(Minghui.org) Mi esposo y yo hemos estado practicando Falun Dafa durante 20 años. Hemos estado en las buenas y en las malas, y siempre pudimos contar con la protección compasiva del Maestro. Nuestros hijos al principio se opusieron a nuestra cultivación. Dijeron: "¡Otras personas van a abusar de ti si practicas Verdad-Benevolencia-Tolerancia!". Nos mantuvimos impasibles. Los efectos de Dafa en nuestra salud se notaron pronto. Podíamos leer y escribir sin lentes, y nos recuperamos de muchas de nuestras enfermedades. Nuestros hijos se sintieron aliviados al ver que estábamos sanos.

Mi hijo menor dijo: "Es bueno ver que estás resplandeciente de salud. Vemos el poder de Falun Dafa a través de ti".

Todos mis hijos renunciaron al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles. También comenzaron a meditar y a cultivar su mente.

Estudiamos el Fa, hacemos los ejercicios y enviamos pensamientos rectos todos los días. También participamos en proyectos de aclaración de la verdad y nos llevamos bien con otros practicantes. Compramos ordenadores e impresoras para hacer materiales de aclaración de la verdad e imprimir mensajes de aclaración de la verdad en papel moneda. A muchos pequeños negocios y supermercados les gusta utilizarlos.

Mi esposo tiene 93 años. En los últimos dos años, desarrolló problemas con todo. No podía leer el Fa con fluidez. A veces se perdía al leer. Otros practicantes, a menudo terminaban su párrafo porque él no podía. Al hacer los ejercicios, sus movimientos eran incorrectos y no podía hacer el segundo ejercicio. Se quedaba dormido cuando enviaba pensamientos rectos. Se lo recordé repetidamente, pero no vi ninguna mejora.

En el pasado, mi esposo era sano y no se cansaba, ni siquiera después de una larga caminata. Por ejemplo, a veces no se bajaba del autobús en nuestra parada porque quería hablar con más pasajeros del autobús sobre Dafa. A menudo acababa caminando hasta la casa un largo camino. Ahora tiene que usar un bastón y, menudo necesita mi apoyo para caminar.

Me puse ansiosa y no cumplí con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. A veces incluso levanté la voz al hablarle.

Después de un tiempo, comenzé a tropezarme a menudo. Una pequeña piedra o al girar en una esquina pronunciada podía hacerme tropezar. Afortunadamente, nunca me lesioné gravemente y me recuperé rápidamente. Pero no miré en mi interior por qué me ocurría esto.

Dejar de lado el sentimentalismo

Una noche tuve un sueño en el que mi esposo y yo íbamos a tomar un tren, y el tren no estaba lejos de nosotros, pero teníamos que subir tres pisos para tomarlo. Cuando me dispse a subir al tren, me di la vuelta y vi que mi esposo seguía en el primer piso. Le grité, pero no me oyó. Vi que el tren se marchaba mientras yo le esperaba. Lloré y me desperté llorando.

Estaba alerta cuando me desperté. ¿Qué estaba insinuando el Maestro? Empecé a estudiar más el Fa y a memorizar el Fa. Me di cuenta de que me preocupaba demasiado por mi esposo. Me ponía ansiosa cuando él no podía estudiar bien el Fa y tenía problemas para hacer los ejercicios. Me preocupé aún más cuando pensaba que él no podría tomar el tren. ¿Por qué me preocupaba por él? Porque es mi esposo. Temía que él no pudiera seguir el progreso de la rectificación del Fa y fracasara en su cultivación. Era sentimentalismo. Shifu ha arreglado la cultivación de cada discípulo. No dependía de mí que tuviera éxito.

No subí al tren en el sueño porque lo estaba esperando. Fue el resultado de no soltar mi apego. Me di cuenta de que el problema de mi esposo podía ser una oportunidad para eliminar mi apego. Era la tribulación que debía superar y la prueba que debía pasar.

Hablé a Shifu: "Shifu, no estudié bien el Fa, por lo que me atrincheré en el sentimentalismo durante mucho tiempo. En el futuro, quiero medirme con los principios del Fa. Estudiaré bien el Fa y cumpliré con las exigencias de Shifu".

Me volví comprensiva y agradable y ya no culpé a mi esposo. Mi tono con él se volvió amable. Mi esposo cambió cuando yo cambié mi mentalidad. Estudió el Fa, hizo los ejercicios, envió pensamientos rectos conmigo y pasó mucho tiempo copiando y recitando Lunyu y Hong Yin. Poco a poco pudo leer el Fa a una velocidad normal. Otros practicantes le dieron el visto bueno y le dijeron: "Gran mejora".

Un día, salimos a distribuir materiales y aclaramos la verdad a la gente. Al regresar, una vecina se acercó a él y le dijo: "¿Qué te ha pasado? Hace un tiempo no podías caminar y ahora no tienes problemas para hacerlo". "Es el poder de Dafa", le dije. Ella respondió: "¡Es increíble!".

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