(Minghui.org) Recientemente, me degradaron en el trabajo. Cuando varios compañeros de trabajo trataron de consolarme, no mantuve el xinxing de un practicante de Falun Dafa y permití que mi frustración se apoderara de mí. Dije muchas cosas que no son propias de un practicante. Lo lamenté profundamente.

Recordé lo frustrado que me sentí cuando me encarcelaron por practicar Falun Dafa. Me reprendía por no haber hecho bien las cosas, lo cual podría haber provocado que me detuvieran. Un sentimiento tan fuerte de autodesprecio desgastó mi confianza y, en un momento dado, incluso me llevó a dudar de Dafa. Afortunadamente, fui capaz de plantarle cara a mi frustración y superarla. Lo que había hecho mal, ya lo había hecho así. Comprendí que no serviría de nada quedarme atrapado en el remordimiento. La única manera de seguir adelante era plantarle cara al problema y pensar en formas de mejorarme.

Cuando salí de la cárcel, perdí mi trabajo, que me encantaba. Me pagaban muy bien y me ofrecían muchas oportunidades para demostrar mis habilidades y aumentar mi confianza en mí mismo. Como había trabajado en ese empleo durante más de 20 años, a menudo pensaba en él y en lo injusto que resultaba el haberlo perdido. Me di cuenta de que si seguía pensando en ello, perdería la batalla que libraba contra mi propio apego. Cuando empecé a dudar de mí mismo, necesité fortalecer mis pensamientos rectos y mi fe en Dafa. Me recordaba continuamente que el sentimiento negativo de saberse tratado injustamente se disolvería en el Fa. Sabía que un sentimiento así estaba destinado a arrastrarme y desgastarme, y que debía mirar más allá y aprovechar al máximo la oportunidad de mejorar. Debía saber que el Maestro ya había dispuesto lo mejor para mí.

También pensé en otros practicantes que lo habían perdido todo (trabajos, familia, etc.) o incluso sus vidas, a consecuencia de que persiguen nuestra fe en Falun Dafa. Perder mi trabajo no era nada comparado con lo que les sucedía a ellos. Gracias a mis ahorros, podía permitirme estar sin trabajo y seguir viviendo relativamente bien durante muchos años. El único inconveniente era que tenía que organizar mis gastos y no podía ofrecer tanto apoyo económico a mis familiares como antes. Si ni siquiera podía superar ese pequeño inconveniente, ¿cómo iba a alcanzar el éxito en mi cultivación? Por muy difíciles que aparenten ser las cosas, siempre existe una salida para nosotros. Debo sentirme agradecido por lo que tengo y afrontar todo con un corazón recto y compasivo.