(Minghui.org) Tuve muchos altibajos en mis 25 años de practicar Falun Dafa. Sin embargo, cuando miro hacia atrás mi increíble camino, desde lo más profundo de mi alma, tengo una gratitud tan indescriptible y profunda por Dafa y el compasivo Shifu (Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa). La elección de practicar Falun Dafa fue la mejor y más bendecida elección que hice.

Una dura crianza

Cuando tenía tres años, debido a la pobreza desesperada, mis padres me dieron en adopción. Mi tía me acogió y me crió. Hice todo lo que pude para complacerla. Criábamos todo tipo de animales domésticos y de granja. Todos los días me levantaba temprano y recogía plantas. Las cortaba y daba de comer a los animales.

Mi tía falleció cuando yo tenía 14 años y mi tío se jubiló tres años después. A los 17 años, ocupé su puesto en el trabajo y me convertí en obrera textil. Dos años después me diagnosticaron tuberculosis y estuve a punto de morir.

Éramos pobres y trabajé duro para mantener a mi familia. El matrimonio parecía imposible, pero no quería que mis compañeros de trabajo murmurasen y difundiesen feos rumores sobre mí. Me casé a los 30 años con un hombre que también era de una familia pobre. No podíamos permitirnos una casa propia, así que vivíamos con su familia, incluido su hermano pequeño, su madre y su padre, que sufría las secuelas de un derrame cerebral.

Influido por la moral en declive de la sociedad, mi marido desarrolló muchos malos hábitos. Le gustaba reunirse con sus amigos para beber y apostar su dinero. Incluso contrataba prostitutas. Una vez, poco después de nuestra boda, intenté impedirle que saliera. Me agarró del pelo y me dio un puñetazo en la cara justo enfrente de nuestro edificio con todos los vecinos mirando.

Descontenta por un matrimonio tan disfuncional, decidí contraatacar. Pensé: "La próxima vez que discutamos lo apuñalaré. De todos modos, ya terminé con esta horrible vida". Tal vez mi marido percibió que no veía ninguna esperanza en él ni en nuestro matrimonio. Llevaba su paga directamente a una casa de juego cada mes y no volvía a casa hasta que se acababa el dinero.

Para poder pagar la comida a sus padres, tuve que aceptar un segundo trabajo. Salía de casa a las 3:30 de la mañana cada día y no llegaba a casa hasta las 8 de la tarde. Me preocupaba constantemente por llegar a fin de mes, soportaba los abusos de mi marido y criaba sola a nuestro hijo. Al estar en un hogar multigeneracional, también me preocupaba que nos echaran cuando mi cuñado se casara. Vivía con ansiedad y miedo constantes.

Un día me desmayé. El médico me dijo: "Hoy vi a muchos pacientes, pero usted es la más enferma. Tienes que ser hospitalizada". Le dije: "Tengo que trabajar". El médico me dijo: "No podrás trabajar a partir de ahora. No pienses en ganar dinero". Le dije tranquilamente a mi hermana: "Vamos a casa. Si me muero, me muero". Mi hermana me recordó: "Todavía tienes a tu hijo. Piensa en tu hijo".

Viajé a otra ciudad en busca de tratamiento en un hospital especializado en enfermedades renales. En el transcurso del tratamiento, experimenté náuseas y diarrea graves y no pude retener ningún alimento.

También visité a una curandera con capacidades sobrenaturales. Me dijo: "Tienes problemas con la tráquea. La mitad de tu riñón izquierdo está muerto y el derecho está aún peor. Ningún hospital puede curar unos riñones tan gravemente dañados. Solo puedes intentar que no empeore". Acudí a un médico de medicina china y acabé gastando 500 yuanes por solo dos semanas de hierbas medicinales. Mi marido solo ganaba 700 yuanes al mes.

Caí en un estado de completa desesperación y no tenía la voluntad de seguir adelante.

Empecé a practicar Falun Dafa

Mi hijo de 2 años estaba jugando en el balcón un día de 1994. Entró y me dijo: "Mamá, hay una persona sin cabeza en el balcón". Hacía tiempo que había sido adoctrinada por la ideología atea del régimen comunista y, por tanto, no creía en ningún Dios ni en los fantasmas. Le regañé: "¡Deja de decir tonterías!". Después de eso, mi hijo no se atrevía a quedarse solo en nuestra habitación. Siempre decía: "Hay una sombra oscura ahí dentro".

Las numerosas enfermedades que padecía me debilitaban enormemente y me costaba dormir.

Cuando estaba hospitalizada, la nuera de un paciente mayor nos dijo: "Hay gente que practica Falun Dafa cerca de la calle Huanchen. He oído que alguien con cáncer de garganta se curó después de tomar la práctica". Con el cerebro lavado por las creencias ateas del PCCh (Partido Comunista Chino), no me creí nada. Me burlé de ella: "¿Cómo es posible? ¿Agitar los brazos puede curarte? Eso es ridículo".

Unos días después me enteré de que una pareja de ancianos que vivía en el piso de abajo también practicaba Falun Dafa. Muy pronto, mi suegra también empezó a hacer los ejercicios. Cuando puso la música para la meditación sentada, no quise escucharla. Me levanté y cerré la puerta de mi habitación.

Mi suegra me mostró un día su ejemplar de Zhuan Falun y dijo: "Vamos a preguntarle a tu hijo. ¿No es hermoso este libro?". Mi hijo señaló el Falun en la portada e hizo movimientos circulares con el dedo: "Mamá, está girando así". Le dije: "Lo estás haciendo mal. Está girando así". Negó con la cabeza: "No. Está girando así. Todos los símbolos giran". Pensé: "Solo tiene tres años. No puede estar mintiendo".

Sentí curiosidad por Dafa. Pensé que si otros se curaban practicando Falun Dafa, yo también debería probarlo. Una mañana a principios de abril de 1996, mi hijo y yo fuimos a un sitio de práctica junto al río y comencé mi camino en la cultivación de Dafa.

Todo cambia para mejor

Leía el Fa todos los días. Escuché las cintas de audio de las conferencias de Shifu y vi las cintas de video de los seminarios de enseñanza del Fa de Shifu. La cultivación se convirtió en una parte integral de mi vida. Al leer las enseñanzas, aprendí el verdadero significado de la vida. Cuando miré hacia atrás las dificultades y el dolor que había sufrido antes de empezar a practicar, no me parecieron tan malos. Cuando me encontré con problemas, supe que era el momento de mejorar mi xinxing.

Un día, mientras charlaba con mi suegra, me di cuenta de repente de que mi hijo había desaparecido. Me apresuré a entrar en nuestra habitación y lo encontré profundamente dormido en la cama. Recordé cómo le daba miedo quedarse solo en esa habitación. Desde que comencé a cultivar Dafa, Shifu limpió nuestra casa y eliminó todos los malos espíritus y otros seres que no podíamos ver. En ese momento, toda la ideología atea y las mentiras del PCCh fueron limpiadas de mi mente.

Para tener una vida familiar armoniosa mientras se vive con los suegros, el primer requisito es la "Tolerancia". Una mañana, al volver después de hacer los ejercicios, mi suegra me dijo de golpe cosas poco razonables y duras. Mantuve la calma y la dejé terminar de hablar.

Cuando llegué a casa inesperadamente temprano, escuché a mi suegra y a mi cuñada hablar mal de mí a mis espaldas. Pero actué como si no hubiera pasado nada. La hostilidad se agravó más tarde. Una vez, mi suegra irrumpió en mi habitación y me gritó sin motivo. Me tapé la cabeza con la colcha y me mordí la lengua.

El derrame cerebral de mi suegro acabó provocando un deterioro cognitivo y demencia. A menudo hacía cosas extrañas y actuaba de forma irracional. Mi hijo se frustró con él y le gritó un día. Comprendiendo la causa del comportamiento de mi suegro, le expliqué pacientemente la situación y le pedí que se disculpara con el abuelo por ser irrespetuoso.

Cuando mi marido llegó a casa por la noche, ya no me enfadé con él. En cambio, le hablé con un tono tranquilo. Como practicaba Falun Dafa y me esforzaba por mejorar utilizando los principios guía de Dafa, nuestra vida familiar se volvió más armoniosa.

Al cultivarme y mejorar mi xinxing, desaparecieron las numerosas enfermedades que solía padecer. Ya no me compadecía de mí ni sentía que la vida fuera injusta. Todo se volvió natural y sencillo.

Mi madre es una persona amable. Soportó muchas dificultades en su matrimonio con mi padre debido a su mal carácter. Tras dar a luz a seis hijos y criar una familia numerosa, sufrió muchas dolencias crónicas. Su estado llegó a ser tan grave que en el año 2000 sufrió amnesia. Ni siquiera podía recordar cómo se comía una paleta cuando se la daba.

Falun Dafa me ayudó a eliminar gran parte del resentimiento que guardaba hacia mi madre por haberme dado en adopción. La visitaba a menudo y siempre le llevaba dumplings, wontons o bollos al vapor que le preparaba.

Mi madre sabe que, de todos sus hijos, soy la que más se preocupa por ella. También sabía que mis enfermedades habían desaparecido porque practicaba Falun Dafa. Le enseñé a decir: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Ella recita estas frases todos los días.

Durante una de mis visitas, mi madre me contó un incidente en el que mi padre se enfadó mucho por una pequeña cosa. Enfurecido, gritó e insultó a mi madre. Recitando "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", ella se mantuvo tranquila.

Cuando visité a mis padres este mes de marzo, mi madre dijo: "No te preocupes más por mí. Ya no me duele la espalda". Mi madre había sufrido dolores de espalda durante muchos años. Cuando sus hijos la visitaban, siempre nos pedía que le diéramos un masaje en la espalda para aliviar el dolor. Ahora sube y baja al octavo piso con facilidad y disfruta de las visitas diarias a sus amigos del barrio. A menudo presume de mí ante sus amigos: "Aunque la regalé cuando era una bebé, es la única de la que puedo depender".

Tratar a mi esposo con amabilidad

El exjefe del PCCh, Jiang Zemin, lanzó una supresión nacional de Falun Dafa en 1999. El gobierno central utilizó todos sus medios de comunicación estatales para desprestigiar y calumniar la práctica con toda su fuerza. La procuraduría y el sistema legal, la aplicación de la ley y todas las agencias gubernamentales participaban en la persecución a los practicantes de Falun Dafa. Todos los miembros de mi familia se enfrentaron a una elección.

Durante una reunión de todos en la empresa de mi marido, el director dijo su nombre delante de todos y dijo: "Solo tu mujer practica Falun Dafa". Mi marido se sintió muy presionado y me lo contó cuando llegó a casa. Le dije: "Si tienes miedo de que te impliquen, podemos divorciarnos. Seguiré practicando Falun Dafa pase lo que pase".

Le expliqué: "Sabes que mis problemas de salud se resolvieron después de empezar a practicar Falun Dafa. Cuando te enfermas y no tienes dinero para el tratamiento, ¿el PCCh va a pagar tus facturas? Si no practicara Falun Dafa, ¿tendrías todavía una esposa? ¿Tendría nuestro hijo todavía una madre? El PCCh persigue a Falun Dafa para mantener su poder, no le importa en absoluto la gente". Mi marido se quedó callado.

La policía llamó a nuestra puerta una noche a principios de abril de 2002. Mintieron y engañaron a mi marido para que abriera la puerta. Me arrestaron, se llevaron mis libros de Dafa, incluido Zhuan Falun, y le dijeron a mi marido: "Tendremos una charla en la comisaría". Acabé siendo enviada a un campo de trabajos forzados durante tres años.

Cuando volví a casa tres años después, vi el miedo en los ojos de mi hijo. Le dije: "Mamá no se irá de nuevo. No te preocupes". Me abrazó y lloró.

Mi marido se comportaba con total normalidad y nadie podía decir que le pasara nada. Pero nunca trajo su sueldo a casa y ya no dormía en casa. Me quedé impasible ante su comportamiento y no me quejé. Para mantenerme a mí y a mi hijo, acepté un trabajo de limpieza en la calle y trabajé a tiempo parcial como ama de llaves.

Una vez, mi marido fue hospitalizado por una enfermedad. Fui a visitarlo, pero intentó echarme. "¡Fuera!", me gritó. Antes de que pudiera irme, llegó la mujer con la que vivía. Cuando me vio, se dio la vuelta para marcharse. La seguí y le dije: "Vamos a hablar". La mujer y mi marido estaban aterrados. Mi marido se levantó de la cama y nos siguió, pero lo detuve. Quizá percibió que yo estaba tranquila y no era hostil, así que volvió a entrar en la sala.

Antes de practicar Falun Dafa, le dije a mi marido: "¿Quieres abandonarnos? ¡Prefiero que me pegues! No me divorciaré de ti ni dejaré que rompas la familia". Hablé con la mujer durante tres horas. Desde la cultura tradicional hasta lo que significa ser un ser humano, intenté mostrarle que se estaba dañando a sí misma al tener una aventura con un hombre casado. Le expliqué que las buenas acciones son recompensadas, pero las malas son castigadas.

Le conté mi historia, sobre la persona que solía ser, y cómo cambié después de empezar a practicar Falun Dafa. "Como humanos, no podemos pensar solo en nosotros mismos. Tenemos que mantener la familia intacta por el bien de nuestros hijos. Mi marido tiene que cumplir su responsabilidad como padre y yo soy responsable de su futuro". Le pregunté: "Si cae en una enfermedad grave, ¿te harás cargo de él el resto de su vida? ¿Estarás a su lado en las buenas y en las malas?". Le aclaré la verdad sobre Dafa y le dije por qué había que renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Estuvo de acuerdo en renunciar al Partido.

Conseguí mantener la calma hasta que me dirigí a casa. Me sentí herida, traicionada y enfadada. La enorme cantidad de dolor me hizo sentir como si mi corazón sangrara. Sin embargo, en ese momento me vino a la mente el Fa de Shifu:

"Aunque en vuestra cultivación es doloroso deshacerse de vuestros apegos humanos, este es un camino sagrado" (Al Fahui de Ucrania, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).

Me tranquilicé y encontré la paz en mi corazón.

Aunque mi marido seguía sin venir a casa, me traía sus sucios uniformes de trabajo y esperaba que le lavara la ropa. Sus uniformes solían estar cubiertos de virutas de acero, aserrín y arena. La suciedad se secaba en los pliegues y había que enjuagarlos varias veces para sacarlos. Los lavé, los remendé, los doblé ordenadamente y los metí en una bolsa para que los recogiera.

El día antes del cumpleaños de mi marido, le pregunté: "¿Vendrás a cenar a casa mañana?". Me contestó: "Ya veré". Le dije: "Mañana es tu cumpleaños. Haré fideos para celebrarlo". Inmediatamente respondió: "¡Claro!".

Al cabo de un rato, me reuní de nuevo con la mujer y le hablé más de Dafa y de la verdad que rodea a la persecución injusta. Le dije que realmente quería lo mejor para ella. Ella me escuchó atentamente y me dijo: "Te admiro. Si fuera yo, no sería capaz de manejar el asunto de tu marido con tanta calma como tú". Me contó que su marido tuvo una aventura con otra mujer y que, después de divorciarse, tuvo un colapso total.

Mientras escribo este artículo, siento realmente que todos los practicantes y sus familias son bendecidos. Los principios de Dafa nos enseñan a ser buenas personas y a no competir con la gente común por la fama, el amor y el interés propio. Cuando realmente dejamos de lado estas cosas, lo que obtenemos a cambio es mucho más valioso.

Cocinar con el corazón

Un practicante local me ayudó a encontrar un trabajo como cocinera. Trabajé como obrera textil durante años y no era muy buena cocinando, sobre todo porque vivíamos con nuestra gran familia y cocinábamos juntos. Aunque no tenía mucha confianza en mis habilidades culinarias, para ganarme la vida, decidí intentarlo.

Era un pequeño concesionario de vehículos con más de 20 empleados, incluyendo el departamento de ventas y servicio. El trayecto de ida y vuelta era de una hora en bicicleta. Teniendo en cuenta lo lejos que estaba de mi casa, me preocupaba no durar mucho en este trabajo.

Cuando fui a la entrevista, le conté a la propietaria mis preocupaciones. Intentó convencerme de que lo intentara, ya que le resultaba difícil encontrar gente para el puesto. Me enteré de que ninguno de los cocineros que habían contratado se quedaba mucho tiempo: todos renunciaban al poco tiempo.

Los primeros días que trabajé allí, la propietaria me dijo exactamente qué tenía que hacer y cuánto tenía que hacer. Repetía sus detalladas instrucciones una y otra vez. Como cultivadora, sabía que intentaría hacer el mejor trabajo posible y cocinar con el corazón. Cociné como si estuviera cocinando para mi familia.

La dueña dijo que, independientemente de la cantidad de comida que hiciera, siempre se quedaban sin ella. Yo estaba confundida. Le pregunté a uno de los empleados: "Hago la misma cantidad de comida que los anteriores cocineros, ¿por qué no es suficiente?". Se rió: "¡Porque tu cocina es deliciosa! Mira tus platos, están bien hechos. Los chefs anteriores a ti siempre cocinaban demasiado los ingredientes y los platos de patatas estaban blandos como un guiso". Era cierto: freía a fuego fuerte sin usar demasiado aceite, lo que es más sano y la comida sabe mejor.

El dueño a veces traía bollos secos al vapor y la masa estaba dura y agrietada. No eran muy apetecibles. No quería que se desperdiciaran, así que volví a cocer los bollos y los empleados se pelearon por ellos. El dueño se alegró: "¡Su cocina es estupenda!".

La actitud de la dueña hacia mí cambió. Ya no me dictaba qué platos hacer y lo dejaba completamente en mis manos. Había tres mercados de agricultores de camino al trabajo donde siempre encontraba las mejores ofertas de productos. A los empleados les encantaba la comida que preparaba con ingredientes frescos.

Una vez que me asenté en mi papel de cocinera de la empresa, aproveché cada oportunidad para aclarar la verdad a los empleados. Con cada nueva contratación, hablaba con ellos en cuanto podía. La mayoría de los compañeros aceptaron lo que les dije y muchos de ellos optaron por renunciar al Partido y a sus organizaciones juveniles.

Cuando le aclaré la verdad a la propietaria, me dijo: "El PCCh es muy corrupto. Nadie en el Partido es bueno". Su padre también tenía un pequeño negocio en la capital. Siempre que tenía ocasión, les aclaraba la verdad a él y a sus empleados y les decía lo importante que es distanciarse del Partido.

Tardaba una hora en bicicleta en llegar a casa después del trabajo. Sin embargo, cuando veía gente en la vereda, no quería perder la oportunidad de hablar con ellos. Siempre me paraba para charlar y aclararles la verdad. También me topé con situaciones peligrosas, pero con la protección de Shifu, pude alejarme con seguridad. A veces ni siquiera me molestaba en ir en bicicleta. La empujaba para poder hablar con la gente mientras caminaba. No quería perderme a nadie.

Durante los cuatro años que trabajé en el concesionario de autos, mantuve la cocina meticulosamente limpia y llevé un registro detallado de cada compra. Cuando le enseñé a la propietaria mis hojas de cálculo, me di cuenta de que estaba impresionada y satisfecha. Incluso la madre de la propietaria me dijo: "Las verduras que has comprado son más baratas que los precios al por mayor que yo pagaba".

Antes de cada fiesta importante, los empleados recibían una bonificación o un regalo. Los cocineros nunca recibían nada. Sin embargo, cuando empecé a trabajar allí, el propietario siempre me incluía. El día de pago de cada mes, recibía mi sueldo antes que los demás. La propietaria también me daba un aumento cada año después de la evaluación y me expresaba su sincero agradecimiento.

Conclusión

Cuando llegué a casa una noche, ya eran más de las ocho. Mi marido y mis hermanos estaban sentados a la mesa disfrutando de la cena. Cuando me vieron, me saludaron al unísono: "¡Falun Dafa es bueno!". Al ver sus rostros sonrientes, surgió la calidez en mi corazón.

Fue Shifu quien me impartió el Fa y me despertó de este mundo secular. Si no fuera así, tal vez no estaría viva hoy.

Al relacionarme con la gente de mi familia y de la sociedad, me atengo a las normas de los principios universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Resolví el resentimiento y los conflictos, los sustituí por la bondad, y llevé la bondad de Dafa a la gente que me rodeaba.

Estoy profundamente convencida de que Falun Dafa puede cambiar todo para mejor. Una persona que comprende el verdadero significado de la vida es más feliz y libre y disfruta de la paz mental. La mejor y más bendita elección en la vida es ser capaz de elevar el reino y el estado del ser en la cultivación de Dafa y eventualmente regresar al origen.

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