(Minghui.org) Gozo de buena salud desde que comencé a practicar Falun Dafa en 1997. Después de trabajar con materiales radiactivos durante décadas, sufrí todo tipo de dolencias, pero mis síntomas desaparecieron al tiempo poco de aprender los ejercicios de Dafa. Ahora, a los 82 años, sigo llena de energía. Al ser testigo de mis cambios, mi marido, que ahora tiene 85 años, también empezó a practicar Dafa hace cuatro años.

Cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa en 1999, sentí la responsabilidad de dar a conocer al público la verdad sobre la práctica y la persecución.

Con la buena salud que me ha dado Dafa, he persistido en salir a distribuir materiales informativos y hablar con la gente cara a cara. Siempre me anima el apoyo positivo de la gente. Me sorprendí aún más cuando vi el libro Nueve comentarios sobre el Partido Comunista sonriéndome después de haberlo puesto en el buzón de una familia. En otra ocasión pensé que debía ir a algún sitio para hablar con la gente. Antes de darme cuenta, descubrí que ya estaba allí.

Toda una dependencia del Partido renuncia al PCCh

A menudo iba a las obras de construcción y hablaba con los trabajadores sobre Falun Dafa. Muchos también aceptaron renunciar al PCCh, al enterarse de su brutalidad contra los practicantes de Dafa.

Una persona me dijo un día: "Aquí tenemos una dependencia del Partido. Si sigues hablando con nosotros, todos renunciaremos al Partido. Eso no se puede hacer. Será mejor que te vayas ahora". Resultó que era el secretario del Partido de la obra.

No me sentí afectada por ello, y seguí hablando con las personas que trabajaban allí. Uno tras otro, todos estuvieron de acuerdo en renunciar al PCCh.

En ese momento, el secretario del Partido se acercó y dijo: "De acuerdo, todo el mundo ha renunciado al Partido ahora. ¿Qué tal si también me ayudas a mí a renunciar?".

Cuando volví a casa y conté mi lista de nombres, ese día habían aceptado renunciar al PCCh un total de 13 personas.

Bendecido por recitar las frases auspiciosas

En otra obra, un trabajador me dijo que tenía graves problemas estomacales, como dolor de estómago, hinchazón y exceso de acidez. Le sugerí que recitara las frases "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", ya que muchas personas se han recuperado de diversas dolencias haciéndolo.

Cuando me encontré con él en otra ocasión, me contó que su estómago se había recuperado recitando las frases. Todavía le dolía la espalda y seguía recitando las frases. "Mientras lo recites con un corazón sincero, los seres divinos cuidarán de ti", le dije.

Cuando un día fui a la obra, varios trabajadores estaban esperándome. Me pidieron DVD con información de Dafa y amuletos. Me contaron que hace unos días un joven fue golpeado por un enorme tubo de metal que cayó desde el segundo piso. Justo cuando todos pensaban que debía haber muerto, se levantó y no tenía ninguna lesión.

"Sentí que me envolvía una gruesa manta y que era muy cálido y confortable", comentó el joven. Resultó que llevaba un amuleto de Dafa y estaba protegido.

Aproveché la oportunidad para aclarar aún más los hechos sobre Dafa y convencí a 18 personas para que renunciaran al PCCh ese día.

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