(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1997 y fui funcionaria pública antes de jubilarme. Dafa y el Maestro Li, el fundador de Falun Dafa, me dieron una segunda vida.

Practicar Dafa mejoró mi salud física y mental

Antes de practicar Falun Dafa, llevaba mucho tiempo padeciendo enfermedades: mi estómago estaba inflamado; mis periodos menstruales duraban una semana entera con fuertes sangrados, y también tenía herpes, que era muy doloroso. Iba al hospital con frecuencia.

En 1997, tuve el privilegio de aprender Falun Dafa. Después de eso, viví en estricta conformidad con los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Al seguir practicando Dafa, mi estado mental y mi cuerpo cambiaron drásticamente, y todas mis enfermedades se curaron.

Así como mi cuerpo mejoraba, mi bienestar mental mejoraba también. Mi yo enfermizo ya no estaba. La paciente de tanto tiempo se convirtió en una persona sana, activa y energética. Podía estar ocupado todo el día sin sentirme cansada. La comida sabía mucho mejor. Estaba a gusto y mi cuerpo se sentía ligero.

En el lugar donde trabajaba antes de jubilarme, era una empleada clave. Tomaba las ganancias y las pérdidas personales ligeramente. Una vez en mi oficina, tuvimos que elegir a una persona de entre más de 30 para ser el jefe de personal, así que votamos en secreto y gané. Una de mis compañeras de trabajo se enfadó por no haber sido elegida. No podía soportar verla disgustada, así que le dije a nuestro director que le diera el puesto. Me dijo: "¿Cómo puedes ser tan estúpida? Todo el mundo ve lo mucho que haces. Es evidente para todos". Con todo y eso, acabaron dándome el puesto a mí.

Había un viejo secretario del Partido en el condado, a quien con frecuencia le contaba los hechos acerca de Dafa. Él vio con sus propios ojos mi constante estado mental positivo durante décadas, fue testigo del milagro de Dafa, y en su corazón comprendió que Falun Dafa es bueno.

Enfermedad terminal después de alejarse de Dafa

El 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino, dirigido por Jiang Zemin, comenzó a perseguir a Falun Dafa, y todos los medios de comunicación del país calumniaron la práctica para justificar la persecución.

Esa noche, otros practicantes y yo fuimos detenidos en la comisaría y se nos obligó a tomarnos fotos. A la mañana siguiente no nos soltaron, así que llamé a mi lugar de trabajo y mi jefe envió a alguien para que nos llevara de vuelta.

En los días siguientes me hostigaron y amenazaron constantemente, y registraron mi casa. Ante un gobierno tan horrible, yo tenía miedo. Para mantener mi trabajo y vivir en paz, dejé Dafa. Al cabo de un tiempo, volvieron los problemas de salud que había tenido antes: se me volvió a distender el estómago, me dolía todo y estaba débil.

En 2002, después de no haber practicado durante más de un año, me diagnosticaron un cáncer de endometrio. Después de que me extirparan el útero y los ganglios linfáticos, me dolía todo y estaba tan débil que permanecía postrada en la cama. Incluso en verano, tenía que llevar blusa y pantalones forrados de algodón, y un sombrero.

Estuve así durante más de un año, viviendo una vida que era peor que la muerte, mientras sufría dolor físico y angustia mental.

Experimenté el milagro de Dafa de nuevo

Estaba desesperada y el compasivo Shifu no se dio por vencido. Una compañera practicante me vino a ver y me persuadió de volver a la cultivación.

Después de la operación, no podía sentarme en la posición de loto. Si lo hacía, me dolía el abdomen. Le dije que no podía hacerlo. Me animó y me dijo: "Si sólo añades un minuto cada día, serás capaz de cruzar las piernas durante cinco minutos en cinco días".

Con la bendición de Shifu y el ánimo y la ayuda de esa practicante, finalmente superé el dolor. Pude volver a sentarme en la posición de loto para hacer el ejercicio de meditación. A partir de entonces, hice los ejercicios y leí los libros de Dafa todos los días. Mi salud mejoró gradualmente. En menos de dos meses, me había recuperado por completo.

Una vez más, se me mostró el poder milagroso de Dafa. Agradezco desde el fondo de mi corazón al Maestro y a Dafa, porque fueron Dafa y el Maestro quienes me dieron una segunda vida.

Negación de la persecución por el jefe de la oficina 610

Una vez, antes del Año Nuevo Chino, salí de la ciudad para entregar unas mercancías a un amigo. Cuando llegué, mi hijo y mi nuera me llamaron asustados, preguntando dónde estaba, porque los nuevos responsables en mi trabajo querían verme. Volví corriendo a la oficina y me reuní con ellos. Ya les había aclarado los hechos sobre Dafa, por lo que normalmente me trataban muy bien. Durante nuestra conversación, entró el jefe de la Oficina 610 y me di cuenta de que él estaba detrás.

Le aclaré los hechos de Dafa y le dije: "Si vuelves a amenazar a mi familia o les pasa algo, tendrás que responder ante mí. Además, me he enterado de que criticas lo bien que me pagan. Trabajo duro y me pagan lo que merezco".

Después de eso, cada vez que volvía a ver al jefe de la Oficina 610, siempre me saludaba cordialmente, me estrechaba la mano y hablaba de mi buena salud.

Trabajar con compañeros practicantes para aclarar los hechos

Desde hace más de diez años, voy al campo con compañeros practicantes para distribuir material informativo sobre Dafa. Dos o tres días antes de ir, enviamos pensamientos rectos para eliminar las

interferencias del mal de otras dimensiones, de modo que la gente esté más dispuesta a aceptar nuestros materiales.

En el tiempo en del trabajo agrícola, vamos a los campos para distribuir los materiales. Muchos aldeanos están ávidos por recibirlos. Una vez, un aldeano dijo: "Llevo mucho tiempo buscándolos. Muchos de nosotros queremos sus materiales". Cuando vimos el anhelo de la gente por conocer la verdad, nuestro cansancio y sufrimiento se desvanecieron, porque lo hacíamos para que aclaren sus ideas erróneas y que conozcan la verdad.

Cuando se celebraban las ferias locales, íbamos a los mercados para distribuir materiales, aclarar los hechos sobre Falun Dafa y animar a la gente a abandonar el PCCh. Buscamos las fechas de las ferias en todos los pueblos y visitamos cada uno de ellos.

Una vez nos faltaron pensamientos rectos y nos asaltó el miedo cuando vimos a las multitudes.

De repente recordé las palabras del Shifu:

“Si tienes miedo, te capturan Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban” (Por qué temer de Hong Yin II https://es.falundafa.org/docs/hy2_txt.pdf)

Mis pensamientos rectos surgieron de repente, y el miedo desapareció. En poco tiempo, distribuí docenas de los DVD que tenía y la gente me pedía más.

Algunas veces en el campo, íbamos de puerta en puerta para distribuir recuerdos y animar a la gente a renunciar al PCCh. En la ciudad, solíamos salir dos horas al día para hacer llamadas telefónicas de aclaración de la verdad. Para evitar que la policía nos siguiera, hacíamos las llamadas mientras caminábamos, hiciera el tiempo que hiciera.

Ahora tengo 76 años, pero mi pelo sigue siendo negro y brillante, con sólo unas pocas canas. Camino con gran energía y estoy feliz todo el día. Con una tez sonrosada, no aparento en absoluto mi edad. Los compañeros de trabajo que no me ven desde hace años se asombran y me preguntan cómo me he mantenido tan saludable. Yo les digo: "El secreto de mi salud es la práctica de Falun Dafa".

En el camino de cultivación, he sido muy activa en hacer cosas para aclarar los hechos sobre Dafa en todo momento, escuchando las palabras de Shifu, y manteniéndome diligente en el camino hacia la Divinidad. Gracias, Shifu.

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