(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1998. He tropezado durante más de veinte años para llegar a donde estoy el día de hoy. Permanecí detenido ilegalmente durante, aproximadamente, dos años. No obstante, nada pudo hacerme cambiar de decisión. Siempre he querido seguir practicando con firmeza y seguir al Maestro de vuelta al hogar.

Superando el miedo

En 2019, cuando estaba repartiendo información de aclaración de la verdad, alguien que no conocía la verdad sobre Falun Dafa me denunció a las autoridades. Nos arrestaron a otro practicante y a mí, y nos llevaron a un centro de detención.

Volvimos a casa al cabo de año y medio. Inmediatamente me uní al grupo de estudio del Fa. Pero el miedo a que me persiguieran era tan intenso, que me seguía como si de mi sombra se tratase.

Antes del arresto, esclarecía la verdad cara a cara para salvar a la gente, pero ahora ni siquiera me atrevía a abrir la boca. De hecho, tenía tanto miedo que incluso cuando salía a repartir folletos me disfrazaba. Me aterrorizaba que me reconocieran. Llevaba varios sombreros para cambiármelos. Lo hacía todo con miedo.

Leí un artículo de intercambio de experiencias en la web de Minghui. Un practicante describía cómo los policías, que sabían la verdad, protegían a los practicantes de Dafa de la persecución. Por lo que decidí enviarle una carta de aclaración de la verdad al funcionario que se ocupó de mi caso, con la esperanza de que no participase en la persecución y escogiera disfrutar de un destino mejor.

Mi intención era muy pura, lo hice por el bien del policía. Ese día después de estudiar el Fa, envié la carta. No obstante, después de enviarla mi miedo volvió. Afloraron muchos pensamientos negativos, comencé a imaginarme que el policía iba a suponer que era yo quién le había enviado la carta, y que además, conocía mi dirección. ¿Y si me vigilaban y rastreaban? Cada día iba al grupo de estudio a la misma hora, ¿No conllevaba esto cierto factor de inseguridad para los demás practicantes? Cuanto más pensaba en ello, más miedo tenía. Sentía que el peligro iba a sobrevenirme muy pronto, así que limpié mi estancia y escondí los libros de Dafa. Como no podía dormir me levanté para enviar pensamientos rectos.

Solo entonces se me ocurrió enviar pensamientos rectos para disolver mi miedo. Como este miedo no era mío, no lo reconocí. Trataba de salvar al policía enviándole una carta, por lo que nuestra relación consiste en salvar y ser salvado, no en perseguir y ser perseguido. Soy un discípulo de Dafa que transita el camino divino. Solo sigo el camino de cultivación que planeó el Maestro. Las viejas fuerzas no pueden usar cualquier excusa para interferirme o ponerme a prueba, ya que no pueden alcanzarme. Además de enviar pensamientos cuatro veces al día, lo hacía dos veces más. Gracias al constante envío de pensamientos rectos, mi campo dimensional se volvió mucho más limpio.

Un día, esclarecí la verdad en un hospital, a dos personas que parecían ser madre e hija. La madre estaba tumbada en el regazo de su hija y miraba el teléfono. Me senté junto a la hija y comencé a hablarles. La hija escuchaba con atención por lo que decidí hablar un poco más. Mencioné la escenificación de "la autoinmolación de la plaza de Tianamen”. Además, hablé de los anteriores movimientos políticos violentos del Partido Comunista Chino (PCCh) que perseguían a la gente buena. Por último, saqué el tema de la persecución de Falun Dafa. Después, la ayudé a renunciar a las organizaciones juveniles del PCCh.

Entonces me di cuenta de que en el teléfono móvil de su madre había una foto mía. Como estaba centrado en esclarecer la verdad no le había prestado mucha atención a la madre. Solo cuando llegué a casa comprendí que me había estado grabando. Mi miedo volvió, rápidamente fui al retrato del Maestro y le pedí que me ayudara a resolver la tribulación. Al momento, recordé que soy un discípulo de Dafa y que el Maestro me otorgó poderes sobrenaturales. Inmediatamente envié pensamientos rectos, incluyendo uno para borrar la grabación.

En ese momento, sentí que mis pensamientos rectos eran muy fuertes. No obstante, ahora que miro atrás, me doy cuenta de que esa fue otra forma de reconocer la persecución. Si pudiera ver las cosas desde la perspectiva del Fa, no debería reconocerla en absoluto; no puede alcanzarme y no puede interferirme de ninguna forma. No se le permite a los seres conscientes cometer crímenes contra el Fa. Soy un discípulo de Dafa, así que ¿cómo podría esto interferir conmigo?

Cuando miré hacia adentro, vi que mi campo dimensional aún no estaba limpio y que había sustancias de miedo. Eran las viejas fuerzas tratando de evitar que salvara a la gente. Necesitaba no reconocer a las viejas fuerzas, eliminar la causa del miedo y erradicarla completamente. Tomé esta experiencia, como si se tratara de una fase de mi mejoramiento. Debía ser positivo, buscar la ayuda de lo divino y fortalecer mi fe recta.

Como estudio constantemente el Fa, envío pensamientos rectos y descarto el miedo, mis pensamientos rectos se fueron tornando cada vez más y más fuertes. Ahora puedo esclarecer la verdad cara a cara de nuevo, y he dejado de tener miedo cuando reparto materiales de aclaración de la verdad.

El poder de los pensamientos rectos

De repente empezó a dolerme uno de mis dientes de atrás. Al principio no le hice mucho caso. Comenzó a dolerme una parte de la cabeza y las dos orejas. No podía comer ni dormir, así que debía eliminar esto y no dejar que me interfiriera. Envié pensamientos rectos varias veces. Después de un rato dejó de dolerme el diente.

Cuando hago los ejercicios uso un pequeño reproductor de audio. Había dos botones que no funcionaban bien, envié pensamientos rectos para comunicarme con ellos: “Son seres que han venido para Dafa, y me acompañan mientras hago los ejercicios. Hacen mucho, son muy afortunados y deseo que me acompañen hasta el momento que retorne a mi hogar. Ahora están en un estado incorrecto, por favor usen Dafa para corregirlo rápidamente. Yo también tengo un margen para la mejora. Debemos corregirnos con Dafa. Recuerden: ‘¡Falun Dafa es bueno y Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!’”. Al día siguiente el reproductor de música funcionaba perfectamente.

También tengo un teléfono móvil que uso cada día para que me recuerde el horario del envío de pensamientos rectos y para hacer los ejercicios. Se cayó al suelo y dejó de emitir sonido, por lo que solo lo uso en modo vibración. A veces, no me daba cuenta del aviso de la noche. Varias veces hablé con el teléfono: “Fue mi error, te he roto accidentalmente y te pido disculpas, espero que te recuperes lo antes posible. Me resisto a renunciar a ti, por favor rectifícate con Dafa”. Ahora mi teléfono funciona correctamente.

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