pálida.

Le pedí a mi hermano que practicara Falun Dafa con mi madre y conmigo. Después de estudiar las enseñanzas y hacer los ejercicios durante seis meses, a mi hermano ya no le dolía la espalda. Se recuperó de la lesión y desde entonces está sano. Tiene más de 60 años y puede cargar dos bolsas de arroz de 50 kg cada una para subir siete pisos. Le dice a todo el mundo: "Falun Dafa tiene poderes divinos".

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