(Minghui.org) Tengo 71 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Recuperé mi salud en seis meses. El compasivo y venerable Maestro Li Hongzhi me dio una segunda vida y me ha empujado hacia arriba en mi cultivación.

Estuve en un campo de trabajo, en una prisión y en un centro de lavado de cerebro porque me mantuve firme en mi creencia. Cometí varios errores importantes durante ese tiempo debido al estrés y a mi apego al miedo, lo que me llevó a ser engañada por las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh). Sin embargo, siempre he conseguido volver al camino correcto porque el Maestro nunca se dio por vencido. Él ha velado por mí y me ha guiado en la dirección correcta. La persecución no debilitó mi fe, sino que me ayudó a ver la naturaleza malvada del PCCh.

La arena se va y el oro queda

Después de regresar a casa, escribí en mi diario: "Las heladas profundas sacaron canas, pero también trajeron una estación de otoño dorada; también trajeron dolor y elevación". Un día, estas palabras aparecieron en mi mente: "La arena se va y el oro queda". Me di cuenta de que tenía que elegir entre el oro y la arena. Si realmente quería convertirme en oro, tenía que cultivarme en situaciones difíciles. Si quería vivir una vida de comodidad, tendría que renunciar a la cultivación. Hacía mucho tiempo que había decidido que nunca abandonaría la cultivación. "Quedarme con el oro" era mi única opción.

El Maestro dijo:

"Precisamente solo en situaciones donde existen interferencias demoníacas se puede percibir si puedes seguir cultivándote o no, si puedes iluminarte verdaderamente o no al Dao, si puedes ser interferido o no, y si puedes sostenerte firmemente o no en esta vía. Las grandes olas lavan la arena, el xiulian es precisamente esto, lo que queda es entonces oro auténtico" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Hice las tres cosas que los practicantes deben hacer cada día y ayudé a mis excompañeros de clase, a mis compañeros de trabajo y a cualquier persona que conociera a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Les dije que recitaran: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

El PCCh ha estado llevando a cabo la campaña de "reducción a cero" desde 2017. La policía vino a mi casa y me preguntó si seguía practicando Falun Dafa. Les dije cómo me beneficiaba de la práctica y que no estaba de acuerdo con ninguna de sus absurdas demandas.

Cada vez que el PCCh celebra algún tipo de reunión o evento, la policía viene a acosarme y a gritarme obscenidades. Sin embargo, no siempre fui capaz de aclarar la verdad y emitir pensamientos rectos correctamente. Esto me perturbaba mucho. Durante ese período, mi padre de 90 años falleció, mi hija enfermó y surgieron todo tipo de problemas en mi vida.

Una mantis religiosa bloquea el camino

Mi hija enfermó de urticaria y le aparecieron manchas rojas en la cara y alrededor de la boca. Mientras hablábamos en el living, me di cuenta de que había una pequeña cosa verde junto a sus labios. Al mirar más de cerca, vi que se trataba de una mantis religiosa verde. Cuando se lo conté, se limpió la boca y la tiró al suelo. La recogí y la tiré por la ventana.

"¿De dónde ha salido esa mantis?" me pregunté. Después de reflexionar un rato, me di cuenta de que el Maestro me estaba diciendo que la mantis estaba bloqueando el camino. Las interferencias de la policía, el estado de la piel de mi hija y otros problemas de mi vida eran interferencias que las viejas fuerzas me imponían para debilitar mi determinación de cultivarme. Pero el Maestro utiliza estas formas de interferencia para ayudar a los practicantes a madurar y obtener su poderosa virtud. Finalmente comprendí que, por muy poderoso que parezca el mal, el bien siempre prevalecerá.

Aumenté el tiempo de estudio del Fa, miré hacia adentro y fortalecí mis pensamientos rectos. Me di cuenta de que muchos apegos se revelaron durante mis tribulaciones, como el sentimentalismo, especialmente por mi hija. Durante estos años de persecución, ella pasó por un período de tiempo sin saber si volvería a ver a sus padres, lo que la torturó física y mentalmente. También tenía apegos de miedo y odio. El oscuro pasado de mi persecución aún perduraba, y desarrollé odio hacia la policía. La cultura del PCCh que me habían inculcado hizo que mis acciones y pensamientos fueran bastante extremos.

Sin embargo, como practicantes de Falun Dafa, debemos actuar de acuerdo con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y cultivar la compasión. Hay que eliminar todos los apegos y la cultura del Partido que he mencionado. Los policías también son seres conscientes que necesitan ser salvados. Tenemos que centrarnos en eliminar el mal que los controla.

Tras darme cuenta de esto, me tranquilicé y la urticaria de mi hija desapareció. Mi entorno cambió por completo. La policía también se volvió más amable conmigo. Un agente me dijo: "No queremos molestarte. Todo el mundo tiene sus creencias. Si quieres practicar, hazlo en casa". ¡Mirar hacia adentro es el instrumento mágico del Fa que el Maestro nos ha dado a los practicantes!

Lo único que interfería en mi cultivación era mi apego al yo.

Un punto de inflexión

Ese verano, mi hija y yo fuimos a un parque. Ella quería alquilar un bote para ver las flores de loto. La silueta de las flores de loto, las nubes, el cielo azul y el agua eran tan hermosos.

Llevamos el bote lentamente hasta la orilla. Todo el mundo estaba contento y sacando fotos. Al ver las flores de loto limpias y puras, sin una mota de barro, sentí una sensación de gratitud.

Seré diligente en mi cultivación, confiaré en el Maestro y en Dafa, cumpliré el destino de un practicante, salvaré a tantos seres conscientes como pueda y regresaré a los cielos con el Maestro.

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