(Minghui.org) Me sentí muy preocupada; aquí soy una cultivadora de Falun Dafa, pero a menudo actúo mal en mi vida diaria debido a la envidia. He mirado en mi interior y he descubierto este apego en mí, pero el problema sigue surgiendo inadvertidamente.

Mientras recitaba repetidamente de memoria el artículo Grado de conciencia del Maestro Li, me pregunté: "Puesto que me he comportado mal, y la envidia hace que una persona haga el mal, ¿tengo una envidia fuerte?".

El Maestro dijo:

“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente” (Escrituras esenciales para mayor avance).

Pero no parecía tener una envidia fuerte. Mi familia y mis colegas decían que yo era más bien desinteresada. Así que empecé a memorizar la sección Corazón de envidia de Zhuan Falun, con la esperanza de encontrar mi respuesta. Mientras lo recitaba, me di cuenta de que no es que no tenga envidia, sino que no tengo claro qué es la "envidia".

Siempre pensé que la envidia estaba relacionada con la sensación de desequilibrio en el corazón. Por ejemplo, normalmente estoy muy ocupada en el trabajo. Luego, cuando llego a casa, tengo que cuidar a dos niños, ayudarlos con sus estudios, lavar la ropa, preparar la comida y hacer las tareas domésticas. Cuando termino de hacer todo eso, ya son más de las once de la noche.

Sin embargo, cuando mi marido llega a casa del trabajo, lo único que hace es tumbarse en la cama y jugar con su teléfono. No se preocupa de los niños ni de las tareas domésticas. Además, yo tengo que hacer todo a la vez. ¿Cómo puedo sentirme equilibrada en mi corazón? No solo eso, mi marido incluso se queja de que no educo bien a nuestros hijos. También me critica a menudo. A veces me sentía tan agraviada que gritaba o perdía los estribos de una manera notable. Sin embargo, no entendía de qué estaba envidiosa. ¿Estaba envidiosa de que mi marido llevara una vida cómoda? Seguía sintiendo que no había identificado la parte crítica del problema.

Continué memorizando esta sección del Fa. Cuando encontré: "Esto tiene alguna relación con la doctrina del igualitarismo absoluto llevada a cabo en el pasado" (Séptima Lección, Zhuan Falun), en cierto modo comprendí.

En lo más profundo de mi mente, todavía quedaba algo del igualitarismo absoluto que el Partido Comunista Chino (PCCh) inculcó en la mente de la gente. Además, hay un feminismo que aún no se ha eliminado del todo. Yo pensaba que los hombres y las mujeres debían ser iguales, por lo que debían hacer la misma cantidad de trabajo. Por eso siempre me he sentido desequilibrada. ¿No es esto envidia? De repente vi un poco la luz.

Al seguir memorizando, descubrí que el malestar que sentía por mi marido también está relacionado con "Una persona común no puede ver este punto y siempre siente que debe hacer exactamente las cosas que ella misma piensa que debe hacer" (Séptima Lección, Zhuan Falun) Pensé que no debería tener que hacer tanto trabajo. A través de este proceso, encontré un antiguo corazón de resentimiento.

Atravesé muchos años como estudiante y muchas dificultades para obtener un doctorado. Mientras buscaba un trabajo, como ya había empezado a cultivarme en Dafa en ese momento, sabía que no debía enfatizar la fama y la ganancia personal. Así que cuando la escuela secundaria me ofreció un trabajo, lo acepté.

Más tarde, recibí una segunda oferta para un puesto que me favorecía, pero fijé mis normas basándome en los principios de Dafa. No podía faltar a mi palabra con la escuela secundaria y por eso rechacé esa oferta. Ahora, cuando pienso en ello, no alcancé el estado de no ser perturbada por la segunda oferta. En realidad, no me había cultivado a un nivel tan alto para entonces; tuve que forzarme a dejar pasar esa oportunidad.

Cuando empecé a trabajar en la escuela secundaria, el director de la escuela dispuso que también fuera a una escuela primaria para enseñar una asignatura menor, y que me encargara de los laboratorios de ciencias (preparar experimentos, hacer recados y hacer trabajos ocasionales para otros). En un principio, se suponía que iba a impartir las asignaturas del examen de acceso a la enseñanza secundaria. Cuando me enteré de estas obligaciones adicionales, me sentí muy molesta.

También sabía que se trataba de una prueba. A pesar de que intenté deshacerme de este resentimiento diciéndome que podía hacer el trabajo sin importar mi posición, seguí tropezando y luchando.

Ahora veo que pensaba que una persona con un doctorado debía hacer lo que hace un doctor. Tal vez mi vida estaba destinada a trabajar como profesora de secundaria, dirigir los laboratorios y hacer trabajos esporádicos. En ese caso, ¿por qué habría de sentirme desequilibrada? En ese momento, sentí que se había quitado una gran parte de la piedra que pesaba en mi corazón desde hacía tantos años; me sentí relajada.

Cuando me ofrecieron ese trabajo ideal, se lo recomendé a mi compañero de clase. Más tarde vino a darme las gracias. Puede que ese trabajo le perteneciera a él en primer lugar, ya que tenía afinidad con él. El Maestro aprovechó esta situación para ayudarme a deshacerme de la envidia. Después de entender esto, sentí que mi envidia se hizo más leve. ¡Gracias, Maestro!

Recuerdo que mi marido me decía a menudo: "¿No puedes alabar un poco a los demás? Siempre te estás elogiando a ti misma". Antes, siempre pensé que ese sentimiento de superioridad respecto a los demás era una forma de mentalidad de ostentación, y no podía deshacerme de él. Ahora entiendo que en realidad es una muestra de envidia. Siempre encontré una excusa para mí, pensando que elogiar a los demás era demasiado sentimental. ¿No es esto también no soportar ver a los demás hacerlo bien?

Además, cuando estoy recitando el Fa, siempre soy un poco más rápida que mi madre, una compañera practicante, por lo que me siento feliz. Cuando estoy conduciendo y alguien se cruza en mi carril delante de mí, me siento inmediatamente molesta. ¿No son todas estas muestras de envidia? Cuanto más pensaba en ello, más me avergonzaba de mí misma. Ahora que me doy cuenta de que tengo tantos elementos de envidia profundamente arraigados, me siento muy angustiada.

He estado recitando los pasajes anteriores del Fa durante unos días y he memorizado casi por completo la sección sobre la envidia. Comprendo que este sentimiento molesto y el deseo de rivalizar con los demás provienen de un egocentrismo profundamente enraizado. Pero todo esto no es mi verdadero yo. Quiero aprovechar cada oportunidad cuando me sienta molesta, buscar en mi interior la razón y deshacerme de ella poco a poco. Creo que si me deshago de mi apego a la envidia de esta manera, hay una alta probabilidad de que tenga éxito.

Lo anterior es mi experiencia durante mi proceso de memorización del Fa. Por favor, indíquenme si hay algo para mejorar.

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