(Minghui.org) Soy un agricultor. Mi esposa, mi hijo y yo practicamos Falun Dafa. El Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa el 20 de julio de 1999. Por mucho que el Partido tratara de difamar a Falun Dafa, no pudo desbaratar nuestra creencia. La belleza de Falun Dafa estaba firmemente arraigada en nuestros corazones.
La policía detuvo a mi hijo de 16 años en noviembre de 2002. Dijeron que planeaba ir a Beijing y perturbar el orden social. Era evidente que querían extorsionarnos. Si no los sobornábamos, llevarían a mi hijo a un campo de trabajos forzados o algo peor. Pensé: "¡Realmente se están aprovechando de esta persecución para medrar! Si le hacen esto a mi hijo, seguirán haciéndole lo mismo a los hijos de otras personas. Debo detenerlos. Si dejamos que sigan así, serán ellos a los que acaben destruyendo".
Resulta que teníamos un folleto que mi mujer consiguió cuando trabajaba en un restaurante. Tenía información sobre el Campo de Trabajos Forzados de Masanjia, en la provincia de Liaoning. Los guardias despojaban de la ropa a las mujeres practicantes y las obligaban a entrar en las celdas de los hombres. Esto demostraba que el PCCh había perdido completamente su conciencia. Tomé el folleto y fui a casa del jefe de la comisaría.
Su mujer me abrió la puerta. No me conocía y me preguntó: "¿Quién eres? ¿Qué quieres?". Le dije: "Su marido ha sido nombrado recientemente jefe de la comisaría. Está ansioso por conseguir algo para ascender rápidamente. Ha detenido a mi hijo. La policía le acusó de planear ir a Beijing y alterar el orden social. ¡Mi hijo solo tiene 16 años y está en la escuela secundaria! ¿Cómo puede ir a Beijing? Los practicantes de Falun Dafa siguen los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia para ser buenas personas y considerar a los demás en primer lugar. No hacemos nada malo. ¿Es eso un crimen? Aquí tienes un folleto. Por favor, échale un vistazo. Espero que puedas entender lo que realmente ocurre".
Aceptó el folleto. Continué diciéndole: "Los practicantes hicieron este folleto con su propio dinero. Por favor, devuélvemelo después de leerlo. Los practicantes de Falun Dafa no mienten: toda la información del folleto es verdadera. Si tienes alguna duda, puedes ir a la provincia de Liaoning para investigarlo por ti misma. Te pagaré los gastos de viaje".
A la mañana siguiente le llevé 2.000 yuanes. Puse el dinero en una bolsa de plástico transparente y estaban todos en billetes de 1 yuan, 5 y 10 yuanes. Llamé a la puerta. Cuando abrió, tenía los ojos rojos e hinchados. Le entregué el dinero y le dije: "Este año he vendido mis cebollas verdes por 3.000 yuanes. Aquí tienes 2.000 yuanes para que vayas a la provincia de Liaoning, para investigar si la información es cierta". No aceptó el dinero y dijo: "¡No podemos aceptar el dinero, no podemos aceptarlo! Creo que la información del folleto es cierta".
Poco después de llegar a casa, el jefe de policía me llamó para pedirme que fuera a la comisaría. Por su tono de voz, sentí que estaba molesto. Le dije: "No he hecho nada malo. No voy a ir". Inmediatamente bajó la voz y dijo suavemente: "Por favor, ven. Solo quiero preguntarte algo, nada más". Pensé: "Está tratando de engañarme para que vaya allí y así poder arrestarme. ¿Qué debo hacer?".
De repente, la frase: "...cada persona es un familiar mío" (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico) apareció en mi mente. El Maestro Li (fundador de Falun Dafa) nos dijo que todos en este mundo son familiares suyos. Sentí que debía ir; y que debía ayudar al jefe de policía. Le pedí a mi hermano que me acompañara, pues quería que fuera testigo si me arrestaban. No quería darles la oportunidad de fabricar un delito para detenerme y posteriormente engañar y confundir a mi familia.
Cuando llegamos a la comisaría, el jefe de policía nos invitó a sentarnos. Me preguntó: "¿De dónde has sacado ese folleto?". Le dije: "Alguien lo dejó y mi mujer lo recogió". Volvió a preguntar: "¿Qué le dijiste a mi mujer que la hizo llorar?". Le dije: "Tu mujer es una buena persona, es muy amable. Sus hijos también son excelentes. ¡Espero que no se vean implicados más adelante por el mal que has hecho! Mira a los Guardias Rojos y a los rebeldes durante la Revolución Cultural, actuaron escandalosamente pero al final, ¿quién escapó al castigo? ¡Tu esposa está preocupada por ti! Eres el pilar de tu familia, si te pasa algo, ¿cómo podrán vivir? Por supuesto, está disgustada".
Bajó la cabeza y siguió escuchando en silencio. Continué: "¡Me preocupas mucho! Te he dado el folleto para que sepas lo que ha hecho el PCCh. ¿Parecen seres humanos? El destino no les depara nada bueno. ¡Los dioses están observando! Deberías pensar en ello y dejar de seguirlos". Cuando terminé de hablar me levanté y me fui.
Fui a su casa el viernes. Liberaron a mi hijo al lunes siguiente. Cada vez que nos reunimos, después de aquello, el jefe de policía parecía una persona diferente. Me sonreía y me aconsejaba: "¡Presta atención a tu seguridad!".
Más tarde aceptó un cargo diferente y ya no participó en nada relacionado con la persecución de Falun Dafa.
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