(Minghui.org) Soy una jubilada de 80 años que tuvo la suerte de empezar a practicar Falun Dafa en 1997. Solía padecer muchas enfermedades, pero desde hace más de 20 años, no he necesitado ver a un médico ni tomar ningún medicamento.

Después de comenzar la práctica de cultivación en Dafa, mi cuerpo experimentó una gran limpieza tres veces. Mi cabello también pasó de negro a blanco y luego volvió a ser negro varias veces. Un nuevo diente creció en mi boca, y también mudé la piel. Ya no necesito gafas para leer y puedo ver claramente la letra pequeña. No hay palabras para expresar mi agradecimiento por la compasión y la benevolencia del Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa).

Mi marido se quedaba sin trabajo durante largos periodos de tiempo, así que tuve que conseguir un empleo y criar a nuestros hijos yo sola. Esta dura vida se tradujo en una serie de enfermedades: artritis, traqueítis, gastroenteritis, psoriasis y pies supurantes. A los 45 años me fallaba la vista. También sufría de una hernia discal lumbar, la cual me dificultaba mucho poder caminar. Necesitaba descansar después de dar unos pocos pasos.

Una vez le pedí a mi hija que me llevara al hospital para una revisión. Así que acabé tomando un tren, lo que fue bastante difícil. Después de la revisión, el médico me aconsejó que me operara y quiso que tomara algunos medicamentos al principio. Por lo que volví a casa de mi hija.

Experiencias sorprendentes al leer Zhuan Falun

A mi yerno no le interesaba mucho oír hablar de mis enfermedades. Esto me enfadó mucho. Pero entonces me pidió que escuchara una grabación sin entrar en explicaciones. Me dijo: "Escucha esto. Será beneficioso para ti". Después, no dijo nada más. Realmente no pude entender su comportamiento, pero no pensé más en ello. Ya que me pidió que la escuchara, lo hice. Mientras escuchaba la grabación, me quedé dormida.

Al cabo de un rato, mi yerno volvió y preguntó cómo me encontraba. Me preguntó sobre lo que había aprendido, y yo le contesté despreocupadamente: "¿No es este un libro que pide que nos convirtamos en buenas personas?".

Al día siguiente me dio un ejemplar de Zhuan Falun. Me pidió que lo leyera antes de irse a trabajar. De mala gana, acepté el libro y pensé: "¿No se le ocurre cómo contactar con el hospital para mi operación, y en su lugar me pide que lea un libro?". No tenía nada que hacer en casa de mi hija, así que me puse mis gafas de presbicia y leí Zhuan Falun. No podía reconocer un tercio de las palabras, pero seguí leyendo.

Leí durante unas horas, después de las cuales me sentí rara. Normalmente, cuando leo, me duelen los ojos y solamente puedo leer unas pocas líneas. Además, había muchas palabras que no podía entender. Normalmente me mantengo alejada de los libros. A pesar de leer durante varias horas, mis ojos no se sentían incómodos y no me sentía inquieta al estar sentada tanto tiempo. Le dije a mi hija con entusiasmo: "Este libro es muy bueno. Me siento muy cómoda cuando lo leo, ¡y ya no me duelen los ojos!".

Al tercer día, seguí leyendo y cada palabra del libro brillaba con luz. Incluso los signos de puntuación brillaban, haciéndolos transparentes y brillantes. No importaba cómo sostuviera Zhuan Falun, se veía brillante. No podía entender este fenómeno. Cuando mi hija trajo a su hijo a casa le dije: "Ven rápida a ver este libro, las palabras están brillando". Mi hija echó un vistazo y dijo que no veía nada fuera de lo normal.

Durante el descanso de la tarde, mi hija se durmió y de repente mis piernas dejaron de dolerme. Como me había recuperado, llevé a mi nieto fuera a jugar. Cuando volví, mi hija me regañó y me preguntó si ya no me dolían las piernas. Al cuarto día, tomé el tren para volver a casa sola. Seguí leyendo porque ya estaba encariñada con este precioso libro llamado Zhuan Falun.

Compartiendo Zhuan Falun con mi familia

En casa, mi nuera estaba a punto de dar a luz y mi hijo sufría una discapacidad. Le di mi ejemplar de Zhuan Falun a mi nuera y le dije: "Este libro es muy bueno. Después de leerlo, ya no me duelen las piernas". Mi nuera dijo: "En ese caso, deberías seguir leyéndolo". Así que leo Zhuan Falun siempre que tengo tiempo.

He criado pollos, patos y gansos en casa. Sin embargo, mi hijo discapacitado no me ayuda, así que tuve que asumir la pesada carga de trabajo, además de las tareas domésticas. Mi nuera fue hospitalizada en septiembre para dar a luz a su bebé. Yo iba y volvía del hospital en mi bicicleta tres veces al día para llevarle la comida a mi nuera. Me preguntaba ¿cómo podía hacer todo este trabajo una expaciente? Incluso sería difícil para una persona sana.

Beneficios de hacer los ejercicios de Dafa

Mi yerno me dijo que tenía que empezar a hacer los ejercicios. Sin embargo, mi hernia discal lumbar estaba actuando de nuevo. Le dije que tenía que ir a que me pusieran una inyección de cortisona, que ya había pagado.

Mi yerno me animó a que hiciera primero los ejercicios. Cuando hice el ejercicio de estaca parada Falun por primera vez, pude hacerlo durante 40 minutos.

Esa noche soñé con una comadreja. El animal me exigía que lo siguiera para hacer sus ejercicios, pero yo me negaba. Entonces pensé que no debía seguir aplicándome las inyecciones y tiré el gran paquete de medicamentos que tenía en casa. También tiré la estatua de Buda a la que había hecho ofrendas en el pasado.

Una mañana, fui en bicicleta a buscar un lugar de práctica de Falun Dafa. Al poco tiempo, oí la música de los ejercicios. Seguí la dirección de la música. Sin embargo, tardé media hora en llegar al lugar. Emocionada, me uní a los ejercicios con los demás practicantes. En aquella época, había una gran escasez del precioso libro Zhuan Falun.

El Maestro Li me enseñó una vez a memorizar el Lunyu, el prefacio de Zhuan Falun en mi sueño. Desde ese día, he creído firmemente en cada frase que el Maestro dijo.

El 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) inició la persecución contra Falun Dafa. Pero me mantuve firme en mi creencia. Dije a los practicantes que conocía y a los miembros de mi familia que las declaraciones mencionadas en la televisión eran mentira. También le dije a mis compañeros: "¡Esto es una prueba! Mientras sigamos los requisitos de Dafa y nos cultivemos bien, podremos demostrar que esta práctica es buena". Con mi estímulo, los compañeros practicantes ya no se preocuparon y comenzaron a cultivarse en Dafa de nuevo. Entonces vi el retrato del Maestro sonriéndome. Supe que había hecho lo correcto.

Afrontando los síntomas de enfermedad

Cada vez que aparecían los síntomas de la falsa enfermedad, era capaz de dejar de lado la vida y la muerte. Bajo la protección de Shifu, siempre pude superarlos. En 2009, tuve fiebre durante 49 días, junto con tos y vómitos de sangre. Perdí tanto peso que tenía un aspecto terrible, pero pude superarlo. Una vez tuve una fuerte diarrea y expulsé gruesos coágulos de sangre. El dolor era insoportable, y la diarrea era tan fuerte que me arrodillaba en el suelo y no podía levantarme.

Sentí que moriría si persistía esta situación, así que le dije al Maestro: "Maestro, no puedo morir ahora, todavía tengo cosas que no he completado, así que por favor sálvame". Al cabo de unas horas, me recuperé. En otra ocasión reaparecieron los síntomas de la hernia de disco lumbar, que duraron cuatro meses. No solo el dolor era insoportable, sino que tampoco podía acostarme para dormir con normalidad. A pesar de ello, seguí estudiando el Fa y haciendo los ejercicios todos los días. Cuando no podía ponerme de pie para hacer los ejercicios, los hacía sentada. Cuatro meses después, por fin pude levantarme de la cama.

Nos mudamos a otro edificio. Me tumbé en el suelo de la amplia sala de estar y pensé: "¡Qué casa tan grande, luminosa y espaciosa, es realmente buena!". De repente, me sentí mareada y con náuseas y no podía abrir los ojos. Me levanté rápidamente y me senté en el sofá. Mi cabeza se inclinó involuntariamente hacia atrás, pero antes de que pudiera descansar la cabeza, mi instinto me llevó a sentarme.

En ese momento, vi y oí un gran torbellino negro que venía hacia mí. No sabía hacia dónde estaba siendo arrastrada. Para entonces, ya había perdido el conocimiento y no tenía ni idea del lugar donde estaba mi cuerpo. En circunstancias normales, cuando me encontraba con tribulaciones, llamaba inmediatamente a Shifu, pero esta vez ni siquiera pensé en ello. Justo entonces, oí a Shifu decir: "¡Estás sentada ahí!".

Aunque había perdido el conocimiento, oí claramente la voz de Shifu. Utilicé todas mis fuerzas para sentarme erguida. Cuando mi cuerpo se movió, mi mano atrapó la manta. Poco a poco, sentí que la materia negra de todo mi cuerpo bajaba como el agua. Al cabo de un rato, me desperté. Cuando abrí los ojos, aflojé el agarre de la manta y me toqué: "Oh, ¿acaso no estoy bien aquí?". Supe que Shifu me había salvado la vida una vez más.

He pasado muchas veces por diferentes tipos de tribulaciones de enfermedad. Tuve pus saliendo de mis ojos, dos bultos duros creciendo en la parte superior de mi cabeza, y herpes. A lo largo de estos más de 20 años, estas tribulaciones por enfermedad nunca cesaron. No importaba lo incómodo o difícil que fuera, decidí creer en el Maestro y en el Fa. Con la protección del Maestro, superé las pruebas y las tribulaciones.

La vigilancia del PCCh y el saqueo de mi casa nunca han cesado. También he sido arrestada y recluida en centros de lavado de cerebro y de detención. Ya sean los interrogatorios, las multas de la policía, o la exigencia de rellenar las declaraciones de garantía, no he cooperado. No importa cuán loca sea la malvada persecución, mi corazón permanece en Dafa firme y sólido como una roca y nunca vacilará.

A partir de ahora, haré las tres cosas aún mejor y seguiré al Maestro a casa.

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