(Minghui.org) Cuando hablo con la gente sobre la ilegalidad de la persecución a Falun Dafa por parte del Partido Comunista Chino (PCCh), reaccionan de manera diferente. Por lo que he observado, la buena suerte suele llegar a los que creen que Falun Dafa es bueno, y a los que deciden renunciar el PCCh, que persigue la práctica desde julio de 1999. Por otro lado, parece que el destino de quienes se pusieron del lado del PCCh o incluso participaron en la persecución a Falun Dafa fue muy diferente. Voy a compartir algunas historias que he visto.

La buena suerte llega a los que abrazan la verdad

En 2006 viví fuera de casa para evitar ser acosada y arrestada, y otra practicante me ayudó a encontrar un trabajo en un almacén. Otras cinco personas trabajaban allí, y la mayoría eran jóvenes y creían en el PCCh y su propaganda contra Falun Dafa. No me escuchaban si hablaba de la persecución. En ese momento no quería exponerme como practicante. Decidí demostrar que era una buena persona para ganar su confianza primero.

Trabajar en el almacén en verano era agotador. Cuando llegaba un pedido, la mayoría de la gente se quedaba sentada frente a sus ordenadores en lugar de preparar el pedido para su envío. Cuando se acordaban del pedido, yo ya me había ocupado de él.

A menudo terminaba el trabajo pesado o desordenado antes de que ellos lo hicieran, y compartía la buena comida que traía para el almuerzo. Al cabo de un tiempo nos hicimos amigos.

Anling dejó de parecer disgustada cuando le conté la verdad sobre Falun Dafa, pero siguió negándose a renunciar al PCCh. Beili me dijo que nunca se había unido al PCCh ni a ninguna de sus organizaciones afiliadas. Cai y otros dos me consideraban una persona agradable, pero no creían nada de lo que decía.

La empresa organizó un viaje de dos días y me alojé en la misma habitación que Anling. Nos adentramos en las montañas a última hora de la tarde. A la mañana siguiente se despertó aterrorizada. El día anterior había visto las fotos de un hombre y una mujer en una tumba mientras hablábamos en las montañas, y el hombre y la mujer habían aparecido en su sueño esa noche. Al ver lo preocupada que estaba, le dije que renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas podría mantenerla a salvo. Aceptó renunciar de inmediato, y después se sintió tranquila y dejó de tener miedo.

Después de que un médico le dijera a Anling que tenía un crecimiento anormal en los pechos, vino al almacén para dejar su trabajo. Llevaba una gran bolsa de medicamentos en la mano. Por la forma en que me miró, sentí que estaba resentida por haberle "mentido", ya que le dije que renunciar al PCCh la mantendría a salvo.

Le expliqué: "Si estás destinada a tener esta enfermedad en tu vida, es mejor ahora y no después, porque tienes un practicante de Falun Dafa a tu alrededor. Debes tener fe". Le di ejemplos de cómo otros practicantes y yo nos recuperamos de enfermedades terminales porque creíamos en Falun Dafa. Insistí una y otra vez en que los seres divinos ayudarán a quienes tengan una fe inquebrantable.

En ese momento se sintió impotente porque su marido la culpaba de gastar sus ya escasos ahorros en los tratamientos. Decidió seguir mi consejo de recitar todos los días las frases auspiciosas de Falun Dafa: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Pocos días después, el dolor y el bulto en el pecho desaparecieron. Volvió al hospital para otra revisión, y el médico se quedó boquiabierto y dijo: "¿Cómo se ha recuperado tan rápido? ¿Cómo?". Sabía que era Dafa y vino a verme extasiada, pidiéndome que le leyera los libros de Falun Dafa.

Anling tiene un hijo de cinco años cuyas piernas estaban lisiadas. Un año después de convertirse en practicante, las piernas de su hijo se corrigieron solas. Su aspecto no era diferente al de otros niños sanos. Anling sabía que ese regalo invaluable procedía de las bendiciones de Falun Dafa.

Muchas personas que vinieron al almacén renunciaron al PCCh y a sus afiliaciones tras conocer la historia de Anling. Ayer Beili, que una vez me dijo que nunca se había afiliado a ninguna de las organizaciones del PCCh, me confesó que sí se había afiliado a la Liga de la Juventud Comunista, y me pidió que la ayudara a renunciar. Lo hizo porque fue testigo de los cambios de Anling con sus propios ojos.

Beili empezó a leer literatura de Falun Dafa y a ver DVDs informativos. Llevó los DVDs para enseñárselos a sus padres. Al ver cantar al famoso tenor chino Guan Guimin, su padre se mostró incrédulo: "¿Es realmente Guan? Debería haber fallecido hace mucho tiempo". Todas las personas de la edad de sus padres sabían que el tenor Guan padecía una enfermedad hepática terminal. Después de que sus padres vieron el DVD y supieron por qué la persecución estaba mal, le pidieron que los ayudara a renunciar a las afiliaciones al PCCh.

Un familiar sufrió leucemia a los 30 años. Perdió mucho pelo después de la quimioterapia y tenía mucho dolor. Su tía me pidió que le presente Falun Dafa. Le llevé un Cd con información sobre Falun Dafa y hablé con él. Al conocer la verdad renunció al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Un mes después le dieron el alta del hospital, porque estaba sano.

Cuando volvía a casa del trabajo, vi a una vecina apoyada en su puerta aparentemente con mucho dolor. No quería exponerme como practicante, pero sabía que debía ayudarla. Con voz débil me dijo que tenía migraña. Le dije que recitara en su mente "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y los resultados dependían de lo sincera que fuera. A la mañana siguiente la vi esperándome fuera. No podía esperar a contarme que la noche anterior había perdido el sueño a causa del dolor insoportable. Se sentó y gritó la frase que le dije, y ocurrió un milagro. El dolor cesó. El dolor solía durar 10 días, incluso después de que ella tomara su medicina. "Falun Dafa es una medicina increíble", dijo.

Le conté cómo el exlíder chino Jiang Zemin y su régimen crearon propaganda para inculpar a los practicantes de Falun Dafa e instigar el odio público contra la práctica antes de lanzar la persecución. Después le conté casos reales de personas que se recuperaron de enfermedades terminales porque tenían fe en Falun Dafa. Me escuchó con atención. A partir de ese día, a menudo recogía ramas y hojas de madera seca para que yo hiciera fuego para cocinar, sabiendo que tenía que hacer la cena después de salir del trabajo. Así me lo agradecía.

Los percances persiguen a otros

Desgraciadamente, no todo el mundo escuchó lo que los practicantes tenían que decir, o eligió apoyar a Falun Dafa y renunciar al PCCh después de enterarse sobre la persecución.

Un joven de 20 años sufrió leucemia y el médico le dijo que le quedaba un año. Un practicante de su pueblo se compadeció de que tuviera la enfermedad a una edad tan temprana, y decidió encontrarlo y hablarle de Falun Dafa. El joven no quiso escuchar y le dijo al practicante: "Prefiero morir antes que creerte". Un mes después, el perro del joven lo rasguñó y murió de una infección.

Tenía un vecino que era el director de un equipo de producción agrícola local. En dos ocasiones hizo que la policía me acosara en mi casa, lo que terminó con mi detención. Estuve detenida dos meses y me impusieron dos años de trabajos forzados. Muchas personas me contaron que el director le dijo a su mujer que había intentado que me encerraran en una cárcel durante siete años.

Cuando las autoridades locales meten a un practicante en un centro de lavado de cerebro, suelen designar a una persona para que lo vigile las veinticuatro horas del día y le hacen pagar el alojamiento y la comida de esa persona. Mi vecino, que era jefe del pueblo, designaba en cambio a dos personas para vigilar a cada practicante a fin de aumentar sus gastos.

Los practicantes locales y yo tratamos de contarle a mi vecino y a su esposa la verdad sobre Falun Dafa. Nunca nos escucharon. Mi vecino quería ascender en su carrera participando en la persecución. Necesitaba un historial de transformación de practicantes de Falun Dafa para conseguir los ascensos.

En lugar de lograr su objetivo, pronto le ocurrieron una serie de desgracias a la familia del vecino. Su hija enfermó y murió a los 20 años. Unos años más tarde, su mujer murió tras ser ingresada en un hospital. Se volvió a casar con una viuda, que más tarde se convirtió en una enferma mental.

En 2018 me enviaron a prisión para cumplir una condena ilegal de cinco años por mi fe en Falun Dafa. Una reclusa de unos 30 años maldijo al Maestro y a Falun Dafa y se inventaba nuevos trucos para torturarme cada día. Le dije que lo que hacía no serviría de nada y que empeoraría las cosas.

Más tarde tuvo un crecimiento anormal en el útero y tuvo graves episodios de sangrado vaginal. El médico de la prisión le dijo a ella, que aún no tenía un hijo, que había que extirparle el útero o que podía morir en cualquier momento.

Nadie desearía un desenlace así a nadie, pero parece ser cierto, sin embargo, que lo que uno hace, vuelve. Las buenas acciones traen buenos resultados, las malas acciones traen malos resultados. Cada uno puede elegir por sí mismo.

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